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Verla irse, con la cara llena de lágrimas y su voz rota luego de decirme aquello me hizo sentir miserable en mi propio cuerpo

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Verla irse, con la cara llena de lágrimas y su voz rota luego de decirme aquello me hizo sentir miserable en mi propio cuerpo. Porque yo no quería que se fuera, pero tampoco quería enteramente que se quedara, yo quería mantenerla en mi pecho como tantas mañanas quise en el pasado, pero también quería decirle que se fuera de una vez si de igual forma en el futuro me dejaría, yo quería decirle que la quería... Pero no me salió la voz para hacerlo. Simplemente me callé ante su pregunta y me callé ante sus actos cuando empezó a vestirse para irse.

Quería decirle que se quedara mi lado hasta el medio día, pero el miedo a salir lastimado me apretaba la garganta en todo momento.

Así que mientras ella salía de mi edificio yo me había quedado mirando a la nada mientras sentía en mi pecho una presión enorme que reconocía como un corazón roto... Elisa me quiere, eso me dijo antes de irse. Pero Irene también lo hacía, pero ella también me decía que me quería cada vez que yo como el gilipollas que soy le hacía el amor, ella también me abrazaba fuertemente y me decía que me quería como no había querido a nadie, ella también me mintió con eso para luego meterse con mi amigo.

Una vez más tenía miedo de que todas esas palabras bonitas que recibía fuesen pura farsa para hacerme sentir como el príncipe de sus vidas cuando no soy más que el esclavo de la historia, ese que buscas cuando tienes ganas de pasar un rato agradable, el que buscas cuando quieres que te quieran y te hagan sentir único en el mundo... Yo tenía miedo de que Elisa me estuviese viendo cómo su desquite emocional luego de que ha dejado a Harry, no quería ser su refugio mientras volvía a superar al inglés aquel, tenía miedo de ella y del amor que ella dice sentir por mi, pero peor aún... Tenía miedo del amor que estoy sintiendo por ella, tenía miedo de que esto acabase haciéndome daño.

Mis manos se quedaron aferradas a la sábana por sabrá Dios cuanto tiempo más, no supe no en que momento las lágrimas salieron de mis ojos y me resbalaron hasta el mentón, no supe cuando empecé a abrazarme a mi mismo acostado en posición fetal queriendo convencerme de que dejarla irse había sido la idea más sabia que había tenido en toda mi vida.

Mis piernas me levantaron de la cama buscando mi ropa en el suelo para ponermela y dejar de estar desnudo, luego salí de mi habitación en dirección a la sala de mi casa donde estaban mis amigos los cuales parecía que acababan de llegar a juzgar por sus malas pintas y las bolsas que llevaban en las manos.

Ambos me miraron y de inmediato se acercaron a mi al verme en el estado en el que estaba, y es que parecía que yo no estaba en mi, estaba entre vivo y muerto, estaba brincando de un lado de la emoción a otro porque no sabía cómo procesarlo todo. Parecía que la partida de Elisa esta mañana me ha hecho restaurar todo mi interior a cero, como si fuese yo un robot programado al que Elisa recién activó dejándolo en modo de fabrica.

— ¿Qué ha pasado, Ginés? ¿Por qué esas lágrimas? —soltaba la voz de mi amigo Félix mientras sus manos me acariciaban la nuca y sus ojos me miraban preocupado en serio.
— Elisa me dijo que me quiere, y la he dejado irse sin decirle nada —contesto al fin logrando en mis amigos un reacción confundida y hasta cierto punto sin comprender una mierda.
— ¿Qué hiciste qué? —alza la voz Borja mientras le mira de nuevo esperando que repita lo que acabo de decir.
— Elisa me dijo que me quería, y no me dieron los cojones para decirle que yo también la quiero que yo la sueño, la anhelo entre mis brazos todo el tiempo, que yo deseo poder estar con ella y ser quien la besa todo el tiempo y quién sale con ella de la mano a todas partes, no pude, me achiqué y acabé quedándome callado dejándola irse de aquí luego de haber hecho el amor y haber despertado juntos. —explico mejor obteniendo una mirada en verdad sorprendida de ambos.
— ¿¡Y por qué coño dejaste que pasara eso Ginés?! ¡Tú la quieres! ¡Tú te enamoraste de ella! —me apunta el más bajo mientras que empieza a dar vueltas en la habitación como si estuviera loco— ¡Te enamoraste de ella! ¿Por qué decidiste que era buena idea callar? —grita para mí haciéndome sollozar destrozado cubriendo mi cara con ambas manos escondiendo la vergüenza que tengo de decir que me da miedo, porque ellos saben que no me gusta el amor, saben que no me enamoro pero pocas veces me he dicho que la razón por la que no me gusta enamorarme es porque sé que indudablemente existe la posibilidad de salir herido de todo eso.

— porque tuve miedo, miedo de verla irse como hizo Irene alguna vez, miedo de que ella me esté mintiendo, de que se arrepienta de quererme, de que esto sea solo un pasatiempo para ella de esos que dentro de unos meses ya ni sientes, miedo de que ella despierte un día y decida que debe irse y dejarme atrás, que ha no me necesita ni me quiere —explico sintiendo de inmediato las manos de Félix rodeando mi cuerpo en un abrazo.
— no debes ceder ante tu miedo Ginés, ya lo has hecho mucho, por muchos años... Ahora viene frente a ti una chavala que está dispuesta a quererte incondicionalmente aún cuando habían acordado no enamorarse y tú simplemente piensas que la mejor opción es dejarla ir. Es que no lo entiendo Ginés —explica Borja— ¿En qué momento el amor que es tan lindo se volvió objeto de tu pesadilla? Debes vencerla y enfrentarte al amos. Nadie puede evitar salir herido, todo lo hacemos alguna vez pero sé también que todos, todos sin excepción conoceremos el amor verdadero una sola vez en la vida... Y tal vez el tuyo sea ella, pero nunca lo sabrás si no la buscas —mis ojos se van a él.

No sé si Borja tiene razón... Pero si ella es mi amor verdadero no quiero perderla por culpa de miedo... Tal vez deba enfrentarlo, tal vez deba ir a verla, tal vez solo deba ir a por ella y comerle la boca esperando lo mejor.

Tal vez sí estemos destinados a estar juntos para siempre, solo tal vez.

Friends with benefits - Walls (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora