1 octubre de 1987

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Hoy hace exactamente dos meses desde que empezó el apocalipsis.
Llevo encerrada en casa desde el primer día; un día en el que desapareció toda mi familia, la gente empezó a morir y convertirse en muertos vivientes.
Al principio había rumores de que fue el gobierno que quería exterminar a algún grupo de personas, ya sabéis, para quitárselos del medio y poder seguir robando, pero a medida que fue pasando el tiempo nos dimos cuenta de que la cosa era más turbia de lo que pensábamos pero, ya era demasiado tarde como para arreglar la mierda que habían hecho en nuestro querido planeta, aparte, ¿Qué podía hacer yo para arreglar un problemón como ése? Exacto, nada.
Ahora estoy tratando de trazar un plan para salir de casa, buscar comida y agua y volver viva para poder contarlo. La tienda más cercana está a 10 minutos andando, contando que es de día no habrá muchos zombies puestos que suelen salir de noche, cuando tienen mucha hambre o cuando hace mal tiempo, para mí desgracia vivo en un lugar que nunca se sabe si va a llover y que hace tiempo que murieron casi todas las personas (o eso creo), entonces tengo a un montón de muertos vivientes desesperados por un cacho de carne humana.

- Esto es una mierda, si salgo muero, pero si me quedo aquí moriré de hambre y prefiero morir luchando a morir por ser una cobarde. - digo flojito por si algún zombie me escuchaba.

Después de estar lo que pareció media vida dando vueltas por el sofá planeando como salir decidí que ya era hora, cogería mis cosas y marcharía, empiezo a hacer una mochila con mis últimos suministro (una botella de agua y unos tristes fideos precocinados), también llevo conmigo el collar que me dió mi hermana pequeña antes de irse, una manta para no morirme de frío si tengo que resguardarme en algún lugar y obviamente algo para defenderme, un cuchillo grande.

- ¡Bien, es la hora! - abro la puerta con sumo cuidado y salgo ya que no hay zombies a la vista.

Empiezo a caminar por las desiertas calles de mi pueblo intentando recordar dónde está la tienda, luego de un rato la encuentro y entro, están algunas de las estanterías por los suelos, hay muy poco de comer ya que los primeros días del apocalipsis la gente estaba como loca rompiendo cristaleras para coger todo lo necesario para sobrevivir, se mataban por llevarse una bolsa de comida, yo decidí llevarme algunas latas de comida del centro comercial y juntarla con lo que ya tenía en casa, que no era poco.
Me dirijo hacia la zona de bebidas para ver si con suerte encuentro agua o algo para mojarme un poco los labios, habían solo dos botellas pequeñas pero ya era algo, las guardo en la mochila, cruzo el pasillo pero me paro en seco, he escuchado algo arrastrarse y la comida no suele moverse, en efecto un zombie, era el segundo o el tercero que veía de cerca desde el apocalipsis, son horrorosos con la piel cayéndose a cachos, llenos de sangre y con los dientes podridos.
Está demasiado cerca y no me da tiempo de sacar el cuchillo así que lo empujo con todas mis fuerzas haciendo que suelte un gruñido y venga corriendo hacia mí, pero para su mala suerte ya he podido sacar mi arma y se la he clavado en la cabeza.

- No moriré hoy -digo sacando el cuchillo y guardándolo.

O tal vez si podía morir hoy, un gran grupo de zombies estaban en la entrada mirando hacia mí, supongo que el gruñido de esa bestia fue demasiado fuerte y llegaron a escucharlo. Agarro lo primero que veo en los estantes, lo meto en la mochila y empiezo a correr como un desesperada rezando para que haya una puerta de emergencia y la hay, pero está cerrada con cadenas, con unas ganas de llorar tremendas decido hacerle esquinazo a los zombies por los pasillos. Mientras voy corriendo por el pasillo me giro y empujo la estantería para que caiga encima de la mitad de ellos, perfecto, ahora solo me quedan 3 por matar pero aun así son más y más fuertes que yo. La puerta de salida estaba despejada así que sigo corriendo para salir aunque no se si prefería quedarme adentro, un grupo de 4 personas apuntan hacia la tienda y matan a los zombies.

- ¿Tienes alguna mordida o rasguño? - dice uno de ellos, parecía un jefe.

- No lo creo, no se me han llegado a acercar mucho. - digo con un tono de voz bajo.

- Vendrás con nosotros, a menos que quieras morir aquí a manos de unos tristes caminantes.

Empiezan a caminar decididos mientras yo estoy en shock, sea como sea no me voy a quedar sola así que los sigo y me pongo a caminar al lado de una chica, es muy bonita, alta, con el pelo corto, tatuajes por los brazos y unos ojos verdes que me dejan como hipnotizada por el gran parecido al color de los arboles.

- ¿Cómo te llamas? - le pregunto nerviosa.

Sin respuesta, perfecto, iba a ser un día precioso. Después de caminar media hora paramos en lo que parece una antigua guardería con las ventanas tapadas con trozos de madera y hierros.

- Bien, dentro conocerás a todos los integrantes del grupo pero antes quería avisarte de unas normas que debes cumplir. No aceptamos que agarres comida sin permiso del supervisor de turno, no puedes salir de la zona sin que lo sepamos ya que puede ser peligroso tanto como para nosotros como para ti y eso no lo podemos permitir de ningún modo. ¿Estás de acuerdo? Ya sabes que si no te gusta puedes irte ahora. - Dice un chico negro, alto y de unos 34 años.

- Si, si, estoy de acuerdo aunque no entiendo porque tanta amargura en vosotros. - digo con desagrado mirando hacía todos pero más hacia la chavala de antes.

- Entremos entonces señorita...

- Anya, Anya Aronson.

¯¨'*·~-.¸¸,.-~*' [Holis] ¯¨'*·~-.¸¸,.-~*'
Tal vez tiene algunos errores, intentaré mejorar eso.
Decidme qué os ha parecido :( 💜

Theo

Presa del apocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora