—Estaremos bien, no pueden atacar a los V.I.P, ya sea por nuestra presencia o por los invitados, si tuvieron que recurrir a esto, es que no tienen la fuerza para ir contra ellos de manera directa, eligieron el sabotaje de la reunión.—
—Hemos tomado el sector de baja, los americanos retiraron los cuerpos, Makoto Torrien asume el liderazgo del grupo.—
Los tres se vieron entre ellos, fue el cardenal que sacó de su sotana en su bolsillo interior un paquete de cigarros para ofrecerle a estos. Los que aceptaron sin pensarlo dos veces, parados algo lejos del centro de la plaza.
—Tendrás que perseguirlos... —
Hablaba Moriata después de encender su cigarro y ofrecerle fuego a Nitian.
—Para ellos somos como el ganado, pueden matarnos cuando quieran, el que hizo esto no debe ser tan aterrador como te imaginas Duges, se que podrán capturarlo tarde o temprano con los debidos recaudos.—
Una tranquilidad en el ambiente casi como nunca, una ciudad del todo concurrida como para tener ruido todo el día, estaba tan serena que incluso se podía sentir el sonido del tabaco al ser rápidamente quemado por el cardenal.
—Antes que eso...—
Duges les mostraba su celular, aunque rápidamente el de Moriata y Nitian vibró indicandoles el término de la reunión, estaba dispuesto que ellos escoltaran nuevamente a los invitados fuera del salón y hasta su partida.
Desde el inicio de la charla corrieron cuarenta y cinco minutos, en ese lapso de tiempo murieron casi medio centenar de humanos. Pero no había tiempo de reproches, los tres se embalaron directamente a su destino. Entrando por el mismo lugar de salida, se dirigieron directo a la sala donde dejaron por última vez a las visitas. Al llegar, se pararon frente a la puerta, la cual se abrió de manera automática en unos quince segundos desde su llegada.
—Por favor, déjenos guiarlos hacia la salida.—
Duges, actuaba como si nada, parecía ser una de esas personas que podía mantener las formas hasta el momento final de su vida. Dejando de lado su enojo y temor a los representantes de la raza alienígena, actuaba como si se tratara del mismo papa frente a él.
—Tu debes ser Nitian, el que asesinó uno de nuestros ciudadanos.—
El pelirrojo del medio, el que vestía como un antiguo rey y claramente el líder entre los tres. Con su característica presión al mirar, esperaba respuesta del americano, el cual no titubeó en dar réplica.
—Así es, fue un encuentro algo agitado, lamentablemente termino de aquel modo.—
Dando una respuesta bastante escueta y formal, casi como para cumplir, mientras los seis caminaban al centro de la plaza. Volvía a sentir más palabras del rey.
—Es bueno saber que hay humanos fuertes, su raza necesitara más hombres como usted Nitian. No tendremos un camino fácil, pero confío en usted para relacionarse con ella.—
Dando una pausa, habiendo llegado ya al centro de la plaza, observo a la peculiar mujer junto a él cuando finalizaba sus palabras. Rápido volvió la vista a Nitian, para seguir la conversación.
—Ella es el guerrero más fuerte de nuestra raza, el general supremo de los siete ejércitos del planeta. En el futuro, espero puedan trabajar juntos, tendrán un enemigo en común. Solo si desea vengar sus pérdidas de esta noche.—
Cuando el rey iba hablando, no hizo falta que Nitian viera a Moriata, extendió su mano derecha, de manera sutil ante el nipón para evitar cualquier conflicto. Históricamente estos tenían un sentimiento de pertenencia un poco más fuerte que el resto. Siguiendo el hilo de la conversación, aprovecho para preguntar sobre la teoría del mismo japonés.
—Entonces, ¿Es cierto que gente de su planeta ha intentado entorpecer las relaciones diplomáticas entre ambos?—
Sin que el rey emitiera sonido alguno, fue la mujer, con esa preciosa voz, la que tomó la palabra antes que todos.
—Espero que las palabras de mi rey sean ciertas, por el bien de ustedes mismos, ojala no mueran pronto.—
Después de decir aquello, la mujer volteó de manera delicada y sutil, siendo en todo momento bastante femenina. Agito su mano de la misma manera como si limpiara un vidrio enorme y nuevamente la imagen de todo se volvía a distorsionar, dándole salida a los tres misteriosos visitantes del espacio.
Durante unos segundos se mantuvo un silencio casi imperceptible y a la vez bastante notorio, ¿Cómo era esto posible? Pues cada uno se centró en sus pensamientos después de ver todo lo sucedido, liberando tensiones ante una reunión secreta la cual necesitaba de su más pura concentración para brindar la seguridad.
El primero en hablar fue el sujeto de anteojos negros.
—Moriata tenía razón.—
Viendo al frente, justo al lugar donde se esfumaron los tres visitantes, compartía la misma postura con Moriata y Nitian, ambos aun absorbidos en sus ideas.
—Mi padre jamás creería todo esto...—
Casi ignorando las palabras de Duges, Aono, el nipón seguía pensando en lo sucedido. Como un balde con agua fría, un dicho aplicable a esta situación, después de tantos nervios el más bajo en estatura de los tres realmente no podía creer lo sucedido.
—Informes de la situación general.—
Era el momento de Nitian, fue él quien dijo esas últimas palabras alzando su comunicador, dándole una palmada a Aono en su espalda, antes de comenzara caminar directo hacia la sala de los V.I.P
Entre paso y paso fue oyendo los informes de todos los sectores, que concluyeron de manera idéntica, "Despejado." Se podría decir que las amenazas externas se esfumaron solo hacía unos momentos. En su caminata, sintió la vibración de su celular indicando que los tres se presentarán en la sala de la reunión. Gracias a esa notificación, poco tiempo estuvo sin compañía, se unieron el japonés y el cardenal. Con los cuales se adentro, lleno de confianza una vez se despejaron todas las presiones, o al menos, la gran mayoría de ellas.
—Por favor, informe de la situación.—
Ni bien entraron, se encontraron con el arrugado y vetusto rostro del Santo Padre, el cual parecía no ir con rodeos.
—Cuarenta de las fuerzas de autodefensa, diez del servicio secreto, y tres de la guardia suiza. Actualmente no se encuentran indicios de más intrusos, salvo los servicios de inteligencia de algunos países. La guardia suiza se encargará de la vigilancia en el resto de la ciudad como se había establecido en el plan.—
Teniendo a su lado al cardenal Duges y al agente Moriata, Nitian espero las siguientes directivas. Sabiendo a medias tintas que la siguiente conversación con los líderes serán los primeros inicios en su nueva vida, pues aquella situación no hacía más que solo iniciar.
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Touch
Science FictionRecorriendo las vivencias del agente Nitian Von Zourd, Touch nos llevara por el camino de un agente del servicio secreto estadounidense que se convierte, junto a otros pares, en un representante y guerrero de la raza humana, contra el primer contact...