¿Qué tiene de malo tener a dos hombres? Ellos tienen cientos de mujeres, y yo solamente quiero dos.
___________________________
-Historia heterosexual
-No es vkook (Ojala)
-Historia corta
-Espero que la disfruten
Aquellas caricias en mi espalda y los besos en mi cuello fueron los que me hicieron despertar, sonreí inconscientemente, estaba boca abajo en la cama, sentía una fina sábana cubrir solamente mi trasero dejando al descubierto mi espalda y mis piernas.
Las caricias continuaron, lo que me hizo abrir los ojos enfocándome en una parte de aquella oscura habitación. Refunfuñé mientras me estiraba para voltear en la cama.
-¿Te quedaras a dormir?- abracé a aquel cuerpo masculino mientras ponía mi rostro en su cuello, embriagándome con su deliciosa fragancia, este deslizó su mano de mi espalda a mi trasero apretando una de mis nalgas haciéndome gemir en su oreja.
-No puedo- mordí su cuello haciéndolo soltar un gruñido, para segundos después dejar un beso húmedo en la parte afectada. Me separé de él y junté sus labios con los míos, antes de separarme mordí un poco su labio inferior para luego halarlo.
-No- gruñó mientras me daba una nalgada para que lo soltara, reí y le di otro beso, me levanté de la cama. Las luces se encendieron dejándome ver en donde estaba mi ropa- Me gustaría que te quedaras hoy- deslicé mis bragas por mis piernas hasta ponérmelas. Volteé a mirarlo.
-Es lo que más quisiera- recogí mi sostén y me lo coloqué- Pero no puedo-
-¿Tú padre?- asentí. Cogí mi vestido y me lo puse, saqué mi cabello de este y volví a mirarlo, solo llevaba unos boxes negros, estaba recostado a la cabecera de la cama. Volví a esta y gateé hasta donde estaba quedando encima de él.
-Quisiera estar todo el tiempo así- bese sus labios- Pero tengo obligaciones- me tomó por la nuca y nos volvimos a besar, este era más intenso.
-Me voy- lo besé por última vez antes de levantarme de la cama y coger mi bolso.
-Te amo- le lancé un beso.
-Yo más- salí de la habitación siendo recibida por la pequeña bolita de pelos. El cual me despidió una vez que salí del departamento.
Me detuve a mitad de las escaleras ya que mi móvil sonó. Lo tomé apareciendo en mi rostro una sonrisa y vi la hora para luego guardarlo en mi móvil.
-Es tarde- bajé con prisa las escaleras hasta salir afuera del edificio. Recogí mi cabello con una pequeña liga dejando dos flequillos caer por mi rostro.
Alce mi mano para detener un taxi. Abrí la puerta trasera para entrar a este
-Por favor a la zona sur- el conductor asintió y puso en marcha el auto.
Cogí el pequeño espejo que tenía en mi bolso y revisé mi pecho junto a mi cuello y mis hombros, suspire aliviada al no ver ninguna marca en mi piel. Coloqué nuevamente el espejo en mi bolso y me dispuse a ver hacia la ventana.
Me llamo Samanta Walker, tengo veinticinco años, trabajo en una pequeña cafetería aquí en la cuidad de Los Angeles. No tengo familia, al parecer fui estorbo para ellos ya que me dejaron en un orfanato con sólo días de nacida. Sí, le miento a la persona que amo, pero debo de mentir para ocultar varias cosas.
Dirán que estoy loca pero amo a dos hombres, con ambos llevo una relación de un año, los amo de la misma manera, si uno de ellos me falta es como estar incompleta, sé que está mal, pero hay hombres con cientos de mujeres, en cambio yo quiero solo a dos, los cuales cambiaron mi vida.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
