Club de Campo - San Ramón
Pov. Poché
10:00 a.m.—pero papá...
—pero nada. Somos los últimos en llegar y tenemos que ir a saludar. Además no puedes pasarte la encerrada en el cuarto como en casa. Estamos aquí de vacaciones. Como antes ¿Recuerdas?
Suspiro —nada es como antes y lo sabes.
—Si lo sé, cariño. Pero tenemos que avanzar y el primer paso es dejar que nuestros amigos estén cerca.
—Eso es fácil para ti. Llevas más 30 años viniendo religiosamente aquí cada verano, con ellos.
—Si y contigo y con sus familias tambien. Hasta hace 2 años al menos. No me vas a decir que no extrañas a Sebastián y a Daniela. Eran muy unidos de chiquitos y según recuerdo, son más o menos de tu edad.
—No lo sé papá, no hablo con ellos desde hace demasiado tiempo. Que sean los hijos de tus amigos de toda la vida, no nos convierte en amigos también automáticamente —suspiro mirando al piso con inseguridad— ¿Qué tal si ni siquiera se acuerdan de mi?
—han pasado un par de años amor, no una vida. Solo atrévete —me alienta una vez más— además, estaremos aquí toooodo el verano, dudo mucho que puedas quedarte encerrada los próximos 60 días —sonríe y yo niego con la cabeza.
—ponme a prueba y verás
—ni lo intentes —me toma de los hombros y me da vuelta de cara a la puerta —ve
—ya tengo 20 —me quejo intentando regresar a donde estaba pero no me deja.
—y yo 50, eso no tiene nada que ver.
—papá...
—hija...
—¿Qué hacen? —pregunta mi hermanita entrando confundida y yo veo mi salvación.
—¿y si mejor me quedo cuidando a Vale aqui? —ofrezco. mi papá sonrie
—buena idea. Vayan las dos.
—¿Qué?
—¡Si! Vayan las dos y toman algo de sol. Solo no salgan de la casa sin avisarme —nos dice y empuja nuestros hombros, llevándonos hasta el pasillo central del piso para luego desaparecer rumbo a quien sabe dónde. El lugar era enorme.
Suspiro y me dispongo a volver al cuarto, pero los ojos desafiantes de mi hermanita me miran y me resigno a salir a la terraza como me habían dicho antes, con ella siguiéndome al lado.
Bajamos por unas cortas escaleras y pasamos por los lugares comunes de la enorme casa. Todo ahí me era familiar, pero por alguna razón estaba incómoda. Como dijo mi papá, habíamos pasado cada verano en este club de campo desde que tengo memoria. Era una tradición vieja de él y sus amigos de la universidad. Esta casa me había visto prácticamente en cada etapa de mi vida hasta hace 5 años. Los mismos años en que había estado evadiendo esto hasta que se me acabaron las excusas.
—Te ves enferma, hermana —me molesta Valentina con una sonrisa
—creeme Vale, así me siento.—afirmo abrazándome a mi misma y ella niega con la cabeza.
Seguimos caminando hasta llegar a la terraza y cuando vimos que ahí había más gente, mi cuerpo se tensó de inmediato.
Daniela, Sebastián y un chico más que no lograba reconocer, conversaban animadamente mientras tomaba el sol en las tumbonas cerca de la piscina.¿Que haría si de verdad que ya no se acordaban de mi?
Eso dolería mucho.
Valentina me mira y lentamente me jala hasta acercarnos lo suficiente como para que nos notaran. El primero en vernos es Sebastián quien por alguna razón tiene una sonrisa boba que me pone aún más nerviosa. Luego, siento la mirada de Daniela estudiandome y me toca tragar saliva para no salir corriendo de ese lugar. Ambos habían cambiado al igual que yo, pero aún los podía reconocer a la perfección.

ESTÁS LEYENDO
Night Changes🌙 [Caché] || One Shots
FanfictionSi te gustan las historias cortas, estás en el lugar indicado 😏