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Las semanas fueron pasando y con ellas el mes se hizo presente, el frío parecía empezar a apiadarse de nuestras almas por lo que en esta clase de deportes aquellos molestosos abrigos ya no eran necesarios.

Desgraciadamente ya no tenía ninguna excusa para faltar a la clase, ya había utilizado muchas y una falta más me costaría la calificación más baja de la materia. Me tuve que resignar.

Mientras trotaba en fila detrás de un chico pelinegro que se hacía llamar Sero Hanta, le solía dedicar fugaces miradas de soslayo a aquel peculiar rubio con el cual ya había formado una amena amistad. Siempre tan retraído a la distancia, sentado en la acera abrazando sus piernas, observando a los demás como método de entretenimiento sin siquiera sospechar que mis ojos cada vez más buscaban encontrarse con los suyos.

_Si las miradas quitaran la ropa, ya te lo habrías violado..- escuché de pronto que me decían a mi costado izquierdo.

Volví mi rostro hacia donde había escuchado aquella conocida voz.

_No sé de qué hablas, Ashido- le respondí evitando su mirada ámbar sugerente, ella trotaba a mi mismo compás, parecía mantener ese ritmo a propósito, no parecía querer aventajarme o dejarme avanzar más rápido que ella....era como un chicle muy rosado.

Pero la verdad es, que no quería hablar sobre "ese" tema.

_Oh, vamos viejo, ella tiene razón- y aunque nadie lo llamó, el chico que antes había estado delante de mí, redujo sus trotes y se posicionó a mi costado libre- aunque bueno, no es feo, pero dudo que pueda seguirme el paso, si me entienden?- ese comentario bochornoso más que causarme lastima por ese individuo me provocó una molestia irracional, mis manos deseaban volverse puños y estamparlos contra su rostro.

_Nadie pidió tu opinión, cara de cartón- Ashido sacó la lengua con molestia, pero no fue suficiente para ella, sino que también le dirigió un gesto vulgar mostrándole su dedo medio. Mis labios se curvaron en una sonrisa de satisfacción, quizás ella no era tan "femenina" cómo pensada.

_Wow, tranquila, lamento si estuve fuera de lugar- el tipo se disculpó, yo no supe si debía aceptar sus lamentos o mantenerlo fichado de por vida. Pero no era nada masculino tener insanas rencillas.

_He! Bola de ineptos, será mejor que se apresuren!!- la voz de Bakugō rebasandonos al dar su cuarta y última vuelta nos atrajo de regreso a la realidad, apenas teníamos 2 vueltas completas y la clase estaba por acabar.

Dejamos de lado esa conversación y empezamos a correr con más ánimos, cada uno con diferentes motivaciones para concluir la clase. Yo?, yo quería volver al lado de Denki.

Entonces la clase concluyó, mi espalda estaba hecha pedazos, sentía como si alguna horda de soldados medievales me hubiesen aplicado sus métodos de tortura primitivos y ortodoxos, pero almenos ya podía acercarme a Kaminari.

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_Sabes? aún no puedo creer que en el último segundo Midoriya se tropezara y se rompiera otra vez el dedo índice y pulgar- le comenté mientras caminábamos directo a nuestra siguiente clase, la más divertida y entretenida, la legendaria.....Matemáticas. Pesadilla, le decíamos Denki y yo.

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⏰ Última actualización: May 04, 2021 ⏰

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El valle de las luciérnagas _ [Kirikami]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora