El día estaba llegando a su fin, ¿Qué mejor que pasarlo en una cafetería con tus amigos y comer ricos sandwiches? Bueno, eso pensaba Johnny cuando recibió el mensaje de Ten invitándolo a una cafetería muy bonita en el centro de la ciudad, apenas llegó quedó encantado con el concepto vintage que ésta tenía. Al llegar vió a sus amigos sentados en una mesa cerca de la ventana, todos sus amigos estaban ahí felices excepto cierto tailandés.¿Por qué quedó desilusionado apenas empezaron a comer?
Pues, porque Ten pronunció unas palabras que dejó mudos a ambos invitados.
—Son unos amigos de asco con los consejos— Guardó una pausa para darle un sorbo a su café—, me hicieron pasar un infierno en busca de citas nuevas, ¿Pero saben? Volví con Kun hace más de tres meses. Siempre que las citas que ustedes buscaban iban mal, Kun siempre estaba ahí para mí y ustedes me decían que buscara a otra persona. Me siento enojado cada vez que recuerdo eso, mi intención era no hablarles hasta que arregle las cosas en mi mente pero Kun me convenció de hablar con ustedes porque no resolvería nada si no resolvía ésto.
Boqueó como un pez fuera del agua, miró a Yuta en busca de apoyo pero el japonés estaba igual o peor, tomando el café ardiendo al seco con tal de calmarse.
Ten por mientras miraba a ambos, siendo paciente porque de verdad quería respuestas. Su novio –qué lindo sonaba volver a usar esa palabra– lo sermoneó casi una hora, diciéndole que debe hablar con Johnny y Yuta porque sino ellos nunca sabría qué hicieron mal y no tendrían la oportunidad de cambiarlo, así como le explicó que debía sincerarse con ellos porque sino quedaría para siempre con la impresión de que sus compañeros de vida y amigos de la universidad no se preocupaban realmente por él.
Kun era muy sabio, ha sido así desde que eran amigos con tan sólo catorce años.
—Yo...— Yuta se dignó a hablar primero, evitando el contacto visual—. Sé que soy el que saltaba a insultar a Kun siempre que lo mencionábamos, la jodí en grande lo sé y no era riguroso a la hora de buscarte citas. Usualmente soy el que le da confort a las personas pero hice todo lo contrario contigo, Ten, perdóname.
—Pero dime el por qué, Yuta.— Su tono fue de distante a triste, anhelando la comprensión y sinceridad de sus amigos, al menos una vez—. Sé que nosotros somos más de los amigos que se juntan para pasarla bien y a la vez que están para el otro, pero en lo relacionado a mi relación con Kun nunca estuvieron para ti.
—Yo creo que es porque me obsesioné con hacerte olvidar las cosas por diversión.— Johnny estaba hablando en serio, lo sabía por su mirada de arrepentimiento. Se movió más cerca del tailandés y tomó su mano—. La primera vez que insultamos a Kun cuando le terminaste respondiste bien, te reíste y olvidaste la actitud de Kun, nosotros estábamos tan enojados con él por haberse alejado de la nada. Después te dijimos que tengas citas, la primera fue con Taeyong, ¿Recuerdas? Al siguiente día te veías muy feliz, hasta que tuviste esa recaída en la vídeo llamada que hicimos, recordando a Kun y esas cosas cursis que no entiendo.
—Dios es verdad.— Yuta se veía sorprendido ante el recuerdo y al igual que Johnny, se movió un poco más cerca—. Cuando te hicimos hablar de cómo te sentías estabas tan triste y destrozado que con Johnny y Jaehyun nos prometimos jamás volver a mencionar el tema.
Hablando de Jaehyun, se suponía que también asistiría a la reunión pero lo canceló todo en el último minuto porque debía asistir a una conferencia con unos proveedores para un negocio que estaba cerrando. Al menos el menor le prometió que lo llamaría para hablar del tema o que se junten algún día en privado.
—Sí, así que nos obsesionamos con las citas, ¡Qué estúpidos somos!— Johnny chilló jalando su cabello—. Qué vergüenza, ¿Qué edad tenemos como para esas cosas?