Un amor extraño: Mi moza de ojos grises

Prologo

El mundo estaba en caos, en llamas, en una antigua gloria y una época de paz manchada, erradica, por las acciones de unos pocos.

El cielo completamente negro, los hombres y mujeres explotados en diferentes oficios, los niños creciendo en fe y fidelidad bajo el estandarte de alguien malvado, los que se le opusieron cayeron muertos a sus pies, reinando el mundo con una mano de hierro junto a su reina, ambos eran monstruos para la mayoría, pero para una minoría eran solo dos personas que fueron obligados a tomar este cargo por las acciones de unos idiotas con egos demasiado grandes, el hombre disfrutando de matanzas y de baños de sangre mientras la mujer era mas normal, pero castigaba a todo el que hablara mal de su rey.

Todo lo nombrado anteriormente es en lo que se convirtió las Naciones Elementales antes países con hombres y mujeres fuertes y valientes se volvieron sumisos y obedientes ante sus tiranos, no había hombre ni mujer sin ser explotados y no había niño sin serle fieles a estos mismos.

Pero nos concentraremos en un castillo donde se podía ver dos tronos de oro puro, en el mas grande había un hombre, el cual era tapado por las sombras al igual que la segunda figura, que era femenina, la cual estaba sentada en el trono mas pequeño.

''Por tu intento de revolución, se te da la sentencia de una muerte lenta y dolorosa'' dijo el hombre delante de ella mientras guardias la agarraban y la arrastraban.

Lo ultimo que vio fue unos ojos azules con tintes grises y una sonrisa sádica.

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Shion despertó con un sudor frio y con un leve jadeo, poco después apareció otra mujer en su habitación.

''Lady Shion ¿esta bien? Sentimos como el santuario empezaba a temblar'' dijo la otra mujer con preocupación.

''Pide una reunión con las cinco grandes, he tenido una visión del futuro horrible'' ordeno Shion causando que la otra mujer asintiera y se fuera con el pensamiento de que vio la rubia.

''Esto es malo, muy malo'' dijo Shion antes de ver en el cielo la misma sonrisa sádica que vio en su visión.

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En cierta mansión podemos ver a un cierto dúo de rubios, los cuales habían cambiado bastante en un año.

Naruto ahora se paraba a 2,05, tenía su cola de caballo estilo samurái, su rostro se había vuelto mas afilado y algo salvaje, dándole a su belleza varonil un toque mas exótico y atrayente, vestía con su chaqueta formal negra, una camisa formal negra, pantalones formales negros e iba descalzo teniendo en su pies un par de calcetines negros.

Annabeth ahora se paraba en 1,77, tenía su pelo hasta la parte baja de su espalda, su rostro se había vuelto mas maduro, elegante y fino, dándole una cierta belleza de la realeza, mientras su cuerpo tenía figura de reloj de arena, sus pechos ahora eran copa D y su trasero era un poco mas grande y aun tenía forma de burbuja, vestía con una camiseta azul y encima de eso una sudadera también azul, pantalones grises y también iba descalza teniendo en sus pies un par de calcetines grises.

Ambos rubios se encontraban acostados en el sofá mientras miraban Bambi, la cual acababan de terminar de ver.

''Querida'' dijo Naruto con su típica voz de presentador de radio antiguo.

''Hmm'' canturreo Annabeth en respuesta mientras sombra traía algunos bocadillos.

''¿Quieres una segunda vuelta al mundo?'' Pregunto Naruto agarrando un bocadillo y comerlo con calma.

''Me gusta la idea, lo podríamos hacer ¿verdad?'' Pregunto Annabeth abrazando a Naruto, el cual solo soltó una risita.

''Si, además podemos hacer lo que tu quieras esta vez ¿esta bien?'' Pregunto Naruto recibiendo un pequeño chillido de felicidad.