Capítulo 01

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Dolor...

Sólo eso siento, un dolor que golpea mi pecho y me hace doler la cabeza. No sé con exactitud describir cómo me siento ahora, no sé como definir la palabra dolor. Creo que es eso que te aprieta en el pecho, que no te deja respirar con facilidad, que te hace sentir la sensación más horribles de todas y quieres desapegarte a toda costa de ella porque sentirse de esa forma es básicamente sentirse vulnerable, como si estuvieses apunto de quebrarte o romperte.

Sí, así me siento.

El frío de la ciudad se hace notar en la oscura noche de otoño, pero ahora solamente siento calor de la rabia. Aún así, puedo sentir la frescura del viento soplar contra mis mejillas mojadas por el llanto que largué. Mis ojos ardiendo también, deben estar muy hinchados.

Sin embargo, lo que más frío tengo, es el maldito corazón.

Es inevitable no pensar en esa escena y no llorar al recordarla. Me duele, me duele tener un corazón roto. No sé lo deseo ni a mi peor enemigo.

Y mucho menos que te saquen la dignidad al frente de ti.

Will fue mi novio por tres años y ahora no puedo creer que me haya engañado hace más de un año. Si bien tenía mis sospechas, no quise reconocerlo. No quise saber la triste realidad... hasta hoy. ¡Encima en nuestra cama! ¡Donde yo duermo, donde hemos follado, donde hemos reído y mirado Pretty Little Liars!

Maldito bastardo.

Me hizo sentir tan especial, me hizo volar y creer realmente en un "para siempre", caí en sus encantadoras promesas y planes a futuro, caí en sus mentiras cuando me decía que tenía trabajo de más, que salía todos los fines de semana con sus amigos, que salía a correr de noche. Fui una completa ilusa, una tonta.

Su imagen aparece en mi mente y vuelvo a derramar lágrimas. A estas alturas ya sé que soy un completo asco, ¿pero qué me importa? No pienso guardar lo que siento en este momento, bastante me contengo de gritar e insultar como una loca a la nada. Sorbo mi nariz porque sino mis mocos estarían en el suelo ya, la gente me mira raro.

¿Qué? ¿A ustedes nunca les pusieron los cuernos?

Ojalá que no...

Sigo caminando hasta divisar un bar en la otra acera. Me detengo en seco y me quedo mirándolo analizando qué hacer, tal vez beber un rato no sea mala idea. Bueno, sí lo es en este estado pero ya qué, creo que claramente necesito un poco de deshago y qué mejor que unos shots de lo que sea para lograrlo.

Miro hacia mis costados esperando que los autos y taxis pasen con rapidez, una vez que el semáforo está en rojo emprendo mi caminata hacia el bar. Cuando llego, inspecciono el lugar por fuera y leo el letrero "Jack's Bar". Bueno, no tiene un nombre muy sospechoso, sólo le falta un toque de originalidad. Empujo la enorme puerta y me adentro dejando que se cierre sola, instantáneamente mi olfato se impregna del olor del alcohol y de cigarrillos y mis oídos duelen al sentir tantas risas, la música fuerte y a los hombres discutir mientras juegan a las cartas y apuestan dinero. Sin embargo me acostumbro, no es mi primera ni última vez en un bar. El ambiente es el de siempre, las luces lo más discretas posibles, hombres y mujeres bebiendo, coqueteando y riendo. Supongo que me tocó a mí ser la llorona borracha de esta noche.

Paso por al lado de la larga y enorme barra de tragos, me siento en uno de los últimos taburetes. Saco el pequeño espejo que llevo siempre en mi bolso y me inspecciono el rostro atentamente, me horrorizo.

Sí soy un desastre.

Mis ojos y mejillas tienen una exagerada cantidad de rimel caído y esparcido por las lágrimas, mis ojos rojos a más no poder y mis labios tan secos que están partidos. Ay no, señor de los señores. ¿Yo iba así por la calle y entré así al bar?

Algo de una noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora