—Buenas noches, chicas. Disculpen la tardanza. Es un gusto conocerlas a todas ustedes —dije con una sonrisa mientras dejaba mi bolso a un lado y tomaba asiento frente a ellas. Quería poder verlas bien, reconocer sus rostros, cada expresión, cada historia escondida detrás de su mirada.Me tomé un momento para respirar hondo y proyectar confianza, a pesar del torbellino de emociones que aún llevaba dentro.
—Mi nombre es T/n, soy la dueña de este club, el cual será su nuevo lugar de trabajo. Jhonny, mi compañero, me entregó sus solicitudes, y me parece haber notado que la mayoría de ustedes ya cuenta con experiencia en el ámbito del baile. Las que no tienen tanta práctica, no se preocupen. Aquí contamos con una instructora que las apoyará y las guiará en todo lo que necesiten.
Hice una pausa breve para asegurarme de que todas me seguían con atención.
—A cada una se le asignará una habitación... bueno, pueden llamarlo “camerino”. Ahí podrán cambiarse de ropa, maquillarse y prepararse. Sin embargo, deben tener en cuenta que es un espacio laboral, no para reuniones personales ni para pasar la noche con alguien. Este es un establecimiento profesional y quiero que así se mantenga.
Mi voz se tornó un poco más firme.
—Si en algún momento algún compañero les falta al respeto o hace comentarios inapropiados, vengan directamente conmigo. Bailar no es sinónimo de tener que soportar acoso o desdén. El baile es arte. Siempre lo ha sido y siempre lo será, sin importar el género o la forma en que se exprese. Quiero lo mejor de ustedes, tanto en actitud como en energía.
Una sonrisa amable se dibujó en mi rostro.
—Ahora, si quieren, pueden presentarse una por una y hacerme las preguntas que deseen.
—Hola a todas —dijo una joven con energía—. Mi nombre es Leticia, pero pueden llamarme Letty. Estoy emocionadísima de trabajar aquí. Este lugar es hermoso y el trato ha sido increíble.
—Hola, chicas —continuó otra, con una sonrisa más tímida—. Soy Amaranta, pero díganme Ama. También estoy muy feliz de estar aquí. Necesitaba una oportunidad como esta y estoy agradecida de formar parte del equipo.
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Más tarde, caminaba sola por el pasillo donde estaban los camerinos. Recorriendo habitación por habitación, me aseguraba de que a ninguna le faltara nada durante su jornada. Ya casi terminaba, cuando un grito, ahogado por la puerta entreabierta de uno de los camerinos, llamó mi atención.
Me acerqué con sigilo y esperé un instante. Al parecer, una de las chicas estaba discutiendo por teléfono. Reconocí su voz: era Ama. Esperé hasta que colgó antes de tocar suavemente y entrar.
—¿Todo en orden, Ama?
Ella se apresuró a secarse las lágrimas, forzando una sonrisa.
—Sí… solo problemas con mi novio.
—Lamento que hayan peleado. Espero puedan solucionarlo.
—Sí… es que a él no le gustó que aceptara este trabajo como bailarina.
—¿Y por qué decidiste entrar?
—Fue decisión mía —respondió, más segura—. Una amiga me recomendó este sitio, me dijo que el pago era bueno. Yo amo bailar… y, sinceramente, necesito el dinero para terminar mis estudios.
—¿Y tus padres? ¿No cuentas con su apoyo económico?
—Mis padres fallecieron cuando era una niña —respondió con voz baja.
—Lamento haber hecho que recordaras eso…
—No te preocupes. Apenas tengo recuerdos de ellos… solo me queda una imagen difusa de mi mamá. De mi papá, casi nada.
—Debe haber sido difícil salir adelante sola.
—Y lo fue. Después de su muerte, la hermana de mi mamá se hizo cargo de mí, pero no porque me quisiera. Solo me tenía para que trabajara y quedarse con mi dinero. Me fui de su casa apenas pude. El trabajo que tenía antes no pagaba casi nada, así que decidí probar aquí. Pero a mi novio no le gustó… dice que otros hombres me verán en ropa diminuta.
—No lo veas así. Piensa que ellos admiran tu belleza, tu energía, la forma en que expresas tu alma a través del baile. Pagan por ver talento, presencia, arte.
—Supongo que tienes razón… no sé por qué siempre termino dándole la razón a ese tonto.
—Por lo que me dices, parece que ya llevan varios días así.
—Sí… él quiere que viva a su modo. Cree que puede controlarme. He intentado dejarlo, pero siento que si lo hago… lo pierdo todo.
—Eso es porque vives atrapada en una burbuja que tú llamas "amor". Pero él no está ahí contigo. Te está manipulando, y tú… tú lo amas. Por eso sigues.
—¿Y cómo salgo de ahí? ¡Es tan difícil! —exclamó, mientras nuevas lágrimas se deslizaban por su rostro.
—Difícil, pero no imposible. Has superado cosas peores y sola. No necesitas a un hombre para ser feliz ni para lograr tus metas. Ponte firme. Que sepa que tú también tienes voz, decisiones, y que tu brillo nadie lo apaga.
Ama me miró, sus ojos brillosos cargados de una mezcla de tristeza y esperanza.
—Tienes razón… gracias por escucharme. De verdad necesitaba desahogarme.
—Ahora tienes una nueva amiga. Siempre podrás contar conmigo.
Nos fundimos en un abrazo. Al separarnos, ella limpió las lágrimas y sonrió suavemente.
—Eres una persona muy linda… no como dicen en las revistas —bromeó con una risa tierna.
—Nunca me ha interesado lo que digan esas revistas. Son solo chismes de gente con demasiado tiempo libre.
Ella sonrió de nuevo, y su nariz aún estaba un poco roja.
—Me encantaría quedarme otro rato, pero mi familia me espera. Mañana hablaremos del vestuario que usarás por la noche, ¿de acuerdo?
—Claro. Fue un gusto platicar contigo.
Salí de su camerino, tomé mi bolso y me dirigí al auto. Conduje de regreso a casa en silencio, dejando que todo lo vivido se asentara en mi mente.
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Al llegar, subí directamente a mi habitación. Jean estaba cenando en la cama, con una bandeja a un lado.
—Hola, cariño. ¿Cómo te fue? —preguntó, dejando la bandeja a un lado y recostándose.
Me acerqué y dejé un beso suave en sus labios.
—Muy bien. Las chicas son encantadoras, tienen una actitud espectacular.
—Me alegra saber que todo salió bien.
Entré al clóset, me puse algo cómodo para dormir y me desmaquillé en el baño mientras seguíamos hablando.
—El bar está siendo todo un éxito. Hasta las noticias hablan de él —comenté desde el otro lado del baño.
—Oh, antes de que lo olvide, el papá de Scarlett vino hoy a dejarme el último documento. Ya todo está listo.
Salí del baño y me dejé caer junto a él.
—Entonces el bar ya es cien por ciento mío.
—Así es.
Jean me abrazó y se acomodó junto a mí.
—Hoy sí que fue agotador… los pies me están matando.
—Yo no le veía fin a los papeles. Era interminable.
—Creo que es hora de descansar.
Apagué la luz de mi lado y cerré los ojos, dejándome llevar lentamente hacia el sueño.
—Te amo —murmuró Jean—. Creo que no te lo he dicho lo suficiente esta semana.
—Y yo te amo mucho más —respondí, dejándole un beso corto antes de hundirme por completo en la calma de la noche.

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Los Herederos De La Mafia
Fanficᴇsᴛᴀ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ ᴘᴇʀᴛᴇɴᴇᴄᴇ ᴀ ᴜɴᴀ sᴀɢᴀ. ᴛᴇ ʀᴇᴄᴏᴍɪᴇɴᴅᴏ ʟᴇᴇʀ ᴘʀɪᴍᴇʀᴏ: "ᴊᴇғᴇs ᴅᴇ ʟᴀ ᴍᴀғɪᴀ" Contenido +16 ¿Que podría pasar si quedo embarazada? 𝐍o sería cosa del otro mundo. sin embargo... ¿Que podría pasar si quedo embarazada de un mafioso? ¿𝐄𝐦𝐩𝐞𝐳...