Uno| Cuando el mundo se fue a la mi3rdA.
Jungkook
Abrazo con fuerza a mi hijo dormido entre mis brazos. Su cara de corderito está en calma total, y su semblante contraído me causa ternura. Acaricio su nariz con la yema de mi dedo procurando no despertarlo de su profundo sueño, y suspiro viendo a través de la ventana. Es de madrugada y parece querer llover.
La habitación está en silencio y el frio mañanero cubre todos los rincones, colándose por las cortinas abiertas de par en par. La oscuridad es agradable y me incita a seguir abrigado por la suaves y acolchadas mantas, pero por obligación me abstengo. Hoy es otro día más de pendientes y del trabajo en los alrededores del colegio de Kang, como profesor de lucha libre.
Antes trabajaba como agente especial para el país de Corea del Sur, por eso soy un gran peleador y combatiente, sin embargo lo dejé para estar más tiempo al lado de mi hijo. Además de que siempre que iba a diferentes misiones para proteger y mantener la paz en Corea, era como una carta de muerte no asegurada. Regresar con vida era una constante lucha interna por la que tenía que pasar para volver a ver a Kang.
Estiro mis brazos provocando la protesta que sale de los labios de mi pequeño niño. Esbozo una sonrisa burlona y él abre los ojos con el ceño fruncido.
—Papá, aún es temprano —acusa descontento y se rasca los ojos con sus diminutas manos.
—No lo es, Kang. Dentro de poco sonará la alarma y debemos estar listos. —Le despeino el cabello con los dedos para insitarlo a moverse fuera de las sábanas—. Recuerda que hoy pasaremos por la tía Dal-mi, para llevarla a su cita médica y luego el colegio.
Su rostro se desfigura por la confusión, pero luego asiente soñoliento cuando se le prende el foco. A veces suele ser muy despistado y olvidadizo.
—Está bien, todo por mi tía favorita —cede con voz ronca y se levanta de la cama para ir directo a la puerta del baño.
¿Tiene otra tía a parte de ella?
Me impulso fuera de las colchas y agarro las prendas de ropa listas en mi mesa de noche. Paso así mi camisa gris sobre mi cabeza y me fundo en un pantalón suelto con tela de Jeans. Poso mis pies sobre mis pantuflas y termino estirando todo mi cuerpo y torso hasta sentirme listo para empezar la mañana.
—Iré preparando el desayuno —le aviso de manera audible y tiendo con rapidez la cama—. No te demores Kang, o si no yo mismo te sacaré a rastas.
Escucho su risa haciendo eco en el cuarto de aseo.
—Entendido, mi comandante.
Sonrío y camino fuera de la habitación escaleras abajo.
Paso por la sala amueblada con sillas coloridas, mesas arregladas, y ventanas cerradas con las cortinas destapadas y prendo el televisor, dejándolo en el canal de noticias. Procuro bajarle el volúmen para evitar despertar a posibles vecinos dormidos y voy hacia la cocina.
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The dead not so dead - KookV
TerrorJeon Jungkook, ex agente de las fuerzas especiales de Corea del Sur, se verá envuelto en una encrucijada cuando el mundo esté por acabarse: deberá unir alianzas con un detective policial si desea mantener con vida a su hijo de tan solo once años. En...