Tic. Tac. Tic. Tac. El tiempo seguia pasando, tan lento como siempre.
Tic. Tac. Tic. Tac.
El profesor de historia llevaba hablando... No sé, una media hora, y seguia haciéndolo. Lo único que se escuchaba a parte de su voz era el murmullo de Jacob Moore, uno de esos que se gastan sus ahorros para la universidad en ir al gimnasio y en bebidas energéticas. Se cree muy gracioso, pero no lo es. Aunque resulta normal que se crea el mejor, puesto que chicas como Chelsey Blair se tiran el día a sus pies. Ella es realmente guapa y... Esta muy buena, hay que admitirlo. Pero su cociente intelectual no pasa de 5. A ese tipo de gente los llamo los "puntos suspensivos". Muy ingenioso, ¿eh?
Cuando el profesor acabó su explicación sobre la Primera Guerra Mundial volví a la tierra, justo cuando tocó el timbre. No me malinterpretéis, soy buen estudiante, pero resulta muy difícil prestar atención al Sr. Debison. Es tan mayor que juraría que todo lo que nos cuenta de la historia lo vivió con sus propios huesos. Cuando llegué a mi taquilla, Guille se encontraba a unos metros, siendo rechazado por otra chica (una vez más). Se acercó a mi.-Hey.- saludó un tanto desanimado frotándose la mejilla.
-¿Has conseguido seducir a esta?
Me miró elevando una ceja- Tío, ¿acaso me ves cara de que la haya seducido?
Apartó la mano de su mejilla, dejando a la vista un moratón. Comencé a reír.
-Vale, esa chica debe ser la hija de hulk.
-Si, ya te digo.- dijo resoplando.
-¿Qué le has dicho esta vez?
-Oh, he sido muy cortes. Le dije que tenia buenas tetas y que si seguía estando sola mucho tiempo se marchitaría. Después he añadido, para aclarar, que estaba libre. Y después me pegó una bofetada. No lo entiendo.
- Esta claro que las mujeres no entienden lo que es el romanticismo- dije irónicamente.
Su nombre verdadero es William, pero el día en que lo conocí me dijo que le gusta Guille, a partir de Guillermo, que es su nombre en español. Aunque en ocasiones le llamo Will. En conclusión: tiene muchos nombres. Él siempre ha sido muy abierto a la gente, a diferencia de mí. En ocasiones me pregunto por qué somos amigos, teniendo tan poco en común, pero el caso es que realmente nos complementamos. Al fin y al cabo es un incomprendido como yo.
- ¿Por qué no vamos al Tim's? A lo mejor me dan algo para ponerme en la mejilla.- dijo Guille.
Miré mi reloj. No me había fijado en que ya era la hora del almuerzo. Salimos los dos juntos del instituto, para cruzar la calle hasta la cafetería "Tim's". Allí es donde ibamos prácticamente todos los alumnos de cursos superiores. ¿Para qué tragarse la porquería de la cafetería del instituto si podíamos venir aqui?
Corría una brisa un tanto fría aunque agradable. Aqui en San Francisco el tiempo suele ser muy moderado, lo cual es fantástico, teniendo en cuenta que estábamos a finales de Enero y no hacía especial frío. Dentro de Tim's había mucho alboroto producido por los estudiantes que almorzaban allí. Guille y yo nos sentamos en una pequeña mesa junto a la ventana. Éste cogió la carta y comenzó a mirarla fijamente, muy concentrado, como si nunca hubiese venido.
Guille siempre ha sido muy guapo. Es castaño claro, con el pelo liso y peinado hacia arriba. Sus ojos son medio grises medio azules, depende de la luz. Además está en buena forma, lo que resulta muy raro, teniendo en cuenta de que es muy vago y prácticamente siempre está comiendo. Nunca he entendido por qué no consigue novia. Es el tio "perfecto". Puede que sea porque se junta conmigo y eso supongo que lo hace "inferior". Pero eso es lo que me gusta de él. Por muy gilip*llas que sea a veces nunca me abandonaría porque es un gran amigo.
Cuando acabó de leer la carta de arriba a abajo llamó agitadamente a la camarera. Ésta era morena y muy bajita.
-¿Qué tal estás hoy Stacy?- preguntó Guille tan alegre y seductoramente como siempre.
-Muy bien, Guille. Hola Rusty.
Saludé con la cabeza sonriendo.
-¿Qué queréis hoy?
-Oh... Yo... Creo que tomaré... Una hambuerguesa americana. La más grande que tengas.- dijo Guille entusiasmado con la baba cayéndole por los labios.
Stacy rió.- ¿Y tu Rusty?
-Yo quiero un sandwich mixto por favor. ¡Y Coca-Cola!
-Sí, sí, ahora os lo traigo.- añadió sonriendo antes de marcharse.
Guille y yo comenzamos a comentar acerca de la gente de nuestro alrededor. Jugamos a un juego que consistia en inventarnos una segunda identidad de cada persona. Una chica que estaba sentada sobre una mesa, en la otra parte del bar, llamada Lyndsey Carter, decidimos asignarle como segunda identidad prostituta. Al menos eso nos pareció.
Cuando la comida llegó comenzamos a engullirlo todo hasta no dejar nada en el plato. Justo cuando estábamos pagando oímos el timbre del instituto, por lo que tuvimos que salir corriendo para llegar a tiempo.
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La burbuja de papel
Teen FictionRusty Applewhite siempre fue un chico tímido, un tanto inadaptado y solitario... Su sitio favorito era y siempre seria... La biblioteca. Allí donde podía ser él mismo o la persona que quisiese. A diferencia de su mejor y único amigo William Bronson...