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-Okey comisario, entonces tengo permiso para proseguir con el caso- Dijo mientras tomaba un montón de carpetas iguales para los demás detectives- Le estaré dando noticias.

Se retiro lentamente hasta la sala de reuniones donde habían 4 detectives entre ellos Mark, dos estaban sumamente concentrados en sus computadores buscando algún tipo de pista del paradero de Sabrina.

- Muy bien, chicos- Dijo entregándole a cada uno una carpeta, llena de evidencia- Primero que todo, necesitamos volver a tomar testimonio de la familia Spellman, esta vez yo los interrogare uno por uno.
Mark presentame a la Familia por favor- Ordenó la Subcomisaria a su compañero.

-Ookey, primero comenzaremos por Faustus Blackwood- Proyecto la imagen de el hombre para que todos la vieran- Faustus Blackwood tiene un expediente limpio, nada de adicciones, es el ex esposo de Zelda Spellman, estaba en la residencia cuando Sabrina desapareció- Cambió de foto seriamente, poniendo la foto de Zelda-
La señora Zelda Spellman, sin prontuario policial y dueña de la Mansión Spellman, trabajo fúnebre junto a su hermana Hilda hasta el año pasado, ya que Hilda no reside allí desde que se caso, según lo que sabemos, Zelda residía allí junto a Sabrina Spellman, Prudence Nigth y Ambrose Spellman, Prudence es  hija de Faustus- Concluyó momentáneamente.

-Okey, chicos, empezaremos por volver a tomar todas las declaraciones...

-Espera, Lilith, falta algo...Prudence y Ambrose estuvieron detenidos por tráfico de drogas... Y adivina quien fue la que testifica contra ambos...

-¿Sabrina?- Preguntó mientras Mark asentía- Dios... debemos comenzar pronto, este caso será grande... Bien chicos, tenemos que encontrar a Sabrina pronto, la niña puede estar secuestrada, perdida... o en el peor de los casos muerta- La morena salió de la sala para ir por un café, en el camino comenzó a divagar entre toda la información que tenía hasta ese momento.

MANSIÓN SPELLMAN

-Hilda... Necesitamos información, Sabrina no aparece- Dijo mientras terminaba su típico trago de whisky rompiendo en llanto mientras lo lanzaba en alguna parte de la cocina.

-Vamos Zelds, tienes que calmarte, así no conseguirás que Sabrina aparezca...- La abrazó mientras ella se aferraba a su hermana.

-Hilda es que... No puede ser que se haya esfumado...

-Cariño..- Faustus entró a la cocina buscando a Zelda- No puedes estar así, ven aquí- La abrazó tiernamente mientras besaba su frente- Vamos arriba es tarde...

-¿Dormirás aquí?- Preguntó Zelda subiendo la escalera junto a Faustus.

-Claro, tengo que cuidarte...-Dijo sonriendole de manera cortes, algo que Zelda agradeció ya que si fuera por él, podría coquetear hasta en esos difíciles momentos

-Quiero que tengas claro, que no significa que volveremos, Faustus- Dijo mientras llegaban a la habitación de Zelda.

-Tranquila querida... Buenas noches- Dijo mientras se iba a la habitación de invitados dejando a Zelda más tranquila.

En la planta baja, Hilda terminaba de limpiar el vaso rojo que Zelda había roto, ya iban 3 esos dos días  llenos de angustia.
Estaba sumamente preocupada ya que Ambrose había estado encerrado la mayor parte desde que se supo que Sabrina había desaparecido y su sobrino no tenía una figura materna en cuál apoyarse, sólo a ella y Zelda.
Cuando vio a Prudence aparecer frente a ella.

-Prudence, querida, porque no vas a ver a Ambrose, ni ha salido de su cuarto y...- La adolescente la interrumpió.

-Tranquila, Hilda, acabo de ir allá, esta dormido- Dijo sonriendo- ¿Alguna noticia de tu sobrina?

-No...Lamentablemente no- Dijo con pesar- Okey, debo irme, el doctor C me esta esperando. Mañana volveré ¿Esta bien?- Cuando llego a la puerta decidió salir y respirar, estaba sumamente incomoda desde que Faustus estaba allí,  ni siquiera sabía porque el hombre estaba allí.

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