SEMEJANZAS.

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-¿Te quedarás ahí perdiendo el tiempo como idiota?.

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Eso fue lo último que me dijiste, antes de iniciar a entrenar; sé que ese es el motivo principal, por el cual entramos ¿Pero, era necesario comenzar de inmediato?. Teníamos un año, después de todo.
De igual forma no quise contradecirte y me uní a ti, en cuanto me acerqué me miraste con mala cara; "- Este sitio es lo suficientemente grande, no estorbes", dijiste. Y me quede allí, viendo tu espalda mientras te perdiste en el horizonte.

Te quise dar espacio, pero la preocupación pudo más; fui a buscarte y desperté en el fondo de un cráter, con tres costillas rotas. Tu falta de interés hacia mi persona, me desgarro por dentro.
Creí que al saber mi verdadera identidad sería diferente, que serías diferente; me rehusé a darme por vencido y recuerdo que tomó dos meses completos, lograr que aceptarás entrenar conmigo. Fui muy iluso, de verdad creí que entraste en razón.

Pero lo único que querías era un saco de boxeo, al parecer te habías cansado de lanzar golpes al aire; además tu vocabulario se basaba en gruñidos, monosílabos e insultos. Fue difícil aprender a interpretarte y fui yo quién hablo por los dos, esto te irritó... vaya que me lo hiciste saber.
Todo se volvió rutina, entrenábamos hasta el agotamiento; tu frustración al no obtener resultados, te volvió volátil y esa fue tu perdición. Estando casi muerto, te rehusaste a recibir ayuda de mi parte.

Importándome un bledo tus objeciones te socorrí, ya te conocía lo suficiente; como para saber que, mis actos tendrían consecuencias. En nuestro próximo combate, me diste una lección.
Ese mismo día, ya cansado de tu actitud y de ser tu sacó personal de arena; te confronte y no fui consciente de mi arrebató, hasta que fue demaciado tarde. Cuide de ti, mientras estuviste inconsciente.

Cuando despertaste tu puño impacto en mi mandíbula, esa era una acción que ya me esperaba; lo que me sorprendió fue, ver una sonrrisa en tu rostro. Desde ahí todo se volvió un tire y afloje, por culpa de tu orgullo.
Me desconcertaba tu bipolaridad, en especial cuando hablabas de derrotar al Señor Gokú y conquistar el universo; me preguntaba, ¿En qué lugar en tu lista de prioridades, estaban mi madre y mi homólogo?.

Tú mismo dijiste, que ellos no significaban nada para ti...

Pero me negué a creerlo, tus acciones contradecían a tus propias palabras; constantemente era como si, estuvieras en una lucha interna. El sólido muro que construiste cedía y me permitió ver lo mismo que, vio mi madre en ti.

De niño trataba de ver esas similitudes, que mamá y Gohan decían que tengo contigo; sin enbargo nunca puede hacerlo, ¿Cómo saber si me parezco a una persona que jamás conocí?....... Pero ellos tenían razón, nos parecemos y tras nuestra convivencia. Dichas semejanzas sólo aumentaron, después de todo... no puedes pasar tanto tiempo con alguién y salir libre de su influencia.

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          Fin.

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