"Égoïste" | Jackbeom (O.S)

"Égoïste"

Llevaba todo el día pensando en lo mismo, en la insistencia de su madre en el tema, en sus amigos que parecían haber encontrado todo en la vida, pero él seguía allí, estancado. Parecía que su corazón no latía por nadie, y cuando lo hacía, nunca era recíproco.

Quizás el amor no era para él, quizás no estaba listo aún, si, tenía veinte años pero ¿Qué tenía que ver? ¿No podía seguir soltero a esa edad? Juraba que lo había intentado, miles de veces, pero jamás resultaba, se aburría, las relaciones se volvían forzadas y nunca veía esa chispa que encontraba en los demás.

Pero realmente ansiaba encontrar el amor, ansiaba poder encontrar una linda chica con la cual casarse, que sus padres estuvieran orgullosos del partido que había encontrado, tener dos hijos hermosos; el tiempo se agotaba y podía imaginarse siendo el último de sus amigos en casarse, en formar una familia y odiaba ese sentimiento.

—¡Jaebeom!

Pero al menos no estaba solo en eso.

Le sonrió al menor cuando lo vio llegar, su cabello castaño moviéndose al compás de sus pasos, su sonrisa brillante deslumbrando a quien pasara cerca suyo, Jackson era como un modelo de revista, algo sobrenatural también, porque parecía que todo lo que estaba al rededor suyo brillaba con su belleza, con su energía.

Si, ese era su mejor amigo.

Y era la persona que lo mantenía despierto por las noches, besando su cuello, gimiendo en su oído mientras se tocaban mutuamente.

Todavía intentaba comprender cómo habían terminado de esa manera y sobre todo, por qué no podía parar, porque por más que quisiera no había forma de separarse del cuerpo del menor, no había manera de dejarlo ir.

—Lamento llegar tarde, mamá llamó antes de salir, insiste con que la vaya a visitar cuanto antes —lo observó un momento, su nariz enrojecida por el frío del invierno que comenzaba a asomarse, su rostro enterrado en una gruesa bufanda azul marino que lo hacía ver más pálido de lo que normalmente era pero sus ojos estaban llenos de vida, como siempre que hablaba de su familia.

—No hay problema —contestó por reflejo, aún distraído por el rostro del castaño, el sol del amanecer brillando en su piel, ¿Cómo alguien podía verse tan perfecto en las mañanas?

No sólo en las mañanas, constantemente, porque Jackson era hermoso en las mañanas, en las tardes y sobre todo, en las noches, cuando estaba debajo suyo, cerrando los ojos por el placer. Tragó saliva, debía quitar esas imágenes de su cabeza, era demasiado temprano para estar pensando en eso.

—¿Estás bien? —asintió, sonriendo por primera vez en el día, alegrándose aún más cuando su gesto se contagió en el rostro del contrario.

Y esa sensación que se formó en su estómago, era lo más cerca que había estado del amor, lo sabía, se lo habían dicho antes, tardes atrás cuando corrió asustado al darse cuenta de lo que estaba haciendo y Jinyoung lo golpeó, diciéndole que era un idiota, que no había nada de malo en ello y que sí, efectivamente se estaba enamorando de Jackson.

¿Debía tener miedo?

Por primera vez en su vida, estaba experimentando el amor, lo estaba sintiendo en carne propia y era con un hombre, con su mejor amigo, a quien desde siempre había proclamado como su otra mitad, ¿Y si era cierto? ¿Y si Jackson era su otra mitad de verdad? Era imposible, dos hombres no podían estar juntos, no podían casarse, no podían formar una familia, ¿Cómo podría ser su otra mitad si jamás podrían ser una familia convencional, si estar con él sólo le traería consecuencias?