Lidiando Con Mi Pasado (Loudcest)

Capitulo 22.- Sin rencores

Lincoln y Laika veían desde la acera una casa amplia de un solo piso siendo el inmueble del albino. No se acercan más porque tenia el detalle de estar incendiado una gran parte de la estructura haciendo que no fuera seguro entrar.

— ¿Cuánto tiempo tardarán en reconstruir la casa папа? — dijo Laika con las manos en sus bolsillos observando su nuevo hogar.

— Dos meses... También en remodelar también algunas habitaciones para tus hermanas.

— Pero tendré mi propia habitación ¿Verdad?

— Serás la única...

Una malvada sonrisa se dibujó en el rostro de Laika, estaba feliz porque su papá le tendría preferencia con ella, pero lo que no sabía era que cuando sus hermanos vinieran de visita a pasar unos días con ellos tendría que compartir solo un baño mientras que su padre tenía el suyo propio en la habitación.

— ¿Enserio tenemos que pasar por las otras? — dijo la pelirroja de mala gana porque tenía que convivir unos días con Lina, Gloom y Reina.

— Tengo que hacerlo por la custodia que me dictaminó la juez, aparte solo será unos días a la semana y tú les agradas mucho, no le veo el problema.

— Si, pero se mueven mucho y no me dejarán dormir al compartir la cama.

— Tienes una cama grande para ti sola en el departamento, no pasa nada si la compartes.

— Bien...

— Mira la hora que es — le mostró su reloj en su muñeca y ella hizo una expresión de asombro con evidente sarcasmo. — Vámonos, no quiero Ronnie Anne se enojé por llegar tarde...

— Llevo viviendo contigo un mes y no me gusta como te mira cuando no te das cuenta.

— Solo somos amigos.

— Claro... amigos...

Se fueron de la propiedad.

~{*}~

Al día siguiente siendo una hermosa mañana del sábado, Laika, Lina, Reina y Gloom dormían todas juntas en una gran cama hechas bola rodeadas de almohadas y cobijas de distintas formas y tamaños.

Nada podía ser mejor que dormir en la mañana de un fin de semana donde el único ruido era el del aire acondicionado circulando por la habitación de la pelirroja rusa.

— ¡A levantarse tesoros! — Lincoln abrió las cortinas dejando entrar abruptamente la luz del amanecer despertando a sus cuartos niñas de golpe de golpe.

Seguido, el hombre comenzó a recojer la ropa sucia esparcidos alrededor del cuarto llevándolas al cesto de ropa para lavarla.

— ¡Viejo!, ¡Son las 5 de la mañana! — gritó Lina tapándose torpemente sus ojos de la luz solar.

— Eso que, tienen levantarse, bañarse, cambiarse, peinarse, desayunar, cepillarse los dientes, ayudarme a limpiar la casa, acompañarme a comprar despensa... ... ...

Lincoln seguía hablando mientras sus hijas de mala gana le hacían caso con una hueva que apenas podían estar en pie.

Mientras que sus becerros hacían fila para el baño, el albino colocaba toda la ropa en lavadora poniendo todo el desmadre del jabón y suavizante y encendió la máquina. Luego fue  hacer el desayuno donde cada una de sus retoños tenían su gustos. A Laika le preparó dos huevos duros con tocino, a Reina un huevos rancheros con picante, Lina huevo revuelto con tocino, cebolla y pimienta, y a Gloom dos huevos estrellados con tocino con carita sonriente de vampiro.