Negra de ojos azules

¿Qué quieres que te diga?

II

Sussi

El taxi se detiene rudamente y me sobresalto, Cristian tiene la cabeza sobre mis rodillas, toda ensangrentada y el brazo derecho algo fuera de su lugar habitual, definitivamente se le ha roto,

sujeto el cadáver de mi móvil roto con bastante fuerza con la mano izquierda, la pantalla está algo hecha mierda pero consigo ver el reflejo de mi cara sin apenas distorsión alguna,

estaré teniendo una conmoción o algo, una gruesa gota de sangre sale de mi nariz y se desliza sobre mis gruesos labios, espera, mis labios no son nada gruesos, se me han hinchado por el golpe que me ha dado al salir el airbag frontal, me paso la mano que tengo libre por el resto del cuerpo para tratar de detectarme más magulladuras; no puedo parar de pensar en lo que acaba de pasar, no recuerdo gran cosa,

estábamos saliendo de la casa de Cristian a las afueras de Malabo II, llevaba con él desde que volví de Madrid unas dos semanas antes del incidente.

Recuerdo sentir una desesperación abrumadora cierta noche en mi cuarto en casa de mi madre en pleno centro de la ciudad del Sol, tenía el móvil cargándose cuando recibí cinco mensajes, me levanté del enorme escritorio en el que mi padre acostumbraba a pasarse horas enteras diseñando sus planos o alguna otra cosa,

después de separarse mi madre decidió convertir su despacho en un cuarto extra con la esperanza de poder alquilárselo a alguna estudiante y sacarse unos euros, aunque en realidad quisiera tener a alguien que no fuera ella dando vueltas por esa casa vacía, el único que le hacía compañía era Pepe, un hermoso Bichón frisé de dos años que había adoptado meses atrás, con Pepe a su lado la casa le pesaba menos, se pasaba horas hablándole,

el pobre se quejaba soltando pequeños ladridos que mi madre se tomaba como respuestas a sus inquietudes existenciales, en serio, yo estaré loca, pero mi madre me supera con creces, es un claro Barça vs Bayern Munich.

Está fatal decirlo, pero desde que lo dejaron noto a mamá bastante perdida, como si no supiera qué ser aparte de "esposa de" y "madre de", porque yo me fui a Malabo con mi padre porque tal y como lo dijo él

- Carmen, yo te quiero más que a nada en esta vida -dice mi padre a punto de salir por la puerta con ese porte que tienen las personas que se van para no volver

- ¡¿pero?! -replica mi madre entre sollozos entrecortados.

- per...-él se queda bloqueado unos segundos pero continúa- necesitas aprender a estar sola, o contigo misma que viene a ser igual

- ¿cómo puedes decirme que me quieres cuando tu solución a nuestros problemas es huir de mí?, ¿eh Andrés?, -ella toma una larga bocanada de aire y sube bastante la voz, es de esas personas que no saben hablar si no es gritando

- eres un puto cobarde, ¿lo sabes no?, un puto cobarde es lo que eres, y siempre lo has sido, cuando todo se complica demasiado para tu gusto haces las maletas y te vas, igual que haces siempre, igual que hiciste cuando murió Ana -uy, no debiste haber dicho eso Sandra, pienso para mis adentros mientras me imbuyo más en el recuerdo.

- ¿cómo te atreves a decirme eso? -se le hincha una vena en la frente y se hace bastante llamativa, definitivamente le ha hecho mucho daño lo que acaba de decir ella, se da la vuelta rápidamente y arremete contra ella con ademán de asestarle un golpe a ella

- oh, ¡¿en serio Andrés?! -dice ella imponiendo su figura a pesar de verse diminuta frente a él- ¿vas a hacerlo delante de tu hija?

-pregunta ella con la voz firme, claramente es quien controla la situación, él se detiene en seco