CAPITULO I

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Luego de unas horas el chico se despertó con su vista algo borrosa por el fuerte golpe que había recibido en su cabeza horas antes.

Después de unos minutos su vista volvió a la normalidad, su cuerpo estaba atado a una especie de camilla, su manos  estaban atadas con unas esposas que dañaban poco a poco las muñecas de éste.

Suspiro hondo para regular su respiración, escucho pasos que provenían de afuera de la habitación y de pronto la puerta se abrió de golpe, dejando ver a un señor alto, un poco de musculatura, cabello oscuro y con un pequeño bigote.

-Me alegra que estés despierto
-Comento aquel señor de bigote entrando a la sala.

-Que es lo que usted quiere de  mí?

-Tienes suerte de aún tener vida joven si no fueras tan afortunado ya estarías sin vida -Dice burlonamente mientras que por la puerta entraba otro hombre el cual dejo una pequeña charola de metal a un lado a la altura de la cabeza del chico.

-Si continúo con vida es por alguna razón, dime qué es lo que harás? -Pregunta el chico con seriedad en su voz

-Joven porque no se relaja? Y piensa en algo aventurero -El señor le dió una sonrisa al chico, le dió una orden a su hombre que preparará el suero a lo que él hombre asintió.

-No pienso relajarme mientras estoy atado en contra de mi voluntad!! -Menciono el chico un poco alterado por la situación

-Joven esto será bueno para nosotros y perjudicial para su familia, su familia no creerá lo que están a punto de ver -Dijo el señor con una sonrisa maliciosa, el hombre que estaba preparando el suero, le entrego el suero en una pistola de metal.

-¿Que es eso? -Pregunto el chico un poco alarmado al ver el suero, ese suero tenía un color oscuro con pequeñas gotas rojizas-

-Joven, usted será la destrucción de su propia familia -Comento el señor con una sonrisa en la comisura de sus labios y le inyectó el suero al chico evitando que el se pudiera mover, provocando que el chico soltará un jadeo del dolor-

Me desperté de mi pesadilla con la respiración sobresaltada, mi cuerpo se encontraba sudando, pase mis manos por mi rostro tratando de tranquilizarme, no podía creer que después de tanto tiempo esa pesadilla había vuelto.

Así era cada noche, noche tras noche soñaba la misma pesadilla de lo sucedido aquel día, ese día en el cual mi vida cambio por completo.

La mafia américana experimento conmigo ese año, lo recuerdo como si fuera ayer, aveces todos hemos tenido pequeños momentos que nos marcan de por vida, bueno este es el mío; es mi pequeña marca personal, una marca que jamás había pedido.

El suero, un suero negro con gotas rojizas, el suero para crear a una persona como el arma letal par acabar incluso con su propia familia, ese suero provoca una personalidad maligna en el organismo del individuo... Por más inocente que sea la persona, esa persona inocente tiene una pizca de maldad.

Me levanté de la cama no estaba seguro de poder volver a dormir, cogí ropa limpia y fui a darme una ducha con agua fría para poder despejar mi mente de la pesadilla.

Al salir me vesti algo casual, una camisa blanca con flores de color negro, era mi favorita ya que reflejaba mi personalidad, una personalidad amable, gentil, bondadosa pero a la vez con pizca de maldad en el, un pantalón negro y mis tennis de color blanco, arregle mi cabello, hice la cama y baje a la cocina para poder cocinarme algo de desayunar.

Una vez terminando de cocinar, desayuné y terminé de hacer mi rutina matutina; al haberla terminado me di cuenta que el día era algo tranquilo así que decidí salir al patio trasero de la casa para poder  presenciar ese cielo azul celeste el cual era tan hermoso sin ningún rastro de una nuble blanca.

Mientras presenciaba el cielo un ruido capta mi atención, el ruido prevenía de la calle; un grupo de chicos estaban hablando entre ellos sobre que hacer para ese día.

Lo cual me dejaba pensado en que iba a hacer yo en este día... Así que para no dejar en vano dicho pensamiento ingresé de nuevo a la casa en busca de que actividad nueva podria realizar.

Decidí tomar las llaves de la casa y salir para ir a la cafetería, no tenía un plan, solo sabía que un muy buen café me calmaría los nervios que tenía por la pesadilla.

Al llegar a la cafetería entre en ella, me forme para esperar a que me atendieran, cuando por fin me atendieron ordene un café capuchino semi-amargo.

Me tomaron la nota y me salí de la fila para poder ir a sentarme a una mesa que daba con una ventana acompañada de una vista a un parque

Giré mi cabeza para poder observar el parque, se dibujo una pequeña sonrisa en la comisura de mis labios al ver a dos pequeños correr a las resbaladillas y comenzar a jugar una y otra vez.

En ese momento me viene un pequeño recuerdo de mi infancia, el recuerdo surgió en la casa de mis padres,  cuendo tenía aproximadamente 4 años; en el patio trasero de la casa había una resbaladilla a la cual siempre iba a jugar ahí porque era mi pequeño lugar favorito.

Todo era arcoiris cuando estaba jugando en el patio de la casa de mis padres, cuando ocurrió una tragedia, un auto color negro con vidrios polarizados se detuvo afuera de la parte trasera de la casa de mis padres.

Del auto se bajó un hombre con una vestimenta de traje negro y sin ningún aviso comenzó a disparar al patio, al parecer intentaba matarme.

No sé cómo hizo mi padre para llegar a mi y poder sacarme del patio sin ningún rasguño... Desde ese día las resbaladillas me dejaron de gustar.

Deje de recordar al oír una leve voz a mi lado, giré mi cabeza para que mi vista se  topara con una chica que me entregaba mi café, agarre mi bebida para luego darle las gracias por haberme traído lo que había ordenado.

Solté un pequeño suspiro antes de darle un sorbo a mi café y poder disfrutar de este al estar rodeado de otras personas.

ALPO I "Arma letal de un pasado oscuro"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora