Capitulo 2

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Me desperté de un golpe, la alarma había sonado a las seis y media de la mañana. En realidad me daba un poco de cosa ir hacia el nuevo instituto, así que me puse la ropa, me maquillé un poco, a lo natural, me bebí mi zumo y a las siete salí de casa. Mi madre me quería llevar al instituto en coche, pero le dije que prefería ir caminando, para saber como era la ciudad.

Una vez llegué  nos sentamos donde quisimos, yo, como la nueva, me senté donde quedó libre para no ponerme en ningún problema, me senté en uno de los sitios que quedaron libres. Vi que por la puerta entraba el chico que me encontré ayer en la playa, le saludé y le dije que se sentara a mi derecha. A mi izquierda, me saludo una chica que se llamaba Jennie, comenzamos a hablar y ya la había visto antes por los pasillos, así que nos hicimos amigas.

 El profesor comenzó la clase sobre la historia de Estados Unidos.

La verdad no preste atención durante toda la clase, no me gustaba nada mi situación actual, y no podía parar de pensar en que ya no estaba en Barcelona, ni con mis amigos y familia. Los iba a ver en verano, pero ya no tenía la vida de antes.

Intente prestar atención en las clases siguientes, pero se me hizo imposible. Soló desconectaba cuando estaba con Jennie. Era la única de toda la clase junto con Mateo, que se habían juntado conmigo por amistad, bueno o eso creo. Otras de las chicas que me comenzaron ha hablar por interés, fue porque supieron que mi padre era una de las personas más ricas de la ciudad. Pero a las personas interesadas, no fueron de mi agrado.


Fueron pasando los días...

Cada vez más me iba acostumbrando, siempre era la misma rutina. Cada día que venía a casa, era todo lo mismo, nadie hablaba. Estaban muy raros tanto mi madre como mi padre. Hasta mi hermano me pregunto que si sabía algo? No me preocupe mucho, porque esta situación la reconocía. Siempre era lo mismo, discusiones por dinero, empresas y más, pero mi padre no entendía que esta situación nos afectaba también a nosotros dos. Como vi que mis padres no nos hablaban, decidí que mi madre al día siguiente me llevaría al instituto y poder hablar con ella sobre esta situación.

-Mama, me puedes llevar hoy tú al instituto? -le dije con alegría-.

-Hoy no puedo, otro día hija -dijo mi madre-.

Esas fueron las únicas palabras que cruzamos mi madre y yo, durante las ultimas semanas que llevaba en California. No le quise preguntar lo que le estaría pasando. Aún así me sentí un poco mal, cogí mis cosas y salí dirección al instituto.

Durante el transcurso de esas semanas de silencio y apatía con mis padres, Jennie, Mateo y yo quedábamos por las mañanas y ir juntos al instituto. Se me hacía más amena las mañanas, eran más divertidas. Jennie era una chica pelirroja, con unos ojos grandes y un cuerpo muy bonito. Sincera y humilde, no le gustaban tanto las fiestas como a mí, en cambio prefería quedarse en casa y leer cualquier libro de ciencia ficción, los devoraba. Siempre que estaba con ella me contaba cada detalle, y eso me encantaba, su entusiasmo sobre la lectura. En cambió Mateo, era alto, con el pelo rizado, moreno y con los ojos verdes. Era deportista, hacía futbol americano. Me gustaba estar con él porque muy comprensivo y siempre se lo quería pasar bien.

Las horas de recreo, Jennie y yo nos confesábamos nuestras confidencias . Fuimos al baño antes de que viniera Mateo de clase, Jennie me confesó, que le gustaba Mateo desde hace tiempo. No me sorprendió, lo notaba cuando lo miraba o le sonreía. Durante las últimas semanas, los veía muy juntos.

Cuando vino Mateo, comenzamos ha hablar sobre ese fin de semana. Nos enteramos de que unas de las chicas de nuestra clase, tenia una casa en la parte alta de la ciudad, y invito a todas las personas de nuestro curso. La verdad, es que quería ir, quería desconectar de todo, familia, trabajos del instituto y más.

- Chicos, salimos? Tiene que estar bien, seguro que nos lo pasaremos genial! Quiero desconectar de la misma rutina de siempre. - dije con mucha ilusión-

- La verdad es que sí, me apetece beber y pasármelo bien. Me han dicho que tiene una casa enorme, de las más grandes de toda la ciudad. - dijo Mateo con la misma intención que yo-

-Va Jennie, apúntate. Ya tendrás tiempo de leer.  Aunque sea por una noche. -le dije sonriendo-


-Lo intentaré, pero no beberé, seré la más responsable de los tres. -dijo Jennie-

Me puse a saltar de la ilusión. Soló faltaban dos días para que fuera mi primera fiesta en California.

Cuando llegué  a casa, seguían callados,  con la misma situación. Así que, salude y me fui directamente hacía la habitación. Rebusque en el armario, a ver si encontraba algún vestido o conjunto para el sábado. No encontré algo que me gustará, llamé a Jennie para decirle que el viernes, iríamos a ir comprar vestidos, maquillajes...

Cambios y perjuiciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora