Los enfermeros Baekhyun y Kyungsoo junto al Doctor Kim han sido contratados para el cuidado del señor y la señora Park en su antigua casa. Sin embargo, hay algo que a Baek le inquieta. No es sólo la actitud extraña de sus colegas, el aura misteriosa...
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enfermero Byun.
Una decisión.
Paredes blancas, extensos pasillos y múltiples habitaciones conformaban el Centro Clínico de Seúl. Uno de los más reconocidos en la ciudad no solo por sus instalaciones, sino también por su excelente personal de salud. Byun BaekHyun, un enfermero de veintisiete años con buena reputación en ese lugar, caminaba por uno de los pasillos del quinto piso sintiendo la vena de su frente sobresalir más de lo normal debido al enfado que le provocaba el bastardo de su superior.
- ¡Jongin, deja de ignorarme! -exclamó histérico detrás del doctor que fingía no escucharlo y continuaba caminando mientras revisaba unas carpetas con historias médicas.
Lo había estado persiguiendo desde que comenzó el descanso y todo lo que había ganado eran suspiros de exasperación y negaciones de parte de aquel alto moreno con ese típico aire de superioridad que solo los doctores tenían. Y vaya que Jongin relucía un ego de mierda cuando usaba su bata blanca planchada con extrema pulcritud, aun si debajo de esta yacía un suéter con un oso caricaturesco bordado en todo el centro.
- ¡Jongin! -insistió.
-Doctor Kim -le corrigió. Se había detenido frente a la puerta de su despacho y miraba a Baek con el ceño fruncido-. Y ya te dije que no, Byun. Fin de la discusión. -Abrió la puerta e ingresó rápidamente con la intención de cerrarla frente a las narices del enfermero. Sin embargo, Baek interpuso su pie antes de que sucediera. Se tragó el chillido de dolor.
-Doctor Kim...-murmuró entre dientes-. Al menos, déjeme terminar de hablar.
Jongin le miró sin borrar su expresión ceñuda.
- ¿Por favor...? -suplicó Baek. El doctor rodó los ojos largando un suspiro y se retiró de la puerta. Baekhyun tragó grueso y entró a la oficina.
Las paredes azules casi se confundieron con su uniforme, resaltando sólo su cabellera rubia, el escritorio blanco como la bata del Doctor Kim y algunos cuadros con imágenes de anatomía humana alrededor. Jongin se sentó arrojando las carpetas en la mesa y devolvió su bolígrafo al portalápices de Rikkaluma. Baek se sentó en la silla adicional frente al escritorio y entrelazó las manos encima de su regazo. De repente recordó la primera vez que fue a una consulta médica sin su madre, tenía la misma sensación en su pecho, sólo que un poco menos nervioso.
Sólo un poco.
- ¿Y bien? -preguntó Jongin frotándose los ojos para después mirar con aburrimiento al enfermero-. ¿Qué es lo que tienes que decir?
Baek inspiró suficiente aire para relajarse y decidió hablar.
-Quiero una explicación -lo miró a los ojos, desafiante-. Quiero que me explique porqué insiste en llevar solo a un enfermero para el cuidado de los Park y porqué tiene que ser Kyungsoo.
