Negra de ojos azules

Las niñas de hoy tenemos mucho falto

III

Foni

Las cosas no están yendo nada bien ahora mismo. Pero que nada bien.

La madre de Sussi nos llamó diciendo que había recibido un mensaje que parecía suyo un par de minutos antes, la señora esperaba que la dijese que todo era una broma y que su hija estaba conmigo entrando a clase como en cualquier otro primer día; se puso súper histérica cuando confirmé sus miedos,

era su segunda vez en Malabo e igual que durante la primera todo pintaba fatal para una de sus hijas, en cuanto pudimos divisar a Sussi en la cancha que da acceso a la recepción del edificio hospitalario la vimos desplomarse como si todos sus sistemas hubiesen sufrido un apagón a causa de alguna especie de pulso electromagnético.

Fue tan súbito que casi se desnuca.
Sussi estaba sudando a chorros, con los labios algo hinchados y la nariz ensangrentada parecía haber tenido una pelea épica y que quien había besado la lona, era ella.

Jaime dio tres zancadas dejándonos atrás a la madre de Sussi y yo en cuestión de segundos, me sorprendió tanto atletismo de repente, el tío es un negado en tema deportes, al menos hasta donde me consta,

en clase de educación física siempre estaba cayéndose o quejándose de la dificultad de algún ejercicio; se desliza por el suelo de manera impecable mientras se quita el uniforme y se queda con el torso desnudo, espera,

¿pero qué demonios están viendo mis ojos casi ciegos?, sólo consigo verle la espalda porque estoy detrás suyo, la tiene bastante tonificada , bastante es poco, está como si se la hubiesen tallado a mano unos artesanos bastante diestros,

me quedo bastante sorprendida, Jaime siempre ha estado algo fondón, dependiendo de a quién le preguntes te dirá que estaba gordo, yo digo que sus carnes estaban bien repartidas en sus 1,86 metros de altura,

siempre diciendo que pasaba de la gente con su six pack mientras él estaba tan tranquilo con su one pack, aparto ese pensamiento mientras hago una nota mental:

Nota mental

Asunto: Jaime y sus nuevas modificaciones
Cuestión: ¿quién es este señor y dónde ha dejado el sexy cadáver de mi mejor amigo?

El Jaime descamisado cubre el pecho de Sussi con su uniforme, antes de hacerlo me doy cuenta de que se le había salido una teta, qué ojo tiene el tío para lo que toca; la levanta en brazos,

atraviesa las enormes puertas de cristal y se mete en el complejo de la UCI, nosotras lo seguimos extasiadas, me quedo un rato sin aliento pero la madre de Sussi tira de mí con una fuerza que casi me rompe la vida,

literalmente me paso dos segundos en el aire, al entrar no logramos ver a Jaime, el lugar está saturado, con gente por todas partes, se oyen gritos apagados y llantos de bebés y otras personas, parecen estar mezclados en el aire porque trato de aguzar el oído para averiguar de dónde salen pero nada,
son gritos fantasmales, estoy segura.

Nos ponemos a preguntarles a unas señoras sentadas a la izquierda de las compuertas, están una a cada lado de un chico con la piel bastante oscura con la pierna derecha amputada hasta debajo de la rodilla, no debe ser mucho mayor que yo,

está como dormido sobre el hombro de la señora a su izquierda, nos dan unas indicaciones señalando una sala amplia al final del largo pasillo justo al torcer una vez a la izquierda, atravesamos las instalaciones sin dilación,

no puedo evitar echar algún vistazo a algunas de las salas abiertas fugazmente, algunas simplemente están vacías mientras que en la mayoría veo cosas que me hacen maldecir mi curiosidad,