Cuddles

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5 de mayo, 23:00.

Su respiración era tranquila, su pecho se movía lentamente, sereno. Sus pestañas al estar unidas parecían ser más largas y más negras, un pequeño detalle que le encantó al moreno. Tenía la boca entreabierta, y estaba inclinado sobre su peso lateralmente, mientras usaba de almohada su propia mano, y la verdadera como si fuera un peluche. Estaba abrazado a ella. Se veía realmente adorable.

Gon sonrió con una dulzura pícara. Killua no solía dejarle mirarle desde tan cerca, y mucho menos tanto tiempo. Empezó a acariciarle la mejilla con suavidad, sin intención de despertarle. Tenía la piel muy blanca, y era muy suave. Gon siempre quiso tirar de sus mejillas juguetonamente, esa piel casi de porcelana lo atraía, quería tocarla, acariciarla, cuidarla y sonrojarla.

Lo miró con aquellos ojos tan expresivos, tan llenos de luz, tan llenos de amor. Quería grabar esta imagen en su memoria de manera perenne.

Gon le picó la nariz al otro, sonriendo con malicia traviesa. El de la nariz pálida solo la frunció. Gon rió levemente, con un tono bajo. Le volvió a picar la nariz, Killua se la rascó y le dió la espalda.

Gon infló sus mejillas a modo de puchero.

Aun con ese brillo pícaro en su mirar se apegó a su pareja, para susurrarle en la oreja.

- Amor, despierta...- Sonrió satisfecho al ver como el cuerpo de su novio tembló un poco.

- No me susurres a la oreja, e-es vergonzoso...- Añadió somnoliento, de manera casi inaudible. Se sobó un ojo y se giró hacia él, volviendo a poner la almohada donde debería estar, y una vez cara a cara, le sonrió con ternura.- ¿Que ocurre? ¿No puedes dormir?

- Me cuesta dormir teniendote tan cerca, eres tan lindo que no puedo evitar mirarte.- Ensanchó su sonrisa cuando al otro se le empezaron a teñir las mejillas. Killua le pegó suave y juguetonamente en el pecho, y le tapó la nariz con dos dedos. El Freecss rió como pudo pese a tener la nariz tapada.

- ¿Por qué siempre dices cosas tan vergonzosas?- Su labio inferior se frunció un poco, como un puchero.

- ¡Es tu culpa por verte tan lindo sonrojado!

- ¡Gon!- Se tiró encima del otro, cogió su almohada y le pegó repetidas veces. Gon se reía burlonamente, y cuando controló la carcajada, agarró la almohada detrás suyo para usarla de escudo.

- ¡Además!- Añadió casi sin aire, sofocado por las risas. Killua detuvo su ataque para oírle, pero no bajó la almohada. Gon se incorporó y se sentó en la cama, quedando así enfrente del albino, estando éste todavía en su regazo. Su mirada se suavizó, y cuando ese brillo burlón en su mirar desapareció, Killua finalmente bajó el arma. El moreno le acarició el cabello de detrás de la oreja. Por unos segundos, Gon no dijo nada, se limitó a observar las reacciones de su pareja ante su contacto; cuando abrió un poquito los ojos por la sorpresa del mimo inesperado, como se fue formando una sonrisa dulce poco a poco en sus labios, y como progresivamente su mirada se fue endulzando, acompañada de un leve rubor en sus mejillas. - No puedo evitar decirte cosas lindas, te amo.

Killua se tapó el rostro con la almohada. Gon le acarició el cabello.- Idiota...Yo también te amo, pero ¿A que viene todo esto?

- Todavía es mi cumpleaños, ¡Quiero mimos!- Usó ese tono infantil al que el albino no se podía resistir.

El ojiazul separó la almohada y la dejó en su lugar, luego apartó su mirada hacia el reloj de mesa. Son las 23:20.- Cierto, todavía es tu cumpleaños.- Suspiró.- Bueno, es tu día, asi que...- Gon le volteó el rostro, agarrándole con delicadez por el mentón, y le dió un beso de esquimal. Killua se rió, y Gon finalmente juntó sus labios. Era un beso inocente y tierno, lento y armonioso. Se separaron poco, sus narices todavía se tocaban. Se miraban con mucho amor, ninguno cerró los ojos. Empezaron a darse picos, y a reírse por la vergüenza entre beso y beso. Ambos tenían un rubor creciente en las mejillas. Gon posó sus manos en las pálidas mejillas de su novio, y este lo abrazó por el cuello. Ambos juntaron más sus cuerpos.

Gon esta vez alargó el beso, y cerró los ojos. Se separaron un poco más, para poder ver el rostro completo de su pareja. Killua rió pasados unos segundos, y subió una de sus manos hacia el cabello de Gon. Este inclinó la cabeza, pidiendo así más caricias.

Killua sonrió con ternura al ver la expresión de su novio.- De verdad, eres un mimoso.- Susurró.

- Tú también, solo que a tí te da vergüenza pedirlos.- Sonrió con picardía, hablando con el mismo tono.

- E-eso no es cierto...- Infló las mejillas, imitando el puchero  típico del moreno.

- ¿Ah, no? ¿Entonces por qué tartamudeaste?- Esta vez, Gon se rió, pero con ternura y no con burla. 

- Es que...- El albino apartó la mirada.

- No hace falta que me los pidas, yo te mimaré siempre.

- Gon...- El nombrado acarició de nuevo su mejilla, provocando que el ojiazul volviera a mirarle, aunque este no aguantó mucho por la vergüenza, y bajó la mirada. Gon empezó a dibujarle corazones con su dedo en la mejilla, luego con su otra mano hizo lo mismo en su espalda. Killua, sin saber que hacer o donde meterse, escondió su rostro en el cuello del moreno, lo que provocó que el cumpleañero tuviese que subir su mano hasta su blanco cabello. 

- ¿No debería mimarte yo a tí? hoy eres tú el cumpleañero.- Añadió con vergüenza, después de estar unos segundos buscando el valor para hablar sin tartamudear. Gon negó con la cabeza y se rió.

- Te amo, el mejor regalo que me puedes dar es estar así conmigo, abrazado a mi mientras yo te acaricio. No hace falta que te fuerces a hacer nada por mí.-

- No me estoy forzando, yo también te amo.- Killua se separó un poco, y besó la nariz de su pareja, este se rió levemente por las cosquillas. Luego, el albino subió a su frente, y le plantó tres besos. Finalmente, lo volvió a besar en los labios. Era un beso sin pasión, estaba lleno de un amor puro y sincero, inquebrantable. 

Pasados unos minutos en silencio, solo mirándose con amor, besandose y acariciandose, escucharon las campanadas del pueblo, que anunciaban que ya eran las 24 de la noche. Gon sonrió.

- ¿Tienes sueño, amor?- Como hoy fue su cumpleaños, ambos se habían levantado a las seis de la mañana, y desde las siete estuvieron juntos, jugando y corriendo por la isla ballena, y no pararon hasta que llegó el frío de la noche, y el grito de su tía a lo lejos anunciando que la cena estaba lista. Killua asintió, pues su sueño había sido interrumpido anteriormente.

Gon lo atrajo a su pecho, y los volvió a estirar en la cama, cubriéndolos a ambos con la manta de una patada. Killua entendió, y cerró los ojos, tras apegarse más a su pareja. Gon le acarició el cabello, y cerró los ojos también. Sonrió satisfecho cuando notó como la respiración de Killua se tranquilizó y como su pecho empezó a moverse lentamente. No detuvo sus caricias hasta quedarse él dormido también. No se movieron durante el resto de la noche, durmieron abrazados.

-¡Mito!- Exclamó sonrojado el niño la mañana siguiente, cuando vió la nueva foto que estaba pegada a la nevera.

- ¿Qué? ¡Se veían muy lindos! 


FIN

Cuddles (GONKILLU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora