Prefacio

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Los placeres violentos terminan en la violencia,

 y tienen triunfo su propia muerte, del mismo

 modo que se consume el fuego y la pólvora

 en un beso voraz.


Romeo y Julieta, acto II, escena  VI

¿Polos opuestos o no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora