𝟮/𝟯

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Después de asumir el puesto de comandante de la segunda división de la tripulación de Barbablanca, Ace ha encontrado pocas personas que se atrevan a levantarle la voz. Eso es porque nunca antes se había cruzado con Koala.

Ace está sentado en una silla en el despacho del líder del Ejército Revolucionario. Estudia con curiosidad las facciones del rostro de Dragon, buscando cualquier similitud física con Luffy y sin éxito alguno. Al otro lado de la habitación, Koala carraspea. Ace se gira para fulminar a la chica con la mirada.

"No me pongas esa cara", dice ella frunciendo el ceño con una expresión asesina.

Ace vuelve a mirar a Dragon. "Me quiero ir", le dice.

Dragon abre la boca para dar su respuesta, pero es interrumpido por Koala.

"No te vas a mover de aquí", ella lo señala con un dedo y una mirada furiosa. "Hasta que recuerdes el número de tu barco no te dejaré salir de aquí."

El líder del Ejército Revolucionario vuelve a intentar hablar, siendo interrumpido esta vez por el pirata en el cuerpo de su segundo al mando.

"¡¿Y quién te crees que eres para darme órdenes?!"

Dragon frunce el ceño y abre la boca. Koala devuelve el grito.

"¡¿Cómo no puedes recordar el número del Den Den Mushi de tu barco?! ¡¿Acaso eres un niño pequeño?!"

El D. mayor levanta una mano, Ace se levanta para enfrentar a la mujer.

"¡Es que cambiamos de número hace poco!"

"¡Los Den Den Mushi no pueden cambiar de número, zoquete!"

Los dos jóvenes se enfrentan el uno al otro con expresiones idénticas de enojo. Aprovechando el silencio, Dragon se levanta de su silla para solucionar, al fin, el problema por el que llevan discutiendo casi una hora.

El Den Den Mushi encima del escritorio suena y Dragon no puede evitar fulminarlo con la mirada. Koala se mueve rápidamente ignorando a los dos varones y contesta.

"¿Quién...?"

"¡Un doctor!", chilla una voz aguda siendo seguida por golpecitos apresurados, como si fueran las patas de un animal. "¡Que alguien llame a un doctor!"

Se escuchan otros ruidos y gritos de fondo. Luego, alguien se acerca al caracol y grita:

"¡Ayuda! ¡Sabo se ha muerto en el cuerpo de nuestro capitán!"

"¡Ayuda! ¡Sabo se ha muerto en el cuerpo de nuestro capitán!"

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Cuando se despertó pensó que hoy sería un buen día. Ahora, viendo al hermano menor de su hermano menor en el cuerpo de dicho hermano menor, Marco solo quiere darse la vuelta e ir a dormir.

"Oyaji, deberíamos..."

Barbablanca detiene las quejas de los comandantes con una risa. "¿Cómo has llegado hasta aquí, niño?"

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