Querido Diario: Hoy 27 de abril hable con la psicóloga como todos los Santos días y le conté que ya estaba escribiendo mi tonto diario. Ella se alegro totalmente, me dijo que le daba gusto saber que al fin alguien iba a saber la verdad de lo que había sucedido. Yo solo me limite a sonreír, no quería llorar pero no lo pude evitar, ella me pregunto que si aun lo extrañaba y si aun lo amaba, lo cual solo me limite a llorar. Me quede pensando el resto del receso en esa pregunta, no sabia cuándo, ni en que momento lo iba a superar pero era lo que mas quería hacer. Odiaba pasar los recesos con ella. ¿Qué clase de adolescente sin vida era? Sabia que mi ex mejor amiga también iba con la psicóloga Ana y quizás por eso no me daba la suficiente confianza como para confesarle todo lo que había sucedido o mínimo abrirme un poquito más. La mayoría del tiempo me la pasaba escuchando musica o leyendo, mientras ella me cuestionaba y trataba de sacarme platica. ¿Estaba mal? No quería ser grosera con ella pero quien me garantizaba que ella no le dijera todo a mi madre o mi ex mejor amiga. Soy tan patética que ni si quiera podía mencionar el nombre de la que fue mi amiga por muchos años. Cuando el recreo termino la psicóloga Ana me miraba curiosa por la pregunta qué me había hecho. Ella quería saber cómo lo había conocido, eso era lógico. Lo veía casi siempre, lo importante era como había sucedido todo.Recuerdo perfectamente la fecha que hubo algo más entre él y yo, 17 de Marzo 2018. La mayoría de los viernes iba a casa de Vanessa, mi mejor amiga. La conocía desde los 5 años, mis papás se llevaban con los suyos y se tenían mucha confianza. Normalmente un dia a la semana convivimos todos juntos, ya que era una costumbre "familiar" por asi decirlo. Vanessa era una extension mía, donde estaba ella, ahí estaba yo y viceversa. Ambas nos teníamos una confianza grandísima y siempre estábamos para la otra. Ese dia estábamos en su casa como todos los viernes desde que tengo memoria de nuestra amistad, era una costumbre siempre hacer lo mismo, veíamos películas, comíamos con sus papás y dormíamos juntas. Amaba su casa, pero lo que mas me gustaba era su habitación, era enorme y tenia un espejo gigante en medio de una pequeña salita, en el cual siempre bailábamos enfrente de el.
Solo que ese día yo actúe diferente, me estaba cambiando el uniforme de la escuela para probarme la ropa nueva que la madre de Vanessa le había traído de su más reciente viaje. Vanessa estaba en el baño y me había dejado cambiándome sola. Todo fue tan rápido cuando me di cuenta, entro su papá. Todo paso tan de repente, que me quede así en ropa interior enfrente de él. Pensé que él se iba a mover pero no reacciono, se quedo parado viéndome de pies a cabeza. Jamas había visto una mirada así, no comprendía qué estaba sucediendo. Quizás otra persona que estuviera en esa situación hubiera corrido a taparse o quizás esconderse pero me quede parada viéndolo. Sentía como mis pezones se erectaban y como mis piernas me temblaban. Era la primera vez en mi vida que un hombre me veía así tan expuesta, tenia miles de mariposas recorriéndome en ese instante el estomago. Vanessa abrió la puerta del baño y salió de él sin darse cuenta que su padre estaba ahí parado comiéndome con la mirada. Solo lo vi darse la vuelta dejándome ahí sin poder articular ni una palabra.
Era la hora de la comida, no sabia cómo actuar después de tan descarada acción que había hecho. Estaba avergonzada porque bueno no era una mentira que me gustaba el papá de mi mejor amiga pero eso solo lo sabia mi almohada. No es como que yo fuera con Vanessa y decirle "Oye me gusta tu papá". Al llegar a la mesa, escuche una voz tranquila y llena de curiosidad. "Helena... ¿cómo estas?"- La madre de Vanessa, Natalia. Ella siempre era tan amable conmigo que eso me hizo ver a Diego a los ojos y sentirme apenada por lo que había sucedido. La pregunta me había dejado seca, en estos últimos días lo único que preguntaban era que cómo estaba. Estaba cansada de esa pregunta y sentía mis ojos arder cada vez que me preguntaban lo mismo. Estaba desecha, mi padre se había ido de la casa sin decir ninguna palabra, bueno al menos no a mí porque no tuvo el valor suficiente para decirme que se iba de la casa porque había alguien más. Tosí en manera de tratar de recuperar el aliento y mire a mi mejor amiga incomoda.-"Estoy bien señora, ya sabe hay muchos cambios en mi vida."- Sentía la voz quebrar sin embargo emane una pequeña sonrisa que apostaba que parecía una mueca. Mire a los ojos a Diego y sentí que él me podía tener lastima de que mi padre nos haya abandonado pero no podía hacer nada. Al fin y al cabo el se había mostrado amable con mi madre a pesar de que mi padre era muy amigo de él.
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Querido Diario
Teen FictionEnvolverme en un romance con el padre de mi mejor amiga "casi hermana" no estaba en mis planes...