;; vocaloid/utau stories¡!

Maldita Primavera ;; kaimei

Con un lapiz en mano golpeando delicadamente su rostro la miraba con disimulo, soñando despierto que acariacaba los cabellos castaños de la joven que se encontraba frente a él, serena hablando con la muchacha pelirrosa que siempre la acompaña.

Mientras el tiempo pasa ligero y lento una brisa primaveral choca contra su rostro, quería escribir algo bonito, pero ella solo lo desconcentraba. Primavera tiene el privilegio de estar con ella a diario, ya sea cantándole, besándole o simplemente hablándole. Que envidia siente, la maldice totalmente.

Su amor más deseado sólo lo veía como amigo, demasiado decepcionante pero aún así cedía ante la castaña por mucho que le lastimara su cercanía. Mientras ella, probaba y sentía el amor más puro y sincero con la mujer que le gusta y corresponde. Él simplemente la veía de lejos, esperando que se fuera de una buena vez.

Envidia terriblemente a la primavera pues es tan cálida, tan buena, tan perfecta y querida por Meiko, ella ama todo lo relacionado con ella soportando poco el frío invierno.

Solo le quedaba conformarse con las pequeñas muestras de cariño que no pasaban de amistad, con los besos que no pasan de un beso y con las caricias que no son tan sinceras como él quisiera.

En esta estación florecen todos los capullos que esperaban las mieles del amor primaveral, otras quizá se marchitan debido a que no es su estación, Kaito no sabía con exactitud pero tiene por seguro que él se la pasa marchito durante toda esta época, pues las flores rosadas hacían florecer las rosas rojas de tanto amor, mientras que las azules solo se morían.

De celos, de soledad, era como un atropello al alma fundida en decepción. Maldecía con todo su ser a primavera sin que ella supiera, los celos eran peligrosos en él sacaban lo peor de su ser.

Quizá por algo Dios quiere que no esté con la persona que ama pues para todo hay un porqué, o quizá simplemente su vida es un miseria y su destino era morir solo, pero ya qué.

Que importaba eso ahora, lo que importaba era esperar a que pasara la maldita primavera para así poder escribir algo y dejar de tener unas simples páginas vacías donde quería plasmar todo y a la vez nada.