🕊Una razon para quedarme🕊

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Autora:LiaDiso24

Las lágrimas rodaban por su rostro sin cesar, su corazón deshidratado por las lágrimas no dejaba de hacerse pedazos. Su pecho no dejaba de apricionar sus pulmones dejándola sin aliento. Sus rodillas se doblaron en medio de la lluvia y cayo al suelo lodoso. Para después terminar tendida en el, el dolor era intenso y ni el frío de la lluvia lo contarestaba ya que la solo la muerte podía ser su consuelo.

Hoy era el cumpleaños de el, de su amor, el amor de su vida, de su mejor amigo. Que a pesar de los años ese maldito dolor no desaparecía, solo se fortalecía. ¿Porque tenía que morir?¿Porque debía sucederle a el?¿Acaso el no se merecía ser feliz? ¿Acaso ella no se merecía tener un final feliz?

Se hizo un ovillo en medio de la tumba de Neji Hyuga y rezo por qué sus párpados nunca se volvieran a abrir. Que su muerte llegará y pudiera por fin estar a su lado. Cada día era más difícil soportar su partida viendo a sus amigos casarse, tener familia y ser feliz. ¿Cómo viera sido su boda?¿Cuál viera sido su emoción al saber que llevaba en su vientre a su hijo? ¿Cómo se viera sentido esas mañanas al despertar a su lado?

Imaginarse no había sido la mejor manera de sanar ni menos aceptar la propuesta de matrimonio de Lee. El era increíble y le había ayudado a sorportar de ciertamente la pérdida pero no era el y tampoco se merecía vivir el resto de su vida en una vil mentira. No lo merecía y por esa misma razón había tomado una decisión.

La carta que había dejado en el comedor de su casa había sido el inicio de su plan, en ella le decía que era hora se ser feliz pero ella no era la indicada. Que aún que lo quería con todas sus fuerzas, ella no podía olvidar a Neji y que por lo mismo no podía seguir con esto.

Se quitó las lágrimas del rostro con fuerza y saco de su manga un kunai. El filo de aquel era supremo y era el último recuerdo de Neji. Recordaba muy bien el día que se lo dio como un regalo de cumpleaños y el grabado que había sido puesto en su mango con mucho cariño. Desde ese día había sido su herramienta favorita, su kunai de la suerte y por eso solo el merecía mancharse de su propia sangre. Así que lo levanto para ver por última vez su inscripción y no pudo evitar que el corazón se le estrujara de nuevo.

Cerró los ojos y sintió el filo en su muñeca. Ya no sentía nada, lo había dejado de sentir desde ese trágico día así que al ver su sangre diluirse con las gotas de lluvia no le importó. Tomo su otra muñeca y procedió a hacer lo mismo. Un corte profundo que partió sus venas en dos. Ya estaba hecho y por alguna razón su corazón pálpito de acuerdo con ella, era muy probable que después de todos esos años lo volviera a ver. Sus rostro, su carnosos labios, sus hermosos ojos y su sonrisa.

—¡Ten ten!

—¡Amor! ¡Despierta!

—¡Ten ten!

Grito esa voz profunda despertando de ese sueño y siendo consciente de la realidad. Su respiración era agitada y su corazón palpitaba en desaprobación de esa pesadilla, pero solo era una pesadilla. El estaba vivo y ella era feliz. Más feliz que nunca y lo hechos lo demostraban. El era su esposo y el padre de sus hijos.

—Tuviste un mal sueño

—¡Neji!

Unos fuertes brazos la acogieron sin preguntar nada y el calor inundó su sistema calentando todo a su paso. Su agitado corazón se calmó y un suspiro brotó de sus labios. La vida le había sonreído aún que un buen susto si se había llevado.

—No sabes lo que agradezco que este vivo

Neji río sin comprender mucho pero algo le decía que su pesadilla tenía que ver con el.

—¡Estoy aquí!—susurro apretándola más a su cuerpo mientras depositaba un beso en sus labios.

El beso pareció extenderse y antes que se dieran cuenta sus respiraciones estaban agitadas. Aun no podía creer que con un beso después de cinco años fuera tan intenso como antes pero ninguno de los dos estaba para reprochar nada. Solo eran dos almas que había sido predestinada para estar juntas y eso solo había una forma de comprobarlo.

Ten ten fue recostada sobre el mullido colchón y las manos de su esposo empezaron a acariciar su cuerpo sacando un par de suspiros de su parte. Todo era perfecto, todo era correcto más todo se fue al caño cuando la puerta de su habitación se abrió repentinamente y tuvieron que separarse inmediatamente.

—¡Papá!¡Mama!

—¡Mamá!¡Papá!

Los gritos de sus tres pequeños angelitos se hicieron presentes sacandoles una sonrisa a ambos progenitores e inmediatamente les hicieron un lugar en la cama. El primero en llegar era su primogénito, el niño de ojos perla y cabello chocolate que había sido un total imprevisto por el cual los jefes del clan Hyuga no habían dudado en casarlos sin pensar en sí era conveniente o no. El segundo tampoco se había hecho esperar, solo un año después de haber tenido a su primer hijo había venido el segundo, su cabello azulado y su ojos perla lo hacían la viva imagen de su padre, más su facinacion eran las herramientas ninja, dándole así un parecido en gustos a su madre.

Ya eran un familia perfecta y pensaron que con ellos sería suficiente pero el destino obviamente no estaba para acatar a nadie y así se había colado su pequeña princesa. Esa niña que había venido a terminar de ablandar al clan Hyuga, el delirio de su padre que la tenía super consentida y que sólo había terminado de completar su inmenso amor. Ella para su sorpresa no tenía un pelo de Hyuga, al contrario, era una mini Ten ten de la cual todos pensaron que no tendría el byakugan con esos tiernos ojos  chocolate más nunca la habían enojado.

La pequeña niña fue levantada por su padre y colocada en medio de ambos. Ella era una pequeña ternurita de tres años, perfecta y la copia ideal de su esposa más no debían confiarse de esa carita de angelito recién bajado del cielo. Ella era tremenda y lo había desmostrado cuando no la dejaron comer más dangos, el byakugan despertó en su tiernos ojitos, cambiando el chocolate por el perla y demostrando que en su sangre corría la sangre Hyuga más que en cualquier otro miembro de la familia secundaria, callando las bocas que decían lo contrario y aplastando las especulaciones de que ella solo sería una damita.

—¿Podemos comer dangos?—pregunto con una pequeña sonrisa.

—¿Eh?

Tenten se hecho a reír mientras le acariciaba la cabeza a sus otros pequeños, de seguro no la tenía fácil con su pequeña "ternura" como la llamaba  pero quién le mandaba a tenerla tan consentida.

—Mas tarde iremos pero solo si te comes el desayuno.

La pequeña hizo un chistoso puchero y se bajo de la cama junto a sus dos hermanos que no dudaron en ayudarla para ir al comedor.

La sonrisa boba no despareció de sus labios hasta que desaparecieron por la puerta y regreso la mirada a su esposa quién permanecía tendida en la cama observándolo. No podía con esa magnífica imagen, Neji con el torso desnudo, con una sonrisa boba, en su máximo esplendor que la dejaba sin aliento y por ultimo su frente sin la marca.

—Tendremos que aplazar esto—Expreso Neji interrumpiendo sus pensamientos—¿Ten ten?

—Te amo

—Yo más pero a qué se debe eso.

Su esposo la conocía bien y no le quedó más remedio que decirle.

—Soñé que estabas muerto

Neji sonrió con ternura y beso su  frente calmandola. Ya sabía que no necesitaba que le pidiera que le contara acerca de su pesadilla para que ella se lo contará, solo necesitaba tiempo y había sido más rápido de lo que pensó. No sé extrañaba que tuviera esas pesadillas pero el estaba allí y no merecía la pena nisiquiera pensarlo.

Se que ese día había sido difícil pero ella había sido su amuleto y por eso había sobrevivido.

—Solo necesitaba una razón para quedarme...

One-shot's NejitenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora