Cambios y perjuicios

Capitulo 3

Pasaron los días hasta el viernes. Volví a casa por la tarde, había quedado con Jennie en su casa para ir de compras al centro de la ciudad. Estaba emocionada, tenía muchas ganas de tener esta tarde. A la vez, estaba triste, porque me recordaba mi vida anterior en Barcelona. Supongo que tengo que olvidarme, ya no tengo esa vida. Tengo esta, en un nuevo lugar, nueva casa y nuevos amigos.

Me fui hasta la parada que tenía cerca de casa. Cogí el primer autobús que pasó y me dirigí hasta la casa de Jennie. 

Llegue. Me impresiono como era su casa. Era una casa cerca de la montaña, tenía una gran terraza y piscina. Por lo que vi era de cuatro plantas, una de las más grandes de los alrededores.

Llamé al timbre, cuando entre, aún me sorprendió más, tenia una gran replica de David Miguel Ángel. No había ido nunca a Florencia, pero lo reconocí a simple vista. Jennie me enseño un poco más su casa,  y me explico, que sus padres eran italianos, pero que se vinieron a vivir aquí por dinero y comercio. Eso me recordó mi situación, así que le explique cada detalle sobre mi ausencia en esta ciudad. 

Me llevo hacía su garaje. Se me saltaron los ojos de la cara. Era mucho más grande que el comedor, lleno de coches caros, tenia entre nuevos y antiguos, también tenía motos de todos los modelos posibles. Era increíble. Así que se me ocurrió una idea.

-Jennie, tengo una idea que nos lo podremos pasar bien! - dije con entusiasmo-

- A saber que dices.- dijo curiosa-

-Te explico, cogemos cada una de nosotras, una moto y nos vamos al centro. Tu padre no creo que se de cuenta de que le faltan dos de sus motos.- dije muy emocionada-

- Pero, Laura, tu sabes conducir una de estas motos?-me dijo-

- Tu sabes con quien estas hablando? Claro que se conducir una de estas motos. Cogemos las que tu padre no se fije nunca y ya.- le dije-

La verdad nunca había cogido una moto, pero no me perdía ningún documental sobre ellas.

-Bueno, me parece bien.¡ Por un día no pasara nada!- me dijo con ganas-

Me enseño unas de las motos que no usaban, cada una se llevo una y nos dirigimos hasta el centro de la ciudad. Para mi sorpresa se me dio bastante bien conducirla. Llegamos al centro comercial, así que nos fuimos a las tiendas que ya teníamos pensadas. 

Primero fuimos a las tiendas más baratas del centro comercial. Encontramos un conjunto barato y nos gusto a las dos. Mi conjunto era negro, un top escotado y de parte de abajo era un pantalón de cintura alta, y ancho. El de Jennie, era un conjunto azul claro, la parte de arriba era de manga larga y no tan escotado como el mío, y la parte de abajo era un pantalón corto de cintura alta. Cuando salimos de la tienda, nos fuimos a la zapatería. En el escaparate de la zapatería, me fije en unos tacones altos, y negros, con un toque brillante. Entre rápidamente, y sin pensármelo me los compré. Me daba lo mismo lo que valieran, era la tarjeta de mi padre, así que me podía comprar todo lo que quisiera. Sin importarme nada. Jennie no se compro nada, no fueron de su agrado ninguno de los zapatos. Le dije, que quería dar una vuelta con la moto, y que nos fuéramos a un lugar tranquilo y bonito. No tenía ganas de volver a casa.

Así que nos disponíamos a salir del centro comercial, con nuestras bolsas en la mano, montamos en la moto, y nos fuimos. Sin tener ningún rumbo fijo.

Jennie me llevo a un prado muy bonito, tal y como yo le había dicho. Era impresionante, era todo verde, de fondo había una cascada de agua y era muy relajante, mientras veíamos el atardecer. Era indescriptible. 

Estuvimos hasta tarde, contándonos nuestras confidencias, nuestros secretos más oscuros, nos conocimos más una a la otra. 

Cogimos las motos y nos fuimos a dejar las motos en el garaje de Jennie. Esa tarde se me paso rápido, y unas de las mejores que había tenido.

Llegué a casa. Todo en silenció. Con mis bolsas en las manos, y con ganas de volver a probarme todo lo que me había comprado, vi a mi hermano durmiendo en el sofá con una película puesta en la televisión.

- Marc, despierta. Que ha pasado?- le dije-

-Laura? Eres tú?- me dijo desconcertado-

-Si, sino quien va a ser?- le dije nerviosa, aquí estaba pasando algo-

- Mama y papa se han ido de casa por la tarde, justo cuando había llegado a casa. Pero no me he atrevido a preguntar. Solo, que mama me ha dicho que hay cena en la nevera. Pero no he cenado, no tenia hambre.- me dijo aún medio dormido-

- Bueno, ya vendrán, no te preocupes, los llamaré. Come algo, que sino se hará muy tarde.- le dije con tono tranquilizante-

Marc fue a la nevera a coger la comida y a calentarla. De mientras, yo, deje las bolsas en mi habitación, y llamé a mi madre. No me contestó. Llamé a mi padre, era mi última opción. No contestó. Me empecé a preocupar, que estaría pasando, habían tenido un accidente o solo era una reunión del trabajo de mi padre. Me estaba poniendo en lo peor, pero intente no pensar. Los volví a llamar, pero nadie contesto. 

Me aguanté los gritos y la rabia de que no me cogieran el teléfono, para no preocupar más a mi hermano Marc. 

Cenamos los dos solos en la mesa del comedor, mirando la película que había puesta en la televisión. Nos sentamos en el sofá y nos quedamos dormidos los dos juntos.

Al día siguiente,

Nos levantamos, por la luz del sol. Pero todo seguía igual que la noche anterior, no había nadie. Los volví a llamar a cada uno de ellos, seguían sin contestar, al parecer parecía que tendrían el teléfono apagado. 

Llamé a Jennie y le conté lo que me estaba pasando. Así que, ella me dio el numero de una cuidadora. La llamé, y vino hacía casa. Le explique la situación actual, ella se encargo de todo. También habían pasado más de 24h desde que los había visto por última vez, así que llame a la policía, para que me pudieran ayudar. La policía me pidió sus datos, la de mi madre y mi padre, y que tendría que tener algún adulto con nosotros, y que se pondrían a buscarlos. Así que mi hermano y yo comimos, me duche y me arreglé. Mi hermano se quedo con la cuidadora y en manos de la policía. En la fiesta tendría que estar pendiente del teléfono por si me llamaba alguien.

Había quedado con Mateo en frente de mi casa, para ir los dos juntos, para recoger a Jennie.