Otro día comenzaba y suspiré de manera temblorosa, sin abrir los ojos aún.
La alarma había sonado hacía unos cinco minutos y no estaba ni emocional ni mentalmente lista para abrir los ojos y enfrentar la vida. Pase mis puños por mis ojos suavemente y decidí abrirlos, observando la silenciosa habitación oscura.
Me senté en la cama y mordisqueé mi labio inferior antes de ir hacia el baño para higienizarme. Honestamente, la mañana era la peor hora para mi porque era cuando la realidad me golpeaba como un tren bala y por momentos a nivel emocional era complicado afrontar el día.
Tanta inmersión mental me hizo dar cuenta que ya hasta me había vestido después de la ducha y el aseo. Reí y negué en decepción porque en casos como estos me preguntaba cómo carajo había terminado siendo jefa de una compañía.
Los tacones resonaban en el oscuro piso de mármol y en el gran comedor, haciéndome notar la soledad de la casa. No recordaba cuando fue la ultima vez que más de dos personas estuvieron en la casa pero no importaba mucho. Tenía la casa de mis sueños, que antes solía ser un pequeño castillo, y tenía lo que quería pero siempre algo faltaba.
Gruñí y salí de la casa dando un portazo para encontrarme a los pies de la escalinata al chofer del coche, el cual saludé cordialmente antes de partir hacia la compañía.
Crown Cosmetics era mi orgullo y alegría. Siempre recuerdo el comienzo; compraba productos desde los más caros hasta los más baratos y escribía las reseñas en Twitter donde la audiencia crecía cada vez más al igual que el interés por los productos.
Al aprender de cada uno de ellos, decidí comenzar mi propia línea en base a lo que le gustaba a las personas y lo que no, convirtiéndose en toda una empresa que generaba millones al mes en cuestión de un año. Crown Cosmetics ya llevaba cuatro años en el mercado y aún me sorprendía el amor que le daba la gente a mis cosméticos.
Sonreí antes de bajar del coche y entré al gran edificio saludando a cada persona a mi paso hacia mi oficina, encerrándome en ella por un momento y me permití suspirar profundo y ligeramente tembloroso, sacando de mi bolso una botella con agua y la prescripción para mi ansiedad, tomando una de las píldoras antes de ir al escritorio a paso lento y encendiendo las luces al paso.
Mi ansiedad había comenzado cuando Brianna intentó aprovecharse del hambre de los reporteros y contarles sobre nuestra...relación, totalmente dispuesta a divulgar más cosas sobre mi a cambio de un par de millones de dólares. Lo irónico es que ella podría haberlo tenido todo si tan solo no fuera tan avariciosa.
Bufé y me senté detrás el escritorio pesado de madera dispuesta a comenzar con mi día de trabajo, rezando para que sea un día calmo y sin altercados.
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-Hey, solo digo que deberías hacerlo. Ellas ya no vendrán y tú necesitas ayuda, Svetlana
Me dediqué a mirarlo directamente a los ojos, pensando seriamente en si debería echarlo de la oficina o realmente pensar en su propuesta.
El chico suspiró y pasó sus manos por su cabello perfectamente ordenado-Mira, solo piénsalo, ¿si? Es por tu bien también-Hizo una pequeña mueca de preocupación y me miró con ligero cariño en sus ojos antes de darse media vuelta y salir de la oficina, cerrando la puerta con un suave chasquido.
Ya era casi la hora del almuerzo y simplemente mi apetito había desaparecido. Luke tenía razón, tendría que pensar muy bien cómo abordar el nuevo proyecto si quería tener una vida tranquila.
Luke era mi mano derecha y mejor amigo desde la secundaria. Siempre estuvo allí para mi cuando lo necesitaba, especialmente en el crecimiento de Crown. Le debía todo a él y lo adoraba pero había ocasiones, precisamente como esta, donde quería degollarlo.
Me había anunciado que mis dos asistentes personales habían renunciado por temas familiares y que si bien no se iban por problemas que yo les generara o por mala paga, tenían pensado no volver. Ellas dos llevaban mi vida privada a la perfección y sabían cómo manejar absolutamente todo cuando algo salía mal. Eran mis sombras y sabían todo de mi y perderlas simplemente empeoraba la situación emocional y el estrés por el que estaba pasando.
Ahogué un grito de frustración y lancé el blazer con fuerza al piso con suma molestia mientras tiraba mi cabello hacia atrás en un intento de calmarme. Nada estaba saliendo bien y simplemente como toda niña pequeña quería hacerme una bolita y llorar.
Tenía que armar una junta y ver cómo carajo conseguir otras dos personas de confianza para que puedan hacer el trabajo que hacían ellas sin que mi privacidad estuviera en riesgo.
Lloriqueé cual bebé y me serví un buen vaso de whiskey, dándole un trago largo. En la privacidad me permitía a mi misma hacer pequeños berrinches para desahogar un poco la frustración aunque más de una vez había sido atrapada y solo quería desaparecer, tal como ahora quería hacerlo.
Tenía que pensar en un proyecto rápido y que fuera sólido como una roca. Necesitaba hacerlo rápido antes de que todo se desmoronara.
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Baby, call me daddy.
General FictionSvetlana Trovi tenía su vida resuelta. Dueña de una empresa de cosméticos exitosa, una cuenta bancaria jugosa y un físco y personalidad envidiables, nadie creería que la empresaria de 26 años tenía problemas...especialmente "amorosos". Svetlana no m...