Boda:

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Estoy frente al espejo, tratando de esbozar una sonrisa en mi rostro aunque mi corazón muere lentamente, mientras las sombras de un amor no correspondido me acompañan, veo una y otra vez el traje negro, cada vez estoy convenciendo de que ha sido lo más apropiado para la ocasión, mi corazón se ha vestido de luto y mi amor estaría sepultado ante el __acepto__ de tus labios.
Hoy no es la excepción, estoy pensando en ti, de manera diferente en específico en esa fiesta que se acostumbra días antes de la boda, dónde todos nos reunimos, estuviste tan cerca de mi que pensé en culpar el exceso de alcohol que habíamos ingerido para confesarte mis sentimientos y entregarnos a las llamas de la pasión. Pero no me atreví, después te ví entrar a una habitación con una hermosa rubia ataviada en un vestido azul, la cuál salió molesta, me acerqué y entré al cuarto, te quedaste dormido, estabas medio desnudo, la voz de la lujuria hizo eco en mi cabeza, la idea de culpar a esa noche de excesos de lo que pensaba hacer daba vueltas una y otra vez. Después de todo el peso moral pudo más, sabía que sería incapaz de verte a los ojos cargando en mi conciencia un acto tan nefasto como el que pensé en cometer.
Te vestí rápidamente, solo podía quedarme a tu lado y mirarte, la luz de los espectaculares que atravesaban las cortinas del lugar, las luces multicolores sobre ti acentúan aquella gama de sensaciones que sentía. Acaricié tus cabellos. __"Eres perfecto"__, te lo dije al oído.

Rocé mis labios en tu mejilla y recordé aquel cuento donde el príncipe besa a la dama durmiente y es despertada por ese beso de amor, sin dudar, lo hice, hurte aquello que tanto anhelaba y con ese acto, darte todo ese amor que he guardado en mi corazón tanto tiempo. Tengo que reconocer que cometí la mayor estupidez al hacerlo, ese beso no deja de pasear por mi mente día y noche, esperando la oportunidad de rozar nuevamente nuestros labios. Puedo jurar que sí fuera ajeno al mundo al que pertenecemos, diría que he quedado hechizado con una maldición difícil de revertir, porque me enamoré de alguien que jamás sentirá lo mismo por mi.

El golpeteo singular que tienes al llamar a la puerta se hizo presente, te miré, olvidaste hacer el nudo de tu corbata, te veías tan bien en ese traje que también era del color del mío, pero contigo el negro tenía más significados que el luto.
__ Gracias, no sé que haría sin ti.
__ Tal vez, no estarías aquí.
__ No te subestimes, eres el mejor amigo que cualquiera podría querer en la vida.
__ ¿Me lo juras?
__ Podría hacer un juramento inquebrantable por ti.
Ambos sonreímos. La lucha constante de sacarte de mi corazón estaba más presente que nunca, nuestros alientos estaban cerca uno del otro, mis instintos suplicaban por besarte, mi mente y manos querían terminar pronto el nudo de tu corbata, pero tu loción embriagadora me exitaba y me invitaba a algo más, al final pude terminar el nudo de la prenda.
__ Un buen trabajo como siempre. Gracias.
__ Para eso estamos los amigos.
__ Ahora eres mi padrino.
__ Cierto.
__ Nos vemos en un momento más.

Te retiraste con una sonrisa en tus labios, cualquier sonrisa es bella en tu rostro y más aquella que puedo llegar a causar.

A Cornamenta:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora