Capitulo 2

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Jadeos, gruñidos, gemidos, el golpeteo de carne contra carne, el rechinar de los muebles, el calor que exudaban dos cuerpos, las maldiciones y gritos de placer.

Eso y mas era lo que se podía oír y sentir en la habitación, todo esto no solo era cosa de un día, esto fue productos de días de un acto carnal casi sin descansos, las demás cosas fueron olvidadas con el pasar de cada hora en el que estaban cometiendo este acto de manera tan desenfrenada y apasionada.

Pero pronto una de las personas que era cómplice en este acto se agoto, no pudiendo seguir el ritmo del otro, no pudiendo continuar con este acto tan adictivo, no pudiendo seguir al sentirse en una sobredosis de placer antes de sentir como su cuerpo caía cansado contra la cama y pronto sentir a su compañero en este acto caer a su lado.

Los dos cómplices de este acto no eran nada mas ni nada menos que Naruto, con su cabello suelto, y Annabeth, los cuales fueron tapados por una fina sabana de la cama king en la que estaban acostados gracias a las sombras que el rubio controla.

''Me siento tan bien, además pudiste tener sexo conmigo por tres días'' dijo Naruto con su típica voz de presentador de radio antiguo.

''Me diste descansos de tres horas, me desmaye treinta veces, no sentía de mis caderas para abajo por diez horas y ahora no podre caminar por quien sabe cuanto'' dijo Annabeth.

''Tu me tientas, tu cuerpo con curvas que me incitan a tocarte, tus pechos que piden ser masajeados por mis manos y tu trasero que pide ser azotado con mi fusta hecha de oscuridad'' dijo Naruto mientras una fusta de oscuridad se creaba en su mano y empezaba a trazar círculos con la misma en el trasero de Annabeth, lo que hizo que la rubia se sonrojara de vergüenza.

''Por cierto, falta solo tres meses para que nos casemos'' dijo Naruto deshaciendo la fusta de oscuridad.

''¿Que haremos después de casarnos?'' Pregunto Annabeth.

''Formar una familia sueña bien, un niño y una niña, y los criaremos de tal manera que terminaran siendo pareja'' dijo Naruto recibiendo un zape por lo último.

''Naruto, si tenemos hijos dejemos que se enamoren ellos mismos'' dijo Annabeth reprochando a su prometido.

''Pero tendrán que sufrir, verán a su hijo o hija morir junto a su pareja, yo no quiero que les pase eso, si creara una regla o les enseño a amarse entre si, sus hijos serían inmortales no sufrirán tales perdidas, no tendríamos que llorar la perdida de uno de nuestros descendientes sin contar a nuestros hijos, los cuales podrían sentirse horribles, ver como sus hijos y pareja envejece y muere mientras ellos siguen jóvenes y vivos por le resto de la eternidad, podría dejarles un trauma o algo peor'' argumento Naruto, lo que hizo que Annabeth intentara decir algo, pero no encontró un argumento para que pudiera contrarrestar el de Naruto.

''Pero no me gusta'' dijo Annabeth antes de ser abrazada por Naruto.

''No te gustara, sin embargo, nosotros nos enamoramos solos, si, pero hubo una mano exterior que nos dio un empujón, sería lo mismo, solo que nuestros hijos serían nosotros y la mano exterior seriamos tu y yo'' dijo Naruto mientras Annabeth, que tenía su cabeza en el pecho desnudo de Naruto, asentía lentamente, aceptando la idea lentamente.

''Esta bien, pero me dejaras elegir el nombre de uno de nuestros hijos'' dijo Annabeth mientras trazaba el tatuaje en el pecho de Naruto, causando la risa del mismo.

''Todo lo que mi lechuza dese'' dijo Naruto dándole un beso amoroso a Annabeth.

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''GROAAAAAAAAAAAAAR'' rugió Naruto como un animal salvaje mientras tiraba un escritorio contra la pared, destruyendo el escritorio por el impacto.

Un amor extraño: Mi moza de ojos grisesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora