VII

175 23 7
                                    

Estaban en una finca, la finca del Patrón, así era llamado el líder de los pilares, a decir verdad, Akuma no tenía ni idea de lo que era un pilar, y tampoco sabía que había alguien encargado de todos. El pensaba que el arte de matar demonios, era libre y sin líder. De todas maneras, se encontraba frente a un establecimiento extraño, estaba rodeado de muchos individuos, entre ellos se encontraba Tanjiro y una caja.

No pasó mucho tiempo, cuando todos se arrodillaron frente a un chico, que tenía la frente y parte de los ojos dañada.

-Buenos días Patrón- Dijeron al unísono todos los presentes excepto el, y Tanjiro.

Buenos días hijos míos, ha pasado un largo tiempo desde que no nos vemos.-Dijo el patrón.

Arrodillaros, imbéciles.- Aquello lo dijo un chico con muchas cicatrices por el cuerpo, los obligó de manera física a hacerlo, y no tuvieron más remedio que aceptar.

-S-sueltanos...- Tanjiro lo decía por su hermana, que estaba dentro de la caja, ensangrentada.

-S-sueltalo a el...-Dijo chasqueando la lengua Akuma. El todavía no sabía que tenía una hermana.

-Callaos, dejad que el patrón hable.-Lo decía en voz baja para que no lo escuchase el líder.

Y así fue, el patrón habló de nuevo, de la misma manera, con tranquilidad y mucha paz.

-Si la hermana demuestra ser impune a los humanos, la aceptaremos de manera pacífica. ¿Verdad chicos?-No esperó respuesta alguna de los contrarios, y Sanemi junto al patrón, visualizaron que su hermana no era peligrosa, pues intentaba no morderlos y lo conseguía a la perfección.

-La hermana es inocente, un honor conocerte Tanjiro. Dejaremos a tu hermana en otra parte, nosotros nos encargaremos de cuidarla.-Dijo el patrón, sonriendo por poder llegar a socializar con un demonio.

-¿Y qué hacemos con este? Le ha dado la tabarra a su propio cuervo. No debería ser parte de este lugar. Eso es obvio.-Sanemi lo dijo dirigiéndose a Akuma, y Akuma simplemente se quedó ahí, quieto.

-Yo... Yo no he...-intentó contestar, pero al ser Sanemi el que llevaba la situación, era imposible responder, era muy cabezón.

-Que le haya dado la tabarra no significa que sea un mal cazador- Defendió El pilar de la llama. A lo que Sanemi respondió sin argumentos.

-Claro que lo es, si su sueño fuera realmente ser cazador, no hubiese molestado a alguien importante.-Desafiaba con la mirada a Rengoku.

-¡Yo no he molestado a nadie!-Se apartó de un salto hacia atrás, y sacó su Nichirinto.

-¡Si no fuera mi sueño! ¿¡Crees que llevaría está Nichirin conmigo?! ¡Vosotros sois fuertes y poderosos! ¡Pero no diríais lo mismo si tuvierais está Nichirin! ¿Buenas personas? ¿¡Como que buenas personas?! ¡Idiotas! ¡Idiotas! ¡Sois todos una panda de idiotas! ¡Lo siento mucho patrón! O lo que sea que seas... Pero si nadie se toma enserio mi sueño...-Ni si quiera acabó la frase, simplemente guardó la Nichirinto, y a paso lento se iba de la finca, con algunas lágrimas surcando sus mejillas.

Nadie habló, hasta el mismísimo patrón estaba de piedra, a lo mejor había destrozado los sueños de alguien, y de algo estaba seguro... El no era un demonio, que acababa con sueños. Esa Nichirinto era conocida por todos los pilares, pero nadie se atrevía a asumir, que alguien tan joven, cargara con tal responsabilidad. Era un orgullo que alguien supiese que podría morir en cualquier momento, y aun así quisiera seguir adelante.

No deberías haberle dicho algo así...—Dijo Rengoku acercándose a Akuma, que iba a paso lento hacía la salida. Cuando se acercó, le tocó el hombre, mirándolo.

¡¿Que quieres?!—Dijo sin ningún tipo de autoridad, con una mirada desafiante y llorosa.

No deberíamos haberte dicho eso... Es realmente indignado. Te pedimos disculpas. Todos nosotros. —Rengoku se alejó unos centímetros y hizo una postura de reverencia, para pedirle disculpas.

H-huh...—Todavia lloraba pero estaba sorprendido. Muy sorprendido de hecho. No quería que alguien tan importante hiciese eso, así que intento secarse las lágrimas, y lo negó profundamente.—No hagas eso...—

Rengoku al escuchar aquello, dejó de hacer la reverencia y se levantó, mirándolo a los ojos sin subestimarlo.

Chico... Yo creo en ti...—Rengoku no estaba seguro de lo que había dicho, pero sabía que era verdad y iba a confiar en el, por supuesto.

Sanemi... Disculpate con el, ahora mismo.—El patrón ofreció palabra, y dió una orden a Sanemi.

Pero... Patrón, el realmente es escoria... ¿Quien iba a quererlo? Es una Nichirinto que solo ha tenido una generación. ¿Pretendes que perdone a alguien que no es capaz de llegar al nivel? Me niego, el ha decidido su destino, y si lo ha hecho por morir, que muera.—Sanemi era así, pero si alguien le cae mal desde un principio, no volverá ni podrá caerle bien, nunca.

Sanemi, retira lo dicho. Ahora mismo.—Rengoku también lo obligó.

Sanemi se acercó a Akuma, mirándolo de manera desafiante, y repugnante. Lo agarró del cuello del atuendo, y lo elevó un poco.

Tanjiro es mejor que tú. Eso lo tengo claro, el no se ha rendido en ningún momento, y ha conseguido golpearme con facilidad la cabeza. Seguro que sus amiguitos y el, son mejores que tú, por mucho.—Asestó un golpe seco en su estomago, provocando que Akuma escupiera sangre.

—¡Sanemi!—Esta vez fué Shinobu la que se levantó.

—Ya basta, Sanemi.—El patrón no estaba enfadado, pero si quería parar la ira de Sanemi hacia el pobre Akuma, que no tenía culpa de nada.

¡Callad! ¡Merece ser tratado así! Este chico no será capaz nunca de sobrevivir. ¡Nunca lo será!—De nuevo, asestó un golpe, esta vez en la mejilla.

¡Ya basta Sanemi!—Rengoku intentó parar la situación.

¿¡Estarás preparado acaso para perder a alguien?! ¡Aquí se viene sabiendo las consecuencias! ¿Que sabrás tú de perder a alguien? ¡Pedazo de escoria!—Otro golpe en el estómago fué dirigido a Akuma, que intentaba escabullirse.

Akuma solo lo miró sonriendo, con algunas lágrimas. Sonreía por qué sabía lo que era perder a alguien importante. Entonces Sanemi lo entendió, entendió que aquel chico había sufrido ya lo bastante. Le había dado golpes, había perdido a familia, había matado, y había sido ignorado.

Tsk...—Chasqueó Sanemi la lengua, y soltó de mala manera a Akuma, que tosía porfín pudiendo respirar mejor.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Pregunta: Queréis que a Akuma le gusten los chicos o las chicas.





MÁS BRILLANTE QUE EL SOL [KIMETSU NO YAIBA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora