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BaekHyun, algunas veces, pensaba que estaba mejor ahí adentro, en ese oscuro edificio deprimente, que allá fuera donde había aun un montón de señas de muerte y destrozos por todas partes, no conocía esa vida, le aterraba.

Aunque de lo que estaba más que seguro era de que estaría mejor con su familia, su amado hermano, sus padres y su pequeña casa, que merecía por todo lo bueno que era, llamarse hogar. A veces solo deseaba poder volver allá de alguna forma u otra, aunque sabía que ni en cadáver seria enviado a casa, a su padre y madre eran los únicos que les dieron ese gusto, varios disparos y cayeron en el jardín delantero para descomponerse en la yerba.

Los recuerdos de la sangre salpicando su rostro y la voz de su hermano gritando que corriera lo distrajeron de su tarea con la pala por un momento, siempre que recordaba su casa se sentía triste, triste y patético por no poder ayudarlos a salir de ahí con vida. Estaba seguro de que hubieran conseguido una muerte más digna si hubieran podido huir al bosque, toda muerte era mejor que morir a mano de los hombres.

—¿Te encuentras bien?

La voz le llego amortiguada por los recuerdos, pero alcanza a sacar una ligera voz en una afirmativa. Miro al dueño de la voz admirando sus grandes ojos que parecían algo preocupados, su rostro lleno de tierra lo hace ver más joven, infantil, como un niño divirtiéndose en el lodo, aunque sabe que es más fuerte de lo que parece siente lastima al ver sus labios resecos y pelo opaco.

—Supongo —dijo bajo limpiándose el sudor de la frente con un paño.

El hombre de ojos redondos lo miro confuso, pero el otro se limitó a tratar de parecer que no se daba cuenta, no tenía ganas de platicar sobre lo que le atormentaba, había veces en que era mejor dejar a los recuerdos pasar y esperar que lo hicieran rápido.

—Hace más calor —siguió tratando de cambiar de tema.

Los días parecían más calurosos, largos, sentía que en cualquier momento desfallecería sin saber si era el cansancio, la desnutrición o que su alma se había rendido. Las condiciones eran malas.

Estaba seguro de que todos estaban felices en parte que los niños fueran enviados a otro campamento donde no tenían que pasar por tales condiciones, se les trataba por lo que eran: Niños. A veces incluso muchos tristes padres lloraban pensando que no eran tratados bien solo porque fueran niños sino porque eran fáciles de manipular, cambiar a su conveniencia, moldearlos a su antojo. Los viejos estaban ya corrompidos, muy difíciles de cambiar que no valía la pena intentarlo.

—Lo sé ¿Te sientes mal? ¿Cómo va el maravilloso trabajo? —el sarcasmo escurrió en la última pregunta formando una sonrisa falsa en los hombres.

—Muero de sed, me siento mal —se quejó BaekHyun parando solo por un momento para después continuar con su labor, lo menos que quería era que lo castigaran con más trabajo con la excusa patética de que no estaba haciendo su parte.

Mientras seguía moviendo la tierra con la pala BaekHyun le mando una mirada de reojo al chico a su lado, Do KyungSoo. Era un chico bastante divertido y amable, la amabilidad era lo que lo hacía bastante peligroso a los ojos de sus verdaderos amigos, parecía que nunca era capaz de ser egoísta con la gente que amaba incluso aunque era necesario alguna vez en la vida. Se conocían desde muy pequeños así que sabía unas buenas cuantas cosas de él, nunca le haría daño a nadie incluso si le fuera la vida en ello, un buen hombre.

—Tengo un chicle que le robe a un centinela, te lo daré —hablo alto de la nada otro chico a su lado que parecía muy atento a su conversación.

Sonrió al tomarlo, los dulces eran una delicia que estaba dispuesto a tomar incluso aunque sabía que intercambiándolo conseguiría algo mejor.

—Gracias, SunOh.

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⏰ Última actualización: Apr 27, 2021 ⏰

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