Desde que Tendou se la mostró, no pudo evitar meter la poesía en su vida.
A Ushijima le parecía fantástica, una manera noble de encerrar aflicciones y pasiones entre versos y figuras. Concordamos en que al principio no la entendió, le pareció extraña, insulsa, la manera en que trataba de reducir (si se le podía llamar así) los sentimientos a palabras. Pero conforme entendía las metáforas, cuando sabía qué significaba, no pudo evitar enamorarse de la poesía.
Si leía poemas de amor, se imaginaba a ellos, a él y a Satori, besándose, mimándose, tocándose. Incluso si las palabras que veía eran desoladoras y atroces, su mente recurría a la infancia de Tendou. ¿Por qué las personas fueron tan crueles con él?
¿Por qué todo le recordaba a Tendou? ¿Era egoísta pensar en él de esa forma cuando apenas le dirigía la palabra?
Había aprendido que esas preguntas tienen una única respuesta, con el adeudado problema de que esa respuesta cambiaba con el oyente. ¿Cómo se les llamaba a esas preguntas?
—Preguntas subjetivas —se susurró en respuesta a sus pensamientos.
—¿Mande? —respondió Satori desde la cama de la habitación.
Tendou Satori había agarrado la costumbre de entrar, pasear y salir de la habitación de Ushijima sin preguntar. Como el As no se quejó, supuso bien que no era un problema.
Siendo sinceros, la habitación de Wakatoshi era aburrida, era sobria, de colores planos y sin un póster o una figura de acción que la adornara. Tendou se había propuesto darle vida al cuarto, pero en dos años lo único que logró fue dejar una banda de la Aldea de la Hoja en el escritorio, con la excusa de que "se le olvidaba". La única razón por la que iba a esa habitación era por la compañía de Ushijima.
—Claro, Wakatoshi —añadió Satori con ironía—, cuando quieras puedes responderme.
—¿Qué dijiste? No pude escucharte —Tendou lo miró desaprobatoriamente y Ushijima no supo qué hizo mal.
Le pareció irónico no haber escuchado a Tendou por estar pensando en él.
Satori frunció el entrecejo.
—¿Te sientes bien? Últimamente has estado muy extraño.Porque últimamente estaba viendo de otra manera a Tendou.
—Me miras muy extraño, Wakatoshi —Satori se cubrió la cara, como si eso evitara la mirada de su compañero —. ¡Ayuda! ¡Wakatoshi-kun me quiere matar!
«Hipérbole»
La palabra cruzó la mente de Ushijima apenas pudo procesar lo dicho. Estaba orgulloso de haber desarrollado una habilidad para identificar la figura literaria que se usaba; gracias a la poesía entendía mejor a Tendou. Sólo tenía que trabajar las respuestas que daba.
—Por supuesto, ¿cómo no se me había ocurrido? —respondió Ushijima—. Sólo te tengo que matar y resolver el problema.
Un escalofrío recorrió a Tendou.
—¡¿Lo ves?! —Satori alzó los brazos y se sentó al borde de la cama—. Acabas de ser sarcástico, eso es raro.
—Eso no fue sarcasmo.
—¿No? —a Satori se le notó terror en la cara.
—Fue ironía.
—¡Ay, asustas, Wakatoshi! —Satori le dio un golpe en el hombro—. Pero el punto es ese, estás dando miedo.
Ushijima no entendía.
—Pero querías que entendiera las cosas...
—¡Oh, Wakatoshi! Tú, un héroe, un noble protagonista no debe de rebajarse al nivel de alguien como yo —llevó una mano a su frente y se recargó en su compañero.
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Poesía. [Haikyuu!! UshiTen]
Fanfiction"Callar en lo que se ha escrito el síntoma de lo que se ha callado". -Nietzsche