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Volvió a ser lunes, Denzel siempre sintió que su vida era un bucle, pero ahora un mensaje de Fran rompía esa rutina.

Eventualmente Denzel comenzó a salir más de casa, pasaba tiempo con Fran y Elaine, era un poco más feliz. Pero nunca dejó de quedarse sentado frente a la misma chimenea contemplando la misma fotografía.

Y volvió a tomar un papel y un bolígrafo negro, sentado en su misma silla de escritorio, escribiéndole a la misma persona.


"Algún día entenderemos todo esto, por que ninguno lo entiende aún, sé que por ti siento cosas que no sentí nunca, sé que te quiero, sé que te amo, sé que tu-" Al igual que siempre, un papel más ocupaba espacio en el cajón.


Al siguiente día Fran le preguntó a Denzel si podía ir a su casa, ya que fuera hacía bastante frío, Denzel accedió y justo antes de que guardase uno de los papeles sin terminar en el cajón, Fran llamó al timbre y Denzel bajó apresurado para abrirle la puerta y darle la bienvenida.

Una vez dentro, se sentaron enfrente de la chimenea calentándose del helado viento de la calle, tras haber intercambiado varias palabras, Fran alzó la mirada y vio la foto de los dos jóvenes sonrientes.

"¡Ese es tu amigo!" Exclamó.

"Si... lo es, mi amigo"

"¿Cuál era su nombre?"

"No quiero hablar de el ahora, perdón"

"No pasa nada, ¿puedes enseñarme la casa?"

"Está bien"


Subieron las escaleras y Fran señaló al desván; "¿podemos subir?" añadió.

"Claro, supongo, vamos"

Denzel tiró de la cuerda que abría las escaleras hacia el desván, y acto seguido subieron, a pesar de ser un desván, parecía muy limpio.

"¿Que es esta caja en la que pone 'para Lemon'?" preguntó Fran.

"Cosas de mi... amigo, el de la foto, nunca abrí esa caja."

"¿Por qué?

"Dijo que era para cuando cumpliese 23 años, para él ese número tenía algo especial"

Y así era, para aquel joven sonriente de la foto, ese número era muy importante, pero aún ni siquiera él sabía porque, aún no.

"Igualmente eso es dentro de poco."

"¿Te acuerdas de mi cumpleaños?"

"Como para olvidarlo, tu amigo ese día puso guirnaldas por toda la clase, se nota que te quería"

Y estaba en lo correcto, le quería, le apreciaba muchísimo.

"¿Por qué querías subir al desván?" preguntó Denzel tras unos minutos de silencio.

"Me parece interesante"

"Eres raro"

"Tú también" Fran sonrió de oreja a oreja.


Esa última respuesta de Fran rompió a Denzel, era una de las cosas que solía decirle a su amigo, tan pronto como Fran regresó a su casa, Denzel calló de nuevo en ese océano en el cual se ahogaba de recuerdos de él, como de costumbre eran recuerdos bonitos los que hacían que el mundo se le cayese encima, el que más le solía dañar era el recuerdo de ellos viendo las estrellas;

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Denzel se dejó caer sobre las piernas de su amigo mientras este jugaba con su pelo rizado y pelirrojo. Denzel le miró a los ojos y en ellos vio las estrellas, pero no necesariamente las del cielo que todos conocemos, sino las estrellas del cielo que formaban los ojos de su amigo.

"¿Qué me miras tanto?" Preguntó su amigo riéndose.

Denzel lo que en verdad quiso decirle era que cada vez que miraba directo a sus ojos y sus miradas se cruzaban, sentía que todo en la vida merecía la pena, quería decirle que sus ojos eran el cielo y él era el sol que iluminaba sus días, pero calló todo esto y respondió; "Nada, tus ojos son bonitos."


"Gracias" Su amigo sonrió de una forma sincera por que de alguna manera sabía que decía algo más que esas simples palabras.

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Denzel siempre quería decirle todo lo que sentía, quería darle las gracias por todo, quería decirle todo lo que significaba para él, pero siempre lo dejaba para otro día o 'un mejor momento', Denzel se dio cuenta quizás demasiado tarde de que ese buen momento para decirle todo podría haber sido cualquier segundo que pasaron juntos. Pero él quiso esperar, y ese momento, el que él quería, nunca llegó y ya era tarde, el tiempo es un enemigo contra el que no puedes luchar. Cuando se propuso a decirle todo ya era tarde.


Un tiempo después le llegó un mensaje de Fran que decía: "¿Tu amigo está muerto?"

Denzel se sobresaltó, respondió inmediatamente que no, que él seguía vivo. Lo que a él le molestó fue la manera en la que lo dijo, lo dijo como si fuera algo que no le dolería, pero por la forma de ser de Fran, asumió que no lo dijo con mala intención.


La muerte era algo que Denzel temía, temía morir sin haber visto una vez al hombre que amaba, temía morir sin ver al joven sonriente de la fotografía una vez más, una última vez, quería volver a abrazarle, más fuerte que nunca, quería sentir que estaba a su lado antes de morir, era lo único que pedía. Temía tanto la muerte que el solo hecho de mencionarla le provocaba  angustia.

Pero supuso que Fran no sabía eso, y nunca se lo comentó, nunca quiso parecer débil, cuando en realidad lo era, no tiene nada de malo, claro que no, pero Denzel siempre pensó que debía mantenerse feliz, ya que según mucha gente, Denzel lo tenía todo.

Tenía todo menos lo más importante que conocía.

Tenía todo menos al chico sonriente de la fotografía apoyada en la chimenea que contemplaba todos los días, desde el mismo sillón, a la misma hora, de la misma manera, escuchando las mismas canciones y con los mismos recuerdos cruzándose en su mente clavándose como rosas bellas con espinas que perforaban su corazón, ya que al igual que las rosas, los recuerdos eran bellos, pero le hacían daño, pero seguían siendo bellos. Para él era un sentimiento de nostalgia que le causaba un dolor inexplicable.


Esa noche, Denzel continuó escribiendo las cosas que le gustaría decirle y al final metiéndolas en el mismo cajón pensando que no son lo suficientemente buenas.


Luego, se durmió escuchando las canciones favoritas del joven de la foto, amaba su gusto en la música, pero le amaba mucho más a él.

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⏰ Última actualización: Apr 22, 2021 ⏰

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