Había muchas cosas que Galatea amaba en la vida, galletas, pasar tiempo con sus hermanos sin que sus padres estuviesen gritándoles todo el tiempo y hablar con sus primas mayores. Bellatrix era un poco extraña pese a sus veinticuatro años, Andrómeda era mucho más agradable y dulce que las otras dos y Narcissa no era tan fría como aparentaba.
Galatea amaba a sus primas, no en la misma escala en la que lo hacia con sus hermanos. Su mellizo era lo mejor que le pudo dar el universo y su hermano menor era lo más lindo que tenía.
── Mami ── Walburga odiaba que la llamasen así y quizás por eso la muchacha optó por hacerlo.
── ¿Qué quieres ahora, Galatea? ── gruñó apartándola bruscamente de su lado.
── Mañana es primero de septiembre y en serio me gustaría preparar galletas para mis amigos.
── ¿Amigos? No te estarás juntando con inmundos impuros como tu hermano. ¿Verdad? ── gracias a Merlín no era así y no es que ellos le desagradasen, era que realmente no se juntaba con mestizos ni nacidos de muggles, menos con traidores.
En verdad era amiga de Rabastan Lestrange y Evan Rosier. Dos alumnos de Slytherin con ideales puristas tan marcados que daban asco, pero a Galatea le agradaban lo suficiente como para considerarlos amigos.
── Oh no, por supuesto que no. Hablaba de Rabastan Lestrange y Evan Rosier.
── Vaya, tienes unas amistades prometedoras. Me sorprende viniendo de ti que te juntes con personas como ellos, pensé que serías como el desgraciado de tu hermano ── ¿Y si lo fuera qué? Seguía sin entender por qué la sangre era tan importante si al final todos eran humanos.
Un estatus sanguíneo no decía quién eras, pero si en el mundo muggle funcionaba de esa forma, tristemente en su mundo también. Si no tenías un buen apellido ni eras sangre pura, no eras nadie.
── Supongo que tuve suerte ── murmuró Galatea. Sus hermanos no habían salido de sus respectivas habitaciones, Sirius había tenido una discusión con su madre la noche anterior y fue Regulus quién lo presenció todo ──. Entonces, ¿puedo hacer las galletas?
── Cómo quieras, procura limpiar todo después. Ahora deja de estar estorbando.
Una de las mil cosas que no practican quienes se criaron en familias puristas, era la empatía y amor familiar. Quiero decir, crecer sin eso te genera traumas, pero no por ello deberías hacer lo mismo con tus hijos. Sin amor y empatía no eras más que un poco más de mierda entre todo un montón.
Galatea siempre era llamada estorbo, quizás era cierto lo que le decía su prima Bellatrix. Uno de cada dos gemelos o mellizos era el no deseado y tal vez ella fuese ese, quién sabe.
── ¡Galletas, galletas, galletas! ── cantaba Galatea como si fuese una niña pequeña.
── ¿Estás haciendo galletas? ¿Sin mí? ¡Eso es una gran traición, Gala! ── Sirius había salido de su habitación, quizás por el olor que estaba comenzando a emanar ──. ¿Si me darás a mí y a mis amigos?
── Ssshh, madre no debe saberlo. Le dije que solo le hablo a Rabastan y Evan.
── Pero si tú le hablas a todo el mundo como si fueran amigos de toda la vida.
── Lo sé, pero sabes que madre me prohibiría cualquier acercamiento a personas que no sean de mi casa o sangre pura. Es patético ── gruñó luego de esparcir chispitas de chocolate en la masa ──. Estuve hablando con una vecina muggle, me contó sobre la relación de su hermana. Pobre chiquilla creyendo que tiene la culpa de todo lo que ocurre con ese hombre con el que está.
── Es difícil salir de ese tipo de relaciones, supongo, no lo sé. No voy a opinar nada ya que técnicamente a mí ni a ti nos incumbe, por muy crudo que suene.
Y quizás tuviera razón hasta que llegue el día en que la muchacha muera a manos de aquel monstruo, no es que en todas las relaciones de ese tipo ocurra, pero no por eso no podría pasar. A veces inmiscuirse un poco más lograba salvar vidas, quién sabe.
── ¿Qué hacen? ── y ese era Regulus somnoliento. Al parecer durmió todo el día y recién había despertado.
── Galletas.
── ¿Me dan? ── y untó los dedos en la masa llevándose un golpe con el cucharon ──. Le falta un poco de azúcar. ¡Kreacher!
El elfo apareció después de un crujido. Su mueca de desagrado se borró cuando Galatea le metió un poco de masita con el mismo cucharon con el que había golpeado a su hermano menor.
── ¿Y? ¿Te gusta o le falta azúcar? ── Kreacher no respondió, se limitó a desaparecer y volver con una pequeña bolsa de azúcar ──. ¡Genial! Nos falta más sabor, gracias.
Realmente Regulus había llamado al elfo para que comiera con ellos las galletas, no estaba en sus planes que él fuera por la azúcar, quizás pensó que por eso fue llamado. Trataba de ser el mejor elfo, mucho más eficaz que sus antecesores y aunque siempre decía que sería un honor ser colgado en la pared como los demás, no quería ni imaginar ese día.
Galatea colocó la masa ya lista en una bandeja de metal, no importaba la forma si el sabor era casi perfecto. Luego lo llevó al horno como si no fuera a quemarse después porque los guantes estaban guardados con llave y su madre no iría a por ellos, menos les dejaría que uno de ellos fuera a buscarlos.
── Ahora solo debemos esperar, cuando estén listas les daré algunas, las otras son para mis amigos.
── Y para los merodeadores, no te olvides eh. Peter come muchísimo y Remus tiene una adicción insana al chocolate ── masculló Sirius. Extrañaba a sus amigos, demasiado.
── ¿Saben? Lo mejor de septiembre es que termina y comienza el mejor mes del año.
── ¿Noviembre? Digo, es el mes de nuestro cumpleaños, siempre será superior.
── ¿Qué? ¡No! ¿A quién le importa cuándo nacieron ustedes dos? Hablaba de octubre. ¿Conocen el caso de los asesinatos de Villisca? ── Galatea negó con un gesto y Sirius parecía no entender ──. Es un caso que ocurrió en Iowa, en Estados Unidos. Dicen que los espíritus siguen rondando y que fue un caso de posesión demoníaca, entre los acusados hay un reverendo. George Kelly.
── Qué interesante, pero no quiero pesadillas. Me cuentas mañana en el tren.
── ¡Pero eres prefecta!
── Exacto.
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SLYTHERIN, james potter
Fanfictiontal vez tú no estés listo para la guerra, pero ella está interesada en ti y en tu alma