Prólogo 2: Él

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"Amo la forma tan discreta, en que de la nada llegas a arrebatarme la cordura"

Edwin Vergara.



No podía recordar con exactitud sí en algún momento de su vida había experimentado esa misma sensación, había alguna posibilidad acaso, que aquellos hermosos ojos del color del atardecer que lo miraban fijamente, pudieran arrebatarle la cordura y tranquilidad que siempre decía tener frente al sexo femenino. Y entonces lo sintió, sintió saltar con fuerza aquel órgano que en algún momento llegó a pensar que había logrado domar ¿Quién pensaría que el gran Kazuto Kirigaya podría llegar a ser un cobarde? Apretó sus manos con fuerza, sintiendo aquel nudo en la garganta tan característico de años atrás, aquel que había deseado no volver a sentir.

Desde muy joven gracias a su buen entendimiento de la informática y algún que otro curso para aprender a hackear alguno que otro sistema, había logrado entrar a ver los registros familiares, cual había sido su sorpresa al enterarse que aquellos que decían ser sus padres, no eran más que los sustitos de los reales. Realmente no le dolía el hecho que no lo fueran, se había sentido parte de aquella familia, nunca había sentido diferencia entre él y aquella a la cual reconocía como su hermana menor, el dolor que sentía era aquel de la traición. Se sentía traicionado por el simple hecho de que nunca fue informado de su situación ¿Acaso el hecho de que él lo supiera podría cambiar algo? Sabía que no, aquellas dos personas siempre habían actuado como padres, anteponiendo sus necesidades a la suya y brindándole un amor incondicional. Aun sabiendo eso no podía evitar sentir que habían traicionado su confianza.

Aquella época había sido difícil, había hecho sufrir a sus padres con su indiferencia, en el proceso y por culpa de tu testarudez él también había resultado lastimado. Se había alejado de aquella pequeña hermana a la que tanto adoraba, había adquirido una obsesión por los video juegos, lo podían llevar a una realidad donde se sentía parte de algo. Aunque no se arrepentía de haber conocido tantos mundos, y que eso lo llevará a ser el hombre que era hoy en día, si se arrepentía por el tiempo que había perdido con su familia, tiempo que, pese a que todo estaba bien, sabía en el fondo que nunca podría recuperar.

Fue entonces a sus diez y ocho años que la vio por primera vez, tenía un cabello castaño oscuro, que asimilaba al chocolate, Dios sabía que amaba los dulces y aquel brilloso cabello le había resultado apetecible, más adelante se daría cuenta que las hormonas de su juventud le habían jugado una mala pasada. Sus ojos eran violetas, pero no cualquier violeta, uno tan brillante que parecían ser parte de algún tipo de constelación, lo asumía ya que siempre había amado observar las estrellas, seguramente sino hubiera desarrollado aquel amor por los juegos durante su adolescencia, ahora mismo estaría trabajando para alguna agencia espacial, o incluso haría parte de la estación espacial internacional. Volviendo a ella, nunca había pensado que podía despertar algún tipo atracción en las mujeres, Liena le había hecho saber que así era, le había mostrado lo que podía ser lo que él en aquel entonces creía que era amor.

Ella lo había tomado todo de él, sus ganas de sentirse amado, aquellas que decidió enfocar en ella, volviéndola su mundo, jurando que aquel sentimiento que le quemaba también se encontraba dentro de ella. Ella era mayor, era una de las promesas del kendo, hasta aquel momento él también lo practicaba, prácticas que había comenzado a querer más al poder hacerlo con ella, ella le enseñaba, le ayudaba a mejorar sus movimientos y su estilo. Sin embargo, toda aquella parafernalia había sido abandonada en el momento en el cual había entrado a la universidad, se había enfocado en completo al desarrollo de juegos y a la relación que tenía con la mujer de cabellos chocolate, el contacto con su familia había disminuido notoriamente desde que ya no vivían en la misma casa, luego se daría cuenta que sí Liena lo hubiera amado como él la amo a ella hubiera hecho lo que fuera para que no cortará aquellos lazos que tanta felicidad le habían dado en algún momento.

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⏰ Última actualización: Apr 23, 2021 ⏰

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