Una adolescente inexperta con problemas financieros se deja llevar por el consejo de su mejor amiga para salir de su mal momento y conoce a un heredero multimillonario. Entre ellos hubo química y ella termina volviéndose su Baby Girl.
[Nota: No exis...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hubo un pequeño silencio mientras nos mirábamos el uno al otro pero él lo interrumpió.
- ¿P-puedo? - Refiriéndose a sentarse conmigo en la cama.
Yo no respondo y solo me hago a un lado. Diego camina hasta mí de a poco y se sienta en la orilla de la cama.
- Dios... - Dice él casi inaudiblemente mirandome - ¿Pero no me dijiste que era tu padre el que...? - Lo interrumpo.
- Si eso creía - Confiezo.
Nuevamente nos miramos a los ojos, él se vé dolido y hasta horrorizado ¿Tan fea me veo?
- ¿Me veo fea? - Pregunto con carita de cachorro mientras ladeaba un poco mi cabeza.
Diego suspira, toma mi mano -la suya es brevemente tosca y fuerte mientras la mía es débil y delicada- comienza a acariciarla y luego besa el dorso de esta -era un tacto tan gentil y delicado, un gesto anticuado pero bonito; él es un hombre digno de apreciar- cosa que hizo mi corazón derretirse.
- Para mí siempre serás hermosa Jessica - Dice con un tono levemente nostálgico.
Mis ojos se cristalizan y las lágrimas comienzan a picarme anciosas por salir. Diego acaricia mi mejilla brevemente, me toma por la nuca y besa mi frente; era un beso cálido y profundo, lleno de cariño y comprensión. Una lágrima de cada uno de mis orbes rueda por toda mi mejilla mientras cierro los ojos; por más que intente huír me duele con el alma el suceso con mi madre, ya tengo tan pocas esperanzas de todo.
Necesito a alguien que pueda amarme en mi peor momento, que vea mi valor. Alguien que me ponga de primera y que se atreva a por mí hacer lo peor. Necesito a alguien que me ame ¿Es mucho pedir?
Diego se aparta un poco, me mira a los ojos y luego me abraza, sentí toda su musculatura mientras me abrazaba y eso solo me hizo saber que con él estoy segura, no lo aguanté más y me puse a llorar. No sé cómo me las ingenio pero cada que nos vemos lloro enfrente de él, soy una débil y odio admitirlo. Odio admitir que ya me e dejado pisotear por todos, que quiero pero no logro cambiar, me odio. Diego suspira sin soltarme.
- Oh pequeña... Ni te imaginas cuanto odio verte así - Se lamenta.
- ¿Por qué estás aquí Diego? - Me aferro a él mientras lloro.
- Necesitaba verte... Yessenia me contó todo... No podía creer que te pasara algo así... No a tí... Ya haz sufrido demaciado - Nostálgico.
- Oh Diego - Me aferro más - No sabes cuánto bien me haces estando aquí - Lloro fuerte.
- Jessica - Hace una pausa - Vine a proponerte algo... Es muy importante y espero que aceptes - Dice el hermoso chico azabache de ojos cafés mientras me abraza.
¿Proponerme algo? ¿Algo importante? Me despego un poco y lo miro a los ojos incrédula ¿De qué está hablando? Diego limpia delicadamente las lágrimas que corrían por mis mejillas con sus pulgares, logrando que hiciera un breve gesto de dolor cuando rozó la comisura de mis labios en donde estaba lastimada ya que mi mamá me había partido la boca.
