Enmendando un corazón

Llueve en mi habitación

Olvidarte... No me pidas que lo haga cariño, si sabes que eres lo que más deseo y que no podré tener.

Se fueron volando aquellas pequeñas ideas, aquellos hermosos sueños de color pastel que me levantaban cada mañana con una sonrisa y me acostaban hasta dormir por las noches. Tu imagen era lo primero que visualizaba, aunque parezca psicópata.

No sabes lo que es sentir demasiado. No, no lo sabes. Porque tú lo dijiste primero, tú me dijiste que te gustaba y yo guardé silencio sin decir absolutamente nada. El corazón me palpitaba como nunca antes, no niego que fue lo más maravilloso para mí saber que me querías.

Pero no dije nada.

Y ahora te veo con tus amigos tan sonriente, luego de un año sin saber de ti. Quisiera esconderme debajo de la tierra y que no me veas salir. A veces la situación empeora y siento que ya no te preocupas por mi como lo hacías antes.

"Porque cuando supiste que también te quería, perdiste todos los detalles".

En medio de un océano de palabras escogí las peores. La RAE debería secuestrar mis conversaciones y expresarte correctamente lo que yo no supe.

Me odio por no odiarte, debería odiarme por quererte de esta manera. Debería estar encerrada en un manicomio hasta que las flores vuelvan a morirse como cuando tú aún no habías llegado.

¿Por qué? ¿Por qué pintaste mi mundo y lo cuidaste con tanto anhelo si luego ibas a encenderlo en llamas? Ahora sólo son cenizas las que bailan a mi alrededor, aunque deberíamos estar bailando nosotros dos.

Ayúdame, no te vayas. Aún no he terminado.

Necesito decirte lo que guardo en el pecho antes de que el tiempo se detenga.

¿Conoces esa famosa cuestión, en las que las parejas pelean para decir te amo?

Bueno amor, yo lo haré por ti. Más bien, lo haré por los dos. Te amo. No lo diré en tu oído como planeamos, ni me besarás como dijiste hacerlo, ni me tocarás la piel como imaginaste... No.

Demasiado tarde para continuar y muy temprano para abandonar.

Dime qué hago. Mis latidos ya no suenan como antes. Tus ojos ya no tienen ese brillo inocente, tu voz ya no habla dulcemente y se despide con un beso.

Si supieras cuántas veces he llorado.

Porque si el mar se llenara con cada lágrima que suelto, cariño créeme que la tierra ya hubiese desaparecido.

Perdón por insistir, es que de verdad me importas.

Soy una mujer fuerte, ¿recuerdas cuando me dijiste insegura?

Bueno pues a partir de ahora solo recordaré las cosas malas, tal vez de esa forma engañe a mi alma y te libere.

Sólo tal vez... Pero no te prometo nada.