—Cuando estés triste, come helado y verás como desaparece la tristeza de tu corazón —dijo Violet mientras me abrazaba fuertemente en camino a un hotel.
He de haber sabido que el amor podía ser puro y sincero mientras la persona no sea corrompida por extraños agentes ajenos al amor.
—Hoy estás muy hermosa, Violet —afirmé sin titubear mientras comenzaba a besar su cuello.
Nos encontrábamos ya en el hotel y no podía dejar de sentir la necesidad de alejarla de su ropa y hacerla mía, otra vez. Ella era de piel blanca y contextura delgada. Lucía un rostro angelical y tenía cabello largo. Como olvidarla...
Mientras comenzaba a besarla, usaba mis manos para pasear por todo su cuerpo. Su cintura me envolvía en un éxtasis que reflejaba mis intenciones lascivas. Ella era consciente de ello y en ratos que lográbamos sincronizar nuestras miradas, alcanzaba a sonreírme estando cara a cara.
—Te amo —susurró Violet con una voz cálida y avivada por la excitación mientras comenzaba a voltearse lentamente a la par que doblaba su cuello para no dejar de besarnos. Su rostro ruborizado daba señales de que era hora de comenzar con el ritual... Nuestro ritual... Comencé a subirle la blusa blanca que tenía puesto al mismo tiempo que ella se quitaba la falda. Sin tardar mucho, ella estaba completamente desnuda, mientras que yo recién comenzaba a quitarme la correa del pantalón apresuradamente. Finalmente, encontrándose las dos almas expuestas al desnudo, ella alcanzó a preguntarme antes de comenzar con el acto:
—¿Me amas?
—Sí —respondí—, te amo más que nada en esta vida.
—Si algo llegara a pasarme ¿me extrañarías? —añadió ella.
—¿Eh? No seas tonta, no me hagas enojar —respondí incómodamente preocupado.
—Jajaja Perdón Amor —finalizó de manera picarezca la entrevista mientras que a su vez, comenzaba nuestro acto de amor.
Debí haberlo sabido...
Debí habérmelo imaginado...
5 años después...
—Por favor vuelva mañana —notificó la secretaria—. En estos momentos el director se encuentra ocupado en su despacho y no podrá atenderlo.
—Gracias por el aviso, entonces volveré mañana. Hasta luego —respondí amigablemente mientras recogía mi curriculum vitae.
La vida tenía que ser dura. Actualmente vivo solo y debo pagar la universidad. Mis padres se divorciaron y alegaron que yo ya era lo suficientemente mayor para hacerme responsable de los gatos que trae la universidad consigo. Mis amigos de aquellos tiempos tomaron rumbos distintos y ya ni hablamos. En la universidad solo logro hacer enemistades porque tengo una tendencia a criticar constantemente las opiniones de los demás. Y aún después de volverme agnóstico, siento la necesidad de que alguien en este mundo me observe y me escuche.
La tristeza me ahoga desde que te fuiste, Violet...
—Lo siento, Violet falleció en un accidente de bus mientras regresaba a la ciudad.
Comienzo a recordar lo sucedido hace cinco años y no dejo de culparme por las causas de mi desdicha. Pero he decidido cumplir con la última promesa que te hice antes de que partieras a ese viaje.
YO... CAMBIARÉ A MI PAÍS. YO... SERÉ PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA!!
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DERECHA INMORTAL
RandomLa motivación de un hombre por querer cambiar el país puede nacer de un amor no correspondido por el destino.