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Hola libreta.

Ya no estoy castigado y me estoy muriendo... a también estoy en casa de Perú, tengo fiebre y Italia dijo que saldría para buscar medicina, así que me dejó con España encargado, me eh traído mi mochila y mi pijama, quería traer a Macri Segundo conmigo pero Italia dijo que no y-


-¡Argentina! mira_ El nombrado ocultó la libreta debajo de su mochila.

- ¿Qué?_ dijo mirando al menor que se acercaba a él rápidamente con una caja en manos.

El bicolor se subió a la cama donde estaba el más alto y puso la caja en medio de los dos._ Encontré libros viejos, te contaré un cuento para que duermas_ dijo con una pequeña sonrisa, sacó los libros y cuentos que habían en la caja. Argentina miro los cuentos con curiosidad y tomó uno que le llamó la atención.

- ¿uh?_ su voz salió un poco apagada y sus ojos se achinaron ligeramente, ver las letras de la portada del libro solo le hizo doler la cabeza.

- Esa es de una princesa y un sapo_ dijo Perú mientras recostaba al mayor y luego lo arropaba, tomó la mochila que estaba a los pies de la cama para ponerla en otro lado, la libreta cayó, llamando la atención de ambos. Argentina se puso nervioso y Perú se agachó a recoger la libreta, antes de meterla a la mochila la miró con detenimiento._ yo te lo regalé..._

Argentina no sabía que decir, estaba avergonzado, el no parecía ser de los niños que escriben un diario pero ahí estaba la prueba de que las apariencias engañan.

- me alegra que lo uses_ volvió hablar el menor, guardó la libreta en la mochila sin mirar el contenido o los escritos de su amigo. Sabía que no debía hacer eso. El podría molestarse. Se sentó al borde de la cama y tomó el cuento entre sus manos para luego abrirlo y empezar a leer.

Argentina escuchaba el cuento, imaginándose una que otra escena pero se sentía tan agotado que de rato en rato cerraba sus ojos, claro que sin dejar de escuchar a su amigo.

- entonces la princesa... ¿uh?_ El bicolor había levantado la mirada del libro para ver a Argentina y lo vio con los ojos cerrados. _ Se durmió...

Iba levantarse para retirarse de la habitación y dejar al mayor descansar pero la voz de este lo detuvo.

- ¿se acabo el cuento?_ dijo abriendo un poco los ojos, como si estuviese medio sonámbulo.

- pensé que estabas durmiendo..._

- sigue... por favor_ rogó, aún quería escuchar el final del cuento.

El bicolor asintió y volvió a retomar la lectura...

- Entonces la princesa se acercó, tomó al sapo y lo acercó a ella para darle un beso, entonces - fue interrumpido por la voz de Argentina.

- ¿lo besó? puaj_ Perú solo lo miró y asintió.

- si pero es para romper el hechizo y que deje de ser un sapo_

- ¿un hechizo? ¿Cómo es un hechizo?_

- mmm, no lo sé, ella solo lo besó y el se curo... ahora es un príncipe_ dijo el menor, el tampoco entendía muy bien, nunca había preguntado.

- ¿se curó? ¿el hechizo es como una enfermedad?_ preguntó confundido.

- creo que si_ dijo mirando el libro y luego a Argentina.

El cerebro del Argentino empezó a maquinear, miró a Perú y luego a la portada del libro.

- ¿necesito una princesa para curarme?_ preguntó con toda la inocencia de un niño.

Perú miro el libro una vez más.

- si, ¿pero donde podremos encontrar una?_ Perú thinking.

Argentina se puso a pensar hasta que recordó algo importante.

- ¿Pero tu no eres un príncipe?_ Perú rápidamente recordó lo que le decía su madre, sin embargo, el no era una chica.

- pero soy hombre_ dijo mirándolo con tristeza, enserio quería ayudar a su amigo.

- podríamos intentar.

El bicolor asintió y se acercó a su amigo, de un momento a otro el argentino lo detuvo al ver que el menor se acercaba sus labios y no a su frente. 

- espera, ¿Qué haces?.

- te voy a besar pe.

- ¿pero por que aquí?_ señala sus labios.

- por que así aparece en la imagen._ le muestra el libro, exactamente en la imagen.

Argentina se toma un minuto para analizar la imagen y luego asentir.

Ambos vuelven acercarse y es el menor el que toma las mejillas del mayor para luego juntar sus labios con el de su amigo, dándole un beso inocente y cariñoso. 

El biceleste no sabía el por que pero de un momento a otro sintió sus mejillas arder y abrió los ojos encontrándose con los ojos cerrados de su amigo.

El besó solo duró 5 segundos pero para el argentino parecía una eternidad. Se sentía extraño y mágico. Cuando se separaron se quedaron viendo unos segundos, Perú tenía una pequeña expresión de sorpresa y Argentina... bueno el estaba perdido en un viaje Astral. Se hubieran quedado así por un rato si España no hubiera hecho su aparición en la habitación junto a Italia, trayendo las medicinas que había ido a buscar. 








Tu mirada (Argentina x Perú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora