Adicto a Ti. Parte I

154 5 0
                                    

Quiero concentrarme en la veraniega brisa que entra por la ventana entre abierta de esta mi prisión, mi dolorosa y brillante prisión. Me niego a sentir el dolor, ni el placer, no quiero oír mi voz que despilfarra sin pudor sonidos llenos de lujuria. No quiero ni siquiera imaginar tu rostro mientras me llevas al límite, tus manos dominantes que encienden mi piel a su paso por mi ansioso cuerpo, ni sentir tus besos inmodestos, ni oír tu voz que me enciende aún más; solo quiero sentir la suave brisa que acaricia inocente mi rostro, respirar aunque sea por sólo un instante, la libertad.
No puedo. Alex, ¿Cómo puedo mostrar indiferencia si me tocas así? No puedo decir qué te odio, ya no puedo negar que lo deseó. Ya ni siquiera me atrevo a decir qué duele sí cuando rasgas mi piel sin compasión y brota la sangre caliente estoy retorciendome de placer.

¿Tú lo sabes, verdad? Desde que mi familia me vendió para saldar la cuenta que mi hermano tenía contigo hace ya más de un año, ya lo sabías. Conoces perfectamente mi cuerpo, sabes dónde tocarme para que pierda la cordura, para que pierda mi orgullo y me entregué a ti sin pensarlo.

Siento tus dedos introducirse en mi interior, se que lo buscas, buscas mi punto más sensible; del cual noconocía de su existencia hasta qué te conocí. De cara al lecho totalmente desnudo, intentó ahogar mis gemidos llenos de placer al sentir cómo tus largos y escurridizos dedos preparan mi entrada para ti. Acaricias aquel punto dentro de mi una y otra vez, creó que voy a enloquecer. Tus labios se acercan a mi rostro y tu voz excitada susurrandome penetra mis oídos. Tal ves tengas razón... soy un lujurioso, soy tú gata en celo, soy tú esclavo encadenado a ti por siempre.

Pero ahora ya nada importa, mis odios, miedos, tristezas y anhelos se oscurecen y todo mi ser se llena de ti.

Solo puedo pensar en ti Alex, por eso te odio tanto. Sostienes mis caderas con firmeza y el repentino vacío en mi interior que añora tus dedos se acaba al sentir cómo me das la vuelta para quedar frente a frente y tu deseo ardiente dandose paso por mi estrecha entrada sin piedad, ahogó un grito de dolor y me aferró a las sabanas blancas. Siento qué te detienes para para darme un respiró, cierro los ojos y me doy cuenta como el dolor es reemplazado totalmente por la lujuria de ser poseído y dominado por ti.

- Mi precioso muñeco ¿Estás listo para que rompa tu precioso culito? - Susurras a mi oído al tiempo de comenzar a embestirme con fuerza y el cuarto se llena de jadeos inmodestos mezcladas con los chirridos de la cama y de tus morbosas palabras.

Me siento solo Alex. Rodeó tu cuello con mis brazos, por favor dame tu calor, dime que soy tuyo, prometeme que sólo me verás a mi. ¡No! Apartó esos pensamientos de mi cabeza y te suelto. Cierro los ojos y buscó incesante perderme en mis recuerdos, pero me percató que solo llevo en mi recuerdos que me hieren, me siento cada vez más y más solo, sólo veo oscuridad; mi oscura celda, la oscura noche, tus oscuros ojos llenos de deseo.

Unas cuantas embestidas más y todo acaba cuando me corro en tu vientre y tu en mi interior, dulce sensación de estar llenó sólo de ti. Ya sólo quedan alientos agitados y el olor a sexo que invade la habitación. Te apartas y te sientas en la cama muy cerca a mi, encendiendo un cigarrillo. La luz de la luna llena me permite ver tu esbelta figura. Me acurruco a tu lado en busca de calor, te odio tanto pero no puedo dejar de amarte.

Se que ya es hora pero... no logró moverme, sólo quiero que estés mi lado llenando el vacío que hay en mi.

Bueno espero que os guste, pronto dejaré la segunda parte. Gracias por leer!

Adicto a Ti (yaoi, gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora