Carta de un cobarde

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Te veo en mi cama, dormida como si tu alma hubiera sido calmada por fin, casi suspirando mi nombre mientras agarras la sabana. Tu cuerpo, un sitio donde me pierdo cada noche, ¿Creerás que estoy jugando contigo?, aunque lo parezca no lo hago, créeme, cada paso me duele más cuando no estoy contigo, nunca me he metido dentro de tu cabeza para ver lo que piensas sobre esto, para ver la otra cara de la moneda.

No me siento orgulloso de lo que hago, todas las noches que te dejo en mi cama sola, parte de mi corazón se queda contigo haciéndote compañía mas yo soy demasiado cobarde para ver que es lo que pasa después del primer pestañeo que des. Demasiado cobarde para llevarte las flores que añoras ya que nunca nadie te las ha mandado, demasiado estúpido para adentrarme en una relación con alguien como tú, que sé que dará mil vueltas a mi vida, que dará mil vueltas a mi corazón.

Ahora que ya no estoy en tu vida por imbécil veo como te hundes en un mar de felicidad que no está causado por mí, ahora otro hombre te coge de la cintura y le pertenecen tus labios. Tus suspiros no serán jamás para mí, ya nunca nada será como lo deje cuando me fui como un cobarde porque me dabas tanto miedo que no podía quedarme a tu lado, eres la mejor persona que jamás he conocido nunca y no quiero manchar tu alma con la tinta negra que cae de la mía.

Sentado en un sofá recuerdo las noches en el que el silencio se escuchaba mientras tú y yo nos mirábamos tumbados en una cama frente al ventanal de mi piso, ahora lo único que me acompaña e intenta llenar este silencio es el golpe del vaso vació que se posa contra el azulejo frio donde mis lágrimas bailan. No sé dónde podrías estar, ni que será de ti, mas sigo siendo el cobarde que no merece ni una pizca de tu amor.

Ahora que vuelas por aires distintos a los míos no se dé ti, no se nada de ti. A veces creo que es lo mejor, si no saldría corriendo hacia tu dirección y lo arruinaría todo. Solo quiero estar a tu lado, pero me das tanto miedo amor. Mientras escribo esta carta recuerdo cuando quemábamos los cigarrillos y rompíamos las botellas vacías de cristal, mas nuestro amor era tan dañino que simplemente te deje ir por el miedo a que te pasaría, por el miedo en que te convertirías si dejabas que te siguiera manchando.

Solo quiero que sepas que mi vida nunca fue lo mismo desde que te deje en esa cama solitaria, llena de todo el amor que esa noche nos dimos. Te echo de menos y aun anhelo tu olor, espero que tu vida haya cambiado a mejor, que tu vida vuelva a ser una vida.

Detrás de cada puerta...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora