I. Abrir los ojos

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Lo que realmente para Nevada había comenzando como el "creer que tenía amor propio" ahora comenzaba a transformarse de un amarillo que es justo el color que ella relaciona  a la felicidad a un azul, azul triste, azul extremadamente triste donde la desolación y mil conceptos más de sentirse vacío estaban con intensidad sobre ella.
Lo que para ella había sido una tarde donde un sol inmensamente rojo había acaparado las miradas de cualquier ser dentro de este planeta ahora era una imagen vacía incapaz de llenar o traer felicidad a su vida, desde hace tiempo para Nevada la vida comenzaba a ser tonta, dejaba de tener sentidos y ahora creía que no era nada, que en cualquier minuto alguna parte de su minúsculo cuerpo colapsaría a pesar de tener muy pocos problemas tenía una mente inmensa que creaba una nueva infelicidad para ella, lo que muchos creían como algo tonto, sin sentido para ella era tan grande, tan real algo que llegaba a carcomer toda su alma por completo. Nevada se fijaba más haya de las palabras, se fijaba exactamente en el significado y la intención que estás tenían pues para ella era fácil relacionar y hacer que encajaran muchos defectos de ella, de su vida...
Fue esa noche donde Nevada comenzó a planear el suicidio perfecto uno capaz de ser realizado sin la necesidad de que alguien llorase su partida, uno donde nadie pueda lamentarse porque dejara de respirar, el suicidio perfecto que ni siquiera podrán llorarle o eso es lo que piensa en el presente.
¿Será así de fácil realizar un suicidio donde no deje secuelas a nadie? Pues realmente eso es lo que Nevada espera.

El suicidio perfecto de NevadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora