El peor de los secretos®

Prólogo

Elisabeth 

6 de diciembre del 2018

Helen y yo corremos por el hospital hasta llegar a la habitación en la que nos habían dicho que se encontraban nuestros padres. El miedo se apodera poco a poco de mí, el hecho de imaginar una vida sin ellos me esta matando por dentro.

- Es aquí - dice mi hermana después de pararse en frente de la puerta número 47. Ambas nos sentamos en las sillas que hay fuera mientras esperamos que algún médico venga a informarnos de la situación.

- Van a estar bien - vuelve a hablar mi hermana - van a estar bien. Cierro mis ojos y apoyo mi cabeza encima de la de Helen, que está apoyada en mi hombro.

(...)

- Elis... - siento como una mano me mueve el hombro suavemente y la voz de la persona que habla se hace más notoria. - Elisabeth - Abro poco a poco mis ojos y me pongo firme en la silla mientras llevo una de mis manos para rascar mi ojo y ver mejor de quién se trata.

- ¿Qué pasa? - pregunto todavía algo dormida.

- Son papá y mamá - responde Helen. Eso hace que termine de despertarme y rápidamente me pongo de pie.

- ¿Están bien? - miro fijamente los ojos de mi hermana que están rojos y mojados. Está llorando.

- No...emm...ellos...ellos han muerto - concluye mi hermana.

Cuando esas palabras golpean mis oídos, caigo al suelo rendida. Mis padres han muerto, esos con los que he compartido toda mi vida, con los que tenía tantos recuerdos, tantas risas, tantas tonterías, tantos momentos. Aquellos que me han cuidado y ayudado desde el momento en el que abrí por primera vez mis ojos verdes.

- Ey Elisabeth, todo va a estar bien - habla Helen - juntas - sigue - juntas vamos a superar esto y más - extiende su mano para que hagamos la promesa de hermanas que tenemos desde que teníamos 6 años - por nosotras y por ellos.