underground secrets ─ draco malfoy

x. ¡ feliz año nuevo !

Agarré el brazo de Scorpius con seguridad mientras caminamos por el pasillo frío. Los retratos, como siempre, comentaban entre ellos como insensibles.

—¡Mippy piensa que la señorita se ve tan hermosa!—Mippy exclamó mientras ella y Dixie se paraban cerca de las puertas del salón de baile. Nos acercamos a ellas. Sonreí y le besé la cabeza.

—Gracias, Mippy.

Sus ojos viajaron a Scorpius y luego volvieron a mí, antes de regresar a Scorpius.

—No es mi cita, Mippy.

—¡Oh! Mippy pensó que estaban juntos!—dijo.

—No, no. Scorpius tiene una mujer esperándolo—le di un golpe a su brazo.

—Sí—se aclaró la garganta—. Y Amelia tiene un hombre misterioso al que necesita confesarse también—sonrió.

Me sonrojé tremendamente,—M-Mippy, ¿podemos entrar?—le pregunté para cambiar de tema.

Me dio un pequeño asiento y abrió las puertas al salón de baile. El tema era no era Navidad. El techo fue encantado en un cielo nocturno y todo brillaba en dorado y negro.

Mis ojos buscaron inmediatamente a Draco, que hablaba con su madre.Estaba a su lado Scarlett, sus brazos entrelazados. Narcissa me vio de reojo y se volvió en mi dirección. Una sonrisa en su rostro mientras se inclinaba a susurrar algo a Draco. La miró con confusión antes de voltear a ver mí. Sus ojos viajaron a lo largo de mi cuerpo, escaneando tanto como pudo, con la barandilla bloqueando su vista. Vi como su manzana de Adam se movía de arriba y a abajo mientras aflojaba la corbata alrededor de su cuello.

Miré hacia atrás a Scorpius, que buscaba a Clara.

Me levanté sobre y susurré en su oído,—Bajemos para que puedas estar con ella.

Como si lo sacara de un trance, se volvió hacia mí, asintiendo débilmente. Le empujé el brazo y me burlé de sus mejillas ruborizadas mientras bajamos las escaleras.

—¡Clara!—llame, todavía con el brazo alrededor de Scorpius.

—Oh. Hola Amelia, Scorpius—sonrió con fuerza—¿Vinieron juntos?

Sonreí sacudiendo mi cabeza, no. Me alejé de Scorpius, agarrando el brazo de Clara y empujándola contra el rubio.

—No. Es todo tuyo—sonreí. Se volvió hacia mí confusa mientras Scorpius la tomaba en sus brazos—. Ambos sienten algo por el otro. Tienen que dejar de actuar tan cobardemente y ponerse juntos de una vez ¡Maldita sea!—reí.

—Bien—Clara rió—. Gracias—articuló solo para mí.

Le di un pequeño asiento mientras me dirigía a Narcissa.

—¡Amelia querida!—gritó.

—¡Narcissa!

—Mi mirada a tu vestido. Luces fabulosa—rió.

—Madre—Draco murmuró entre dientes.

—Oh Narcissa—le agradecí riendo—. Tú y los retratos son demasiado buenos conmigo.

—Ambos decimos sólo verdades querida—guiñó el ojo.

Reí mientras volvía a mirar a la pareja.

—Hola, Scarlett—sonreí—. Señor Malfoy—me acerqué a Draco.

—Amelia...—Draco asintió.

—¡Dios mío, Amelia! ¡Ese vestido es para morir! ¿Es eso un Parkinson?—preguntó. Sonreí dándole un pequeño asentimiento—. Tan hermosas sus obras, ¿no?