Amor en Tiempos de Guerra

Capitulo 1. El origen de Todo

La historia que les relatare, es una historia ya olvidada; mas no significa que no sea real.
Para algunos, las historias viejas son solo leyendas; para otros, su vida entera...

El amor, el amor es un pensamiento tan efímero.
El amor, el amor no es aquello por lo que la princesa es rescatada, sino que es aquello por lo cual la princesa busca la motivación necesaria para salir.
El amor solo es digno de quienes luchan por el, no es la palabra, sino la demostración; es la accion y la recompensa; y esto... Es un Anecdatario de Amor en Tiempo de Guerra.

Todo comenzó en una mañana normal y ruidosa en Nueva York, Una chica, dando vueltas en circulos en su habitación, su preocupacion es obvia, dando vueltas y vueltas sin lograr apaciguar sus pensamientos; la punta de sus dedos roza sus labios, todo para tratar de asimilar aquella noticia... De un momento a otro... Tan... Sorpresiva.
-¿como se supone que deba asimilarlo? De un momento a otro de esclavitud a completa libertad...-se decía Catalina para sí.
París, la ciudad de sus sueños, aunque las circunstancias no eran las mejores. Su sueño mas anhelado, ahora ensombrecido por duda y miedo.
Por fin logró sentarse a orillas de su cama, contemplando en derredor su habitación, aquell habitación en la que basicamente habia pasado casi toda su vida; su mirada ahora clavada en la ventana podía observar el clima frío y nuboso, eso tampoco alentaba mucho al buen animo y eso era desconcertante ya que normalmente, si lo hacía.
Estaba profundamente sumida en sus pensamientos cuando una voz conocida la substrajo de ellos:
- ¡Cathy! Escuchaste eso, papi dijo que iremos a la ciudad donde vivió mami ¿no estas feliz?- dijo la pequeña Esmerlada con una mirada vivaz y brillante digna de su nombre.

-Así es mi pequeña niñita, por fin saldremos de aqui... A descrubrir un mundo ¡Nuevo! Y lleno de aventuras, ¿no te encanta?- dijo Catalina abriendo los brazos para abrazar a la pequeña Esmeralda.-Pero debes empacar, para dormirte temprano, ya que mañana será un dia importante ¿de acuerdo?

-Sí, ya quiero que sea mañana, Florence me ayuda con mi maleta. ¡Estoy muy feliz!- gritaba Esmeralda saliendo de la habitacion y regalandole a Catalina una amplia sonrisa, Esmeralda era propensa a dar ese tipo de sonrisas que iluminan el alma.

Catalina, incorporándose se dirigió al armario para tomar su maleta, para abrirla, pero un impulso repentino la detuvo. Ella no quería empacar, ella no queria irse.
Se alejo de ahi para dirigirse a su mesita de noche que estaba a unos pasos de ahí, y tomando una pequeña caja plateada que allí se encontraba, la abrió con delicadeza y comenzó a sonar una dulce melioda; ella solia decir que esa melodia podia endulzar el oido mas áspero.
Cerrando sus ojos, se concentro en aquella melodia, tranquila y pura...
Al abrirlos, tomó el relicario dorado en forma de corazón que tiempo atrás, había pertenecido a su madre. Con las yemas de los dedos, abrio aquel dije, en donde se encontraba una foto de su madre en su juventud, era hermosa.
Al otro lado se encontraba una foto de su familia, su padre, el Doctor Elliot, que la abrazaba, su hermana Esmeralda, que en aquellos tiempos apenas si era un bebé el cual su madre cargaba con amor y junto a ella Florence. Hasta ese dia Catalina no entendía porque ella estaba en una foto tan íntima.

El padre de Catalina, solia decir que ella era su viva imagen, con ese precioso cabello cobrizo y esa piel blanca y pecosa, ese caracter indomable he impetuoso que tanto la caracterizaba y esos ojos grandes y llenos de vida.
Catalina siempre contradecía a su padre en esto ultimo, ya que solia pensar que sus ojos se asemejaban mas al reflejo azulado y casi transaparente que dejaban esas gotas de lluvia en las ventanas.

Extrañaba a su padre, a esa persona cálida y cercana que solía ser, ya que su padre había cambiado duramente desde que el destino les arrebato a su madre; por un terrible acontecimiento el cual ensombrecio las vidas de todoa en la casa, y haciendo que su padre las aislara del mundo.
Su padre comenzó a educarlas en casa, y haciendo que Florence se encargará de Esmeralda, mientras que Catalina tuvo que ser educada por el, interrumpiendo sus estudios y su danza; para cambiarlos por lo que su padre consideraba que le serviria en la vida: Medicina.
-Una noble vocación para cualquiera- solia decir su padre.
Y a cambio de la danza escogeria un deporte noble digno de una señorita. Las opciones eran: tiro con arco o Esgrima. Asi que Catalina recordó que su madre le dijo un dia que otra de las ramas del ballet, era la esgrima. Y asi su decisión fue tomada.
Así fue como los dias de las Adler transcurrían uno tras otro sin variar,  un dia esgrima, otro medicina, un dia esgrima y otro medicina.
Mientras Esmeralda apenas si aprendía a andar.
La rutina carcomía a Catalina, hasta que un buen día se lleno de valor y con apenas 11 años decidió enfrentarse a su padre.
Entro a su despacho sin tocar y abriendo la puerta de par en par se dirigió a su padre que parecia ni siquiera haberse molestado con su presencia, pues su atencion era acaparada por "The Paper News", el diario de su localidad.
-¿PORQUE?- Dijo Catalina enfurecida.
-¿porque? ¿Que?- dijo su padre con un tono indiferente y sin apartar la vista del diario.
-¿PORQUE me obligas a hacer algo que no quiero? ¿PORQUE me arrebatas mi vida? ¡Yo no quiero estudiar medicina! Es aburrida y no me gusta. ¡Tampoco me gusta la esgrima es muy dificil! Necesito mi libertad, ir a la escuelab estar con mis amigos, ¡quiero hacer lo que amo! ¡Quiero hacer ballet! Tu nos quitas todo ¡ERES IGUAL A LOS QUE NOS QUITARON A MAMÁ!- en cuanto esas palabras salieron de su boca supo el error que jabia cometido y supo con precisión la gravedad de sus palabras, llevandose asi sus manos al rostro para cubrir sus labios.
-¿Terminaste tu rabieta?, ¿porque eso es no? Una estúpida he injustificada rabieta de una niña inmadura he inexperta de un mundo cruel y despiadado.- dijo su padre dando un glope que resono en la madera de su escritorio y la miraba con una expresión de horror y descorcierto- ¿como puedes ser tan egoista? ¿Como puedes decir que te he quitado todo lo que amas? He incluso compararme con los hombres que nos quitaron a tu madre,  ¡Ellos son asesinos! ¿Te parezco yo un asesino?
Yo trato de darte una vida, un futuro sustentable, una forma de defenderte, porque sino sabes, la vida no esta llena de principes azules que anda por ahí con la espada desenvainada dispuestos a defenderte y dar su vida por ti. Esta vida que yo te ofrezco, no es perfecta, pero al menos es sostenible y te hará autosuficiente si algun día lo necesitas. Aún eres pequeña y no lo entiendes pero lo hago porque te amo. ¿Entiendes?- dijo su padre dirigiendose a Catalina para abrazarla y dandole una beso en la cabeza.- ahora ve a terminar tus tareas, te revisare mas tarde ¿si?
Catalina asintió y salió del despacho mucho mas confundida que antes.
Mientras subia las escaleras sentía que sus pies pesaban toneladas su mente turbia entre pensar si su argumento era lo correcto, o si lo que había dicho su padre era lo correcto creando en ella una inseguridad inimaginable que permanecía viva hasta hoy dn dia.