Duodécima Alma

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『❝Mis manos están tan frías como tu corazón❞』

Tras salir de la habitación de JiMin, el alfa pudo respirar tranquilo, y apresurado, bajó por las escaleras, queriendo salir lo más rápido posible de esa casa. De repente, al observar las paredes, en lo único que podía pensar era en MinJi. ¿Qué pensaría él si supiera que estaba a punto de casarse con su hermano? Negó repetidas veces y con una de sus manos acarició su frente, intentando poner en orden sus pensamientos.

YoonA y SiWon no tardaron en aparecer en donde él estaba, mirándolo inquisitivos, curiosos de qué era lo que había pasado mientras ellos estaban abajo. La omega, que estaba más interesada que su esposo se apresuró hacia YoonGi, haciendo amago de tomar su mano, pero el alfa, apartándola bruscamente, no se dejó.

Miró hacia adelante, directo a los ojos de los mayores que se estremecieron de que por primera vez en mucho tiempo, esos ojos expresaban un dolor puro, que sabían, era producto de la apariencia de JiMin. El más alto no podía evitar recordar a MinJi y eso causaba un profundo dolor dentro de él, que lo hacía sentirse bastante tenso y extraño alrededor del menor.

Ella se acercó, ésta vez más lentamente. Más prudente, intentando penetrar aquella barrera que YoonGi estaba creando. Como siempre, el lugar estaba realmente frío, y eso hacía que de alguna manera, el ambiente fuera más incómodo y pesado para todos.

─¿Necesitas algo, Yoon? ─Inquirió YoonA, acariciando levemente el cabello del alfa que negó lentamente. ─De ustedes, nada en especial ─Se apresuró a aclarar─. Solamente necesito descansar. Ha sido un día realmente pesado para mí, y creo que no soy el único ─YoonA asintió, dándole la razón.

─¡Oh! Claro... ─Suspiró angustiada─, esos hombres del concejo son realmente insensibles... Pero no te preocupes. Sólo sigue el concejo que te di; te aseguro que si lo sigues, MinJi estaría más qu-

─No hablemos de MinJi ─Interrumpió inmediatamente, queriendo a toda costa que ella se detuviese─. No quiero hablar de él. Recordarlo no es una buena forma de intentar superarlo ─Aclaró, bajando uno de sus brazos que había alzado en señal de alto.

─No tienes que superarlo ─Dijo YoonA─. Ámalo como nunca, y utiliza ese dolor como motivación para seguir adelante ─El alfa lastimeramente asintió, ignorando aquel sentimiento en su interior que le decía que algo andaba mal.

Entonces, él, al igual que JiMin, se sintió mareado, pero prefirió omitir ese detalle, y simplemente, sintiendo que no había nada más que decir, camino hasta el comedor de la casa con la intención de salir. YoonA no dijo nada, ni se lo impidió tampoco. Sabía que YoonGi necesitaba estar solo, y ella no se entrometería en eso.

Mientras tanto, Mirna estaba limpiando tranquilamente, escuchando música en sus audífonos y examinando minuciosamente cada rincón que pudiese tener tan sólo un poco de polvo. Si algo sabía, era que su jefa estaba extremadamente obsesionada con el tema de la limpieza, y después del regaño que le había metido la última vez, definitivamente había quedado curada del asunto y se aseguraría de no volver a ser regañada.

Así que, perdiéndose en sus pensamientos y en la voz de la artista que estaba escuchando, comenzó un gracioso juego de pies que la trasladaría de adorno en adorno, y la haría limpiar con más destreza. Rió por sus propios pensamientos y continuó haciendo su labor, con un poco de dificultad pues la lámpara que estaba limpiando al parecer tenía una asquerosa costra que no saldría fácilmente.

Así que, involucrando la fuerza, intentó frotar un poco fuerte. Finalmente, cuando la mecha resbaló y limpió el mugre, su brazo se fue más arriba de lo debido, desconectando sus audífonos de su teléfono que por suerte paró de reproducir lo que estaba escuchando; si sus jefes se dieran cuenta de que estaba escuchando música en horas de trabajo, en definitiva, no estarían felices.

La omega, haciendo un puchero, se quitó los audífonos de la orejas e intentó buscar la entrada de los cables para poder acomodarlos y unirlos de nuevo a su teléfono... ¿Dónde estaba su teléfono! Su mirada se precipitó rápidamente hacia sí misma, dándose cuenta de que no lo tenía en ninguno de sus bolsillos... ¿Y si la fuerza había hecho que éste se cayera?

Su mirada rápidamente se dirigió al piso del pasillo, y efectivamente, éste estaba al pie de una puerta de madera que a su parecer, siempre estaba cerrada. Miró hacia el final del pasillo para confirmar que sus patrones no estaban cercas y se apresuró a tomar su teléfono. Cuando ya se iba a levantar y a conectar los audífonos para seguir con lo suyo y posteriormente, poder irse a casa, se detuvo, pues algo llamó su atención.

Un pequeño sollozo que provenía de esa habitación fue lo que hizo que ella se interesara en la persona que estaba dentro. ¿Por qué estaba llorando? Quien quiera que fuese esa persona, no merecía llorar, ni sufrir siquiera. Ella tenía la firme creencia de que todas las personas se veían mejor sonriendo que llorando.

Curiosa y un poco dudosa, se levantó totalmente y se quedó mirando directamente esa puerta, como si tuviera las respuestas del universo que ella a veces se cuestionaba con vehemencia. Con su mano temblorosa, se apoyó en la puerta y acercó su oído a ésta, y efectivamente, había alguien dentro del lugar llorando a mares, y se sintió mal por esa persona, que por su aroma, era un omega.

No supo si era correcto o no, pero dio tres toques bastante suaves a la puerta para hacer saber que ella estaba ahí. Y lo hizo, porque JiMin que había estado pensando que nadie lo escuchaba, paró inmediatamente de demostrar su sufrimiento y simplemente se quedó callado, aún con las lágrimas resbalando por sus mejillas.

Mirna ladeó la cabeza.

─¿Hola...? ─Preguntó, arrastrando la última letra formando así una larga palabra. Grande fue su decepción al ver que nadie contestaba─, Ohm... ¿No responderás? ─Murmuró para sí misma, aunque JiMin la estaba escuchando perfectamente.

Alzó los hombros para sí misma, restandole importancia, y nuevamente, conectó sus audífonos. dispuesta a volver a sus labores.

─Si no quieres hablar, supongo que está bien. A veces queremos estar solos y es completamente normal, pero ten en cuenta que, ¡Te ves más bonito sonriendo! Quien quiera que seas... ─Y luego de decir eso, simplemente se giró, dispuesta a seguir limpiando.

Pero el click de la puerta la hizo exaltarse. Un grito murió ahogado en su garganta cuando vio que ésta estaba entreabierta, y por ese pequeño espacio se asomaba un pequeño ojo rojo, de una persona que tenía un aspecto demacrado, pero al mismo tiempo, había un poco de brillo ahí.

Que sin saberlo, ella había causado.

» ¿Ayudará?

» Bastante.

『❝Al final del día, ¿Cómo puedes dormir luego de arruinarme la vida?❞』  

Almas Gemelas •• YoonMin ••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora