1(Uno)

15 2 0
                                    

Nuestra narración comienza allá por el año 2010.
Una tarde Abril, en esas tardes donde el frío llega lento al ver que el sol ya se va.
Fue casi catorce horas, de aquella bella tarde, la tarde donde, gracias a un programa de radio, dos personas cruzaron caminos para no olvidarse jamás.

Todo comenzó cuando el locutor leyó un mensaje, leía varios en el día, pero uno en especial, ese, el cual cambiaría la vida de dos jóvenes.

El locutor hablo, el chico buscaba amistad, quizás algo más.

La chica, quien era de un pueblo diferente que aquel chico, y con ganas de conocer amistades guardó el número. Y fue así como aquel primer "Hola" llegó a la pantalla de aquel chico, el cual demoro en responder.
Los días pasaban, las tardes, las noches y ellos dos, comenzaban  a conocerse más o quizás eso pareció.

Aunque en el comienzo el chico parecía no interesase por esa amistad, pero de apoco fue cambiando. Fue cuando quizás se dio cuenta que tenían varias cosas en común.

La chica, en aquel entonces con trece años, estudiaba y vivía con sus padres. Y aunque no demostraba, guardaba algo en su interior, el cual hacía que ella actuará de forma irrespetuosa algunas veces y algo tímida la mayor parte de su vida.

Las cosas fueron cambiando entre ellos. Ya era habitual recibir un mensaje de él cada cinco minutos. Y él de ella por igual.

Ya luego de un tiempo. Una tardé, cuando la chica estaba sentada bajo el parral con su prima y escribiéndolo.
Ella, dice:

—Tengo que decirte algo -escribió en un mensaje.

—Yo también -responde él.

La chica con un apretón en el pecho, algo que se volvió habitual cada vez que se describían. Una sonrisa de oreja a oreja, comentó a su prima sobre lo que sentía.

—Yo a él no lo conozco, pero gusta. Y ¿qué decís, le digo o no?.

—Y decile, pero tenés que tener mucho cuidado -fue el consejo que dio la prima. Queriendo transmitir cuidado con quién estaba detrás de la pantalla.

En esa tarde comenzó el amorio entre los dos.
Se confesaron que sentían "algo" un "No sé qué".
Y así fue, como comenzaron a intercambiar mensajes bonitos de amor.

Ya después de un tiempo, no eran solos mensajes. También eran llamadas.
Ellos jamás se habían visto, solamente conocían sus voces.

La chica lo imaginaba, y tiempo después cuando lo conoció no podía ella creer que era tal cual lo imaginó o quizás la mente le jugó aquella imagen que olvido.

Las llamadas eran largas, y claro, la chica siempre hablaba escondido, ya que tenía miedo a su papá.
Miedo de que la regañe, la golpee y quité el celular. Su papá era agresivo, no siempre con ella, pero si con su mamá. Quizás le regañaba a ella pero si a su esposa.

Ella con trece años y en secundaria, vivía una experiencia única de su primer amor, amor que jamás olvido y cree no olvidar Jamás.

Día y noche. En clases o no. Los mensajes eran ininfaltables entre ellos.

Entre esas noches de largas llamadas siempre la acompañaba la Luna.

Una Historia. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora