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No puedo creer que de verdad esté aquí, nisiquiera sé que debo hacer, lo único que Yesenia me dijo es que tenía un amigo que buscaba una 'baby girl' y que si yo aceptaba a ser la suya, él podría ayudarme con mi situación económica

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No puedo creer que de verdad esté aquí, nisiquiera sé que debo hacer, lo único que Yesenia me dijo es que tenía un amigo que buscaba una 'baby girl' y que si yo aceptaba a ser la suya, él podría ayudarme con mi situación económica. Nisiquiera sé que es ser una 'baby girl', creo que dejé de serlo desde hace muchos años. Estoy realmente muy nerviosa, no sé nada de esto y temo que por eso mi futuro jefe no quiera aceptarme, de verdad necesito dinero, mamá, mi hermano y yo lo necesitamos y haré cualquier cosa para conseguirlo; honestamente obvio. No dejaba de jugar con mis dedos y mover mi pie como si tuviera un tick, me veo estúpida así y soy consiente de ello. De la nada interrumpen mi ensueño haciéndome mirar al causante de inmediato, no era más que una de las empleadas ¿Acaso eso seré yo?

- El señor Jonhsson la espera en su despacho - Anuncia ella.

-Oh - Me levanto al instante - Gracias ¿En donde...? - Dejo la pregunta en el aire para que sepa a que me refiero.

- Sígame por favor - Dice cordialmente y comienza a caminar, yo al instante la sigo.

No dejo de mirar boquiabierta todo, es cierto que por fuera se vé grande pero no le hace ni un poco de justicia a como realmente es por dentro; todo realmente hermoso, lleno de lujos y colores pasteles. Ya e visto casas grandes antes, mi anterior casa era inmensa también pero esta es mucho más bonita.

- Es aquí... Por favor toque antes de entrar - Dice señalando la puerta que estaba a nuestro lado para luego irse, dejándome sola.

- Ok Jessica, todo estará bien... Solo vé a hallá y convencelo - Digo para mí misma intentando darme ánimos.

Suspiro, me repongo y toco la puerta con mis nudillos.

- Adelante - Escucho una voz masculina proveniente de adentro del despacho y mi pulso se acelera.

Titubeo unos segundos pero abro la puerta. Al entrar me encuentro un despacho inmenso y lujoso, muy bien organizado. Un escritorio en el que se encuentra un hombre de tez pálida, leyendo unos documentos, al parecer muy concentrado ¿Él será mi jefe? Se vé muy intelectual y correcto, y eso que apenas y estoy logrando divisar su cabello color azabache cubriendo sus ojos ya que su cabeza está inclinada hacia abajo para poder leer bien los documentos que permanecían descanzando en la mesa. Su nariz es chata, su entrecejo y labios están ligeramente fruncidos, al parecer queriendo comprender algo que había en esos pedazos de papeles que habían justo frente a él pero que no lo lograba. Lleva una camiseta blanca de mangas largas -un poco remangadas- junto a una corbata negra muy bien puesta, esto en instante se deshace ya que él lleva su mano a esta y la deshace con total frustración, sin dejar de mirar los enigmáticos documentos.

- ¿Piensas quedarte todo el día ahí mirandome? Y ahora ¿Que quieres? - Escupe fríamente sin nisiquiera mirarme.

Dios, de verdad está frustrado, y ahora ¿Que le hice para que me hablara así? Y además, yo no le pedido ni dicho nada aún.

𝔹̲ 𝕒̲ 𝕓̲ 𝕪̲   𝔾̲ 𝕚̲ 𝕣̲ 𝕝̲      𝕍̲ 𝕠̲ 𝕝̲ 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora